One Shots de EddsWorld

Rojo y azul

La guerra a durado muchos años, los mismos líderes ni siquiera recordaban porque peleaban, pero ninguno quería perder, cuando se trataba de guerra sólo había una única regla; ganar a toda costa

No importando cuantos soldados perdieran, cuántas veces se sintiera humillados, ninguno quería perder sus tierras

En esa guerra uno de los soldados del ejército rojo había sido gravemente herido, había logrado llegar a una cabaña algo destruida pero funcional, en ella quitó lo más rápido que pudo su uniforme para descubrir la herida y poder curse con mayor facilidad
Arrojó su uniforme por un lado cualquiera del lugar, pero la perdida de sangre y los golpes lograron hacerlo quedar inconsciente

Al mismo tiempo un chico de la armada contraria se había separado de su grupo, quedando totalmente perdido, se maldecia a si mismo por haber sido lo suficientemente estúpido como para perderse e incluso separarse del campo de batalla

Encontró una vieja y maltratada cabaña en mitad de su búsqueda, por lo cual decidió descansar un rato, pero al inspeccionar el viejo lugar se topó con un chico de peculiar cabello en forma de cuernos, estaba en el suelo tirado mientras comenzaba a perder la suficiente sangre para morir, pensó que sólo había sido un ciudadano con poca suerte que había recibido una bala perdida, por lo que decidió ayudarlo

Con unos trapos hizo unas improvisadas vendas, lavo sus heridas con agua y un poco de jabón que había encontrado, con mucho esfuerzo logro sacar la bala que había quedado enterrada en la parte de su hombro cerca de la clavícula, por suerte parecía no ser muy grave por lo cual arranco una de las mangas de su camisa de manga larga amarrando la herida del jóven

Observaba a aquel chico dormir a un lado de la cama, le puso gran atención a sus facciones, lindas, delicadas y lastimadas por la guerra. Piel de un tono blanco que lo hacía verse de porcelana, pero con varias cicatrices en su cara, torso, brazos y piernas, acarició levemente su cabello, un enredadizo cabello, de un tono rubio ceniza y esos peculiares cuernos que se formaban en él

Luego acarició su mejilla con mucha suavidad sintió el cálido sentimiento del calor corporal de una persona completamente diferente a él, se sentía bien, le hacía sentir tranquilo, hacía tanto que no sentía la piel de otra persona, ya que incluso las personas que los curaban en la tal Armada Azul, usaban guantes y les tenían cierto grado de repulsión a los soldados

Se quedo tranquilo mirando a un punto indefinido, acariciando el enredado cabello de aquel desconocido, lo cuidaría, por lo menos hasta que sanará o despertará, lo que pasará primero

Devolvió su mirada al rubio ceniza, viendo como su pecho subía y bajaba lentamente, una leve sonrisa ladina se formó en sus labios,se levantó de la cama buscando una manta para poder ponerla sobre el cuerpo de aquel chico y que preservará calor

....

Un chico de cabellos rubios ceniza estaba recostado en la vieja y algo fría cama, comenzó a abrir los ojos con mucho esfuerzo y pereza, tratando de cubrir la luz amarilla tintineante del viejo foco que colgaba en el techo, su cabeza dolía a más no poder

- Despertaste- Hablo el chico de la armada azul, logrando que el otro se alterará y se levantará de golpe, arrepintiendose al instante ya que todo su cuerpo dolía - Oye, oye, oye, tranquilo chico, tus heridas todavía están sanando, no te esfuerces demasiado-

Se acercó al chico sentándose en la cama para sostener la espada y pecho del rubio ceniza ayudándolo a sentarse en la cama mientras éste se quejaba por el dolor en su cuerpo