•Corazón Vacío/Capítulo Final•

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-Natsu...Natsu...Natsu no me ignores.

-Déjame solo!! No quiero hablar con nadie!!, grité alterado por la situación.

-No puedes seguir así, dijo calmado.

-Lo haré! La quiero devuelta, la quiero devuelta ahora!!, grité por la ira que sentía.

-Todo el mundo está buscando una solución. Algún contra-hechizo para deshacer la magia de la pistola, dijo.

-Quiero a Minerva Orland y a su padre frente a mí en este momento, dije serio.

-También los están buscando, contestó firme.

No aguanté más y las lágrimas comenzaron otra vez a bajar, el sentimiento de vacío y de tristeza no desaparecía y creo que no hay ninguna otra mujer en el mundo que llene mi corazón nuevamente. No tener a Lucy en mis brazos es el peor castigo que alguien pueda tener, no me interesa perder mi corona de príncipe o el castillo o lo que sea, pero quiero que ella vuelva.

Hace tanto frío, que ni todo el fuego del reino me puede calentar y si este frío sigue, se incrustará en mi corazón y seré alguien totalmente diferente, aunque suene de película, es la verdad y solo tengo asegurado que mi amor por ella es eterno. Un corazón vacío es peor que un corazón roto porque sabes que tienes a la persona frente a tí y no puedes tocarla ni besarla y sentir el calor de su mano con la tuya, ni sentir las mariposas en el estómago cada vez que la ves sonreír o reír.

Tal vez en otro casos puedas recuperar a la persona con chocolates, buenas acciones o gestos cariñosos pero en mi caso: la persona es una estatua de piedra que no se va a mover en quién sabe cuanto tiempo. Y lo odio, odio no poder hacer algo para traerla devuelta.

-No quieres ir a visitarla?, me preguntó Igneel otra vez.

-Iré solo. Vete, por favor, dije triste.

La cama en la que estoy ahora, es la misma en la que le hice el amor a Lucy cientos de veces. Ella parece una pieza de museo, justo en la plaza de la ciudad donde todos puedan verla y sentir lástima por mí.

Me levanté a duras penas, me bañé, cambié de ropa y salí a verla. Cada vez que pasaba a la par de alguien sentía su mirada de lástima en mí y odiaba eso. A Lucy no le gustaría que sintieran lástima por ella.

-Amor, princesa. Aquí estoy, agarré su mano y sentí frío -Maldición, Lucy! Despierta por favor!!.

-Príncipe Dragneel, escuché a un aldeano detrás de mí -Encontramos a Minerva, esas 3 palabras hicieron que volteara a ver a la persona.

-Donde?, pregunté serio.

-Los rumores dicen que la vieron cruzando el mar del Caribe, en ese momento me transformé y salí volando hacia allá.

No escaparás Minerva...

Estuve volando por 20 minutos sobre el mar buscando un barco o lancha donde estuvieran Minerva y su padre, pero no había nada, solo un crucero de ricachones.

-Donde estás, bruja...?, susurré para mi mismo.

Aterricé para descansar un poco y llamé a Gray.

•Hielitos•

-Oye! Qué pasa?

-No los veo.

-A quién?

-A Minerva y a su padre, Gray.

-Estas en el mar del Caribe?

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