La Carta

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Era 30 de octubre ya. Desperté a las 2:30 de la mañana por un sonido fuerte que provenía de mi ventana.

- que carajos? - digo mientras muy cansada entre abro los ojos y me dirijo a la ventana.

Abro la ventana y pegó un vistazo por el patio hasta que veo una sombra. Tenía el pelo rubio, ojos verdes, y el pelo rizado. - Bastian...-

- oye tonta, ven baja aquí. - dice mientras apunta al patio donde estaba con otras tres personas.

- estoy en pijama... -

- sólo baja, ven es importante -

- pffff. Ya voy espera. - digo mientras sin zapatos y sin nada, sólo con mi pijama voy al patio.

El pasto se sentía muy suave y al mismo tiempo picaba, mis pies descalzos sólo sentían el cosquilleo que causa el pasto recién cortado, cada que pisaba me daba un cosquilleo por todo el cuerpo, lo que era bastante satisfactorio. Paso a paso fui llegando al lugar donde estaba parado bastian.

- que paso ? que quieres ? - dije con vos simpática y dándole una sonrisa.

- tengo que hablarte de algo muy importante. - dijo algo preocupado mientras en su rostro se reflejaba una mueca de miedo y preocupación

- claro dime - dije también algo preocupada por el tono de sus palabras.

Ve a vestirte me dijo mientras yo corriendo fui a mi habitación y me puse la ropa de escuela, pues supuse que no volveríamos a mi casa, también saque mi mochila. El sólo me espero afuera y el con las tres personas me hicieron subir a un auto que estaba estacionado afuera.

- ahora si dime, que paso ? - le dije mirando lo a los ojos, esos ojos verdes que parecían tan enfocados en mi cara.

- lo que pasa es que, se me olvidó contarles algo a ustedes tres... - Dijo refiriéndose a mi, Nicole y María.

- bueno pues empieza a hablar... No por algo me vestí a las dos de la mañana para venir contigo.

-B-bueno... - dijo mientras el auto se dirigía a la escuela. El me hizo bajar del auto.

tan sólo bajar logre ver a las chicas, Nicole y María, acompañadas de Felipe.

- Hola Carla - dijeron las chicas mientras me miraban muy felices y algo confundidas igual que yo.

- Hola que tal - respondí yo también confundida

- bueno ahora que estamos todos, sígan me - dijo Bastián mientras nos adentrábamos sin hacer ruido a la escuela. Pasamos silenciosamente por el lado de los emos, bajamos unas escaleras y caminamos por el patio abandonado. El olor de gasolina y de encendedor esta vez se hizo más fuerte, mucho más que la primera vez que había venido. Ya podía hacerme una idea de adónde íbamos.

- tengo algo que mostrarles - dijo Bastián mientras pasábamos por una reja, casi recién puesta en la separación del lado de los normales con el lado de los ricos.

- esperen - todos paramos en seco - miren ahí - dijo María apuntando a unos guardias de los 480

- pensé que no llegarían tan temprano...- dijo Felipe agarrando una piedra y tirándola a un lado con arbustos, como era de esperarse los 480 fueron a ver que había pasado.

- rápido vengan - dijo Felipe mientras corría sin hacer ruido hacia la cocina abandonada del lado de los ricos mientras con cuidado abría la puerta del lugar.

Todas entramos. el olor ahora era insoportable, claro fuimos a ver a kookie.

Todos entramos y nos sentamos. Unas luces se prendieron de repente deslumvrándonos a todos y dejando ver una cocina calcinada llena de colillas de cigarros ya fumados, algunas botellas de cerveza y energética que rodaban por el piso del lugar donde la chica prendió la luz.

El Chico Asiático ©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ