Capítulo 15

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No estaba sola al despertar, una mano pasaba sobre su cintura desnuda causándole una agradable sensación que no quiso interpretar, aún así siguió ahí acostada con los ojos cerrados disfrutando la sensación de estar acompañada, pero aquello acabó cuando él se levantó de la cama y comenzó a ponerse la ropa en silencio, y por ropa se refería solo a los shorts deportivos que había llevado esa noche, la segunda que pasaban juntos, ahora que había llegado el lunes él debía ir a la oficina y ella debía... volver al planeta tierra, cosa difícil ya que se sentía totalmente relajada, luego del sexo fabuloso dormía de largo ya que Jamie se había levantado para darle el biberón a Phoebe, claro que la pequeña no era muy partidaria de otra cosa que no fueran pechos así que terminaba llevándola a la cama para sus aperitivos y luego la llevaba de vuelta a dormir.

-Oye, despierta.

Ella fingió que se desperezaba y lo miró ahí con el fantástico torso desnudo.

-Necesito algo antes de irme.

-Lo siento, ya no hay condones.

Él rió burlonamente y le pasó una mano por el trasero.

-Por más tentador que sea, no, no es eso -tomó un marco de fotografía que ella tenía sobre su mesa de noche, era una foto instantánea de ella y las niñas con un bonito jardín de fondo. -Voy a tomar esto prestado.

-Espero que no sea algo de vudú -estiró sus brazos y le sonrió adormilada. 

-Es día de inspección, la última de Burne y quiero dar una buena impresión -se inclinó pasa dejarle un rápido beso.  -Vendré luego del trabajo.

-Llevaré a Dulcie a la peluquería, si logramos ponerle la camisa de fuerza tardaré unas tres horas ahí.

-Suerte con eso.

Le sonrió y se fue, cuando escuchó la puerta cerrarse se sentó en la cama y se echó la bata encima, las niñas despertarían pronto así que se dio una rápida ducha, al salir con una toalla enrrollada en la cabeza Dulcie la esperaba sentada justo afuera del baño con el cabello en punta y el ceño fruncido.

-Es demasiado temprano para mal humor, cariño.

-No mami.

Se levantó trastabillando con los pantalones de pijama que se le caían y miró impactada cómo su hija terminaba de bajarselos y se sentaba sobre su orinal rosa, estuvo a punto de llorar o de correr para sacarle una foto pero se quedó ahí mirando a su hija pensando que ahora era mayor y comenzaría a ahorrarse muchos cambios de pañales, la niña se levantó y le sonrió orgullosa de lo que acababa de hacer.

-¡Mami!

Se arrodillo para abrazarla con fuerza y luego de hizo cosquillas, amaba el sonido de su risa tan pura e inocente, la llenó de besos y le aplastó el cabello.

-Ahora eres una chica mayor, vamos a celebrar con panquecillos de banana con muchas chispas, y quizá más tarde practiquemos bajarte también los calzoncillos cuando uses el orinal.


-Vaya, mira qué tenemos aquí -Burne tomó el marco de fotografía entre sus grandes manos y sonrió complacido. -Por fin pareces un humano, te comportas como tal.

-Un recordatorio de lo que me hace feliz, señor -asintió muy correcto.

-Me da gusto Dornan, es un gran ejemplo -dejó la foto en su sitio y miró la pequeña oficina dando una vuelta sobre sí. -Quién lo diría, la última inspección que hago en este sitio y me iré gratamente reconfortado por eso, ver que no eres solo el robot fanático del orden que todo mundo piensa, yo no incluido por supuesto.

Sí claro.

-Bien señor, me alegra que haya quedado claro.

-Por cierto, fui a supervisar los cambios del evento y me gustó lo que has hecho por la zona infantil, involucrar a los pequeños es un gran plan, seguro tu hija fue una gran inspiración.

Trato hecho | Jamie y DakotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora