LATINA ―5SOS.

41: ¿Quien quiere cerveza?

Primero que todo, primero que nada, y antes de empezar el verdadero viaje. Tengo que reencontrarme y presentar a mis panas del alma. 

A mi grupo. 

A mis culish sin ser culish. 

A mis compañeros de baile. 

A los míos.

Aunque los australianos también son los míos pues, pero tengo que presentarlos a todos.

Suspire y apreté la mano de Luke.

—BUENAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS—grito con todas mis fuerzas.

Ya que, como he dicho antes, en la casa de Emely, no hay timbre, nojoda.

Vuelvo a gritar dos veces más.

—COÑO YA VA, UNO NO SE PUEDE NI PONER A BEBER TRANQUILO EN ESTA VAINA PORQUE VIENEN A INTERRUMPIR—se escucha cada vez más cerca su queja—. DE SEGURITO ME VIENEN A COBRAR ALGUNA VAINA, NOJO—no termino de insultar porque frenó en seco mirándonos al poste y a mi. Paseando su mirada sobre ambos en cuestión de segundos.

—¡Sorpresa!—exclamo abriendo los brazos.

Yo creo que ni flash, ni quicksilver fue tan rápido como Emely, porque con la velocidad que abrió esa reja y me saltó encima fue trifásica oyó.

Hasta nos caímos de culo por locas.

—Estas aquí...—murmura y me apretó contra ella.

—Estamos aquí—la corrijo, ella alza su mirada y ve a Anne y a Hannah. 

Se levanta de nuevo y repite la misma acción con las chicas.

Me levanto y nos abrazó a todas mientras saltamos.

—¿Y los demás?—pregunta Hannah.

Ella señala con su cabeza hacia adentro.

—Ah, por cierto, se me olvidaba—hablo jalándola del brazo—. Ellos son Calum, Ashton, Mike, Crystal y Luke—presento a los chicos con una sonrisa mientras abrazo a Luke.

Ella les sonríe, y sé que se está muriendo por dentro en este momento.

—Es un gusto por fin conocerlos personalmente, chicos—habla fluidamente—. Soy Emely, es un total placer.

Esos cursos de inglés que tomamos juntos valieron la pena.

Gracias, open english. Aunque sea caro esa mierda, valió la pena.

Al final nos invita a pasar, pero en silencio, porque la idea es sorprender a los demás.

Anne, Hannah y yo caminamos lentamente detrás de Emely. Ella aparece por la puerta trasera y los demás dirigen sus miradas a ella.

—¿Quien coño era?—pregunta Maikol y le da un sorbo a su cerveza—. Parecía una cotorra.

Salí de mi escondite y me pare justo al lado de Emely.

—¿Como que cotorra? Carajito coño e' tu madre—digo colocando mis manos en mi cadera.

Los chicos abrieron su boca ligeramente y Anne y Hannah aparecieron más atrás de mi.

—S-son ustedes—Marie es la primera en hablar sin poder creerlo.

—Claro marica, ni modo que un holograma—bromea Anne.