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Desperté, sintiendo aquel frío y horrible ambiente que llevaba rondando en mi casa hacía meses. Había logrado dormir un poco, así fue, pero la migraña que cargaba conmigo era espectacular.

Me levanté de la cama, obligándome a cerrar los ojos debido a que un mareo me invadió y mi vista se encontró nublada, falta de vitaminas, quien sabe.
Después de aquel momento, caminé a la cocina, tomando un vaso de agua que había dejado en la nevera la noche anterior, después de mi visita diaria a la biblioteca, la cuál contaba con servicio público al internet y el cual aprovechaba para investigar más sobre el caso de mis hermanos. Teníamos sospechosos y un par de "testigos", pero ninguno de ellos, por desgracia, había visto con nitidez la cara de quien sea que se llevó mis pequeños.

Escuché toques en la puerta, con un fervor impresionante. Dejé el vaso sobre la mesa y cerré con ambas manos el blazer desgastado que llevaba.

Abrí y miré de reojo a la persona, por un momento, pero al identificar tan marcadas facciones, mi vista fue directo a su cara—¿Pero qué carajos...?, ¿qué estás haciendo aquí?

Antes de que me diera una respuesta o que yo misma lo pateara a la acera, entró con una caja de tamaño mediano, dejándola en una esquina de la sala, la cual estaba oculta debido a que ambos sofás se encontraban en ese punto, y dejaban un cuadro de piso al vacío.

—Necesito que guardes eso por mí, no recurro a ti por gusto Reyla, juro que ni siquiera eres una opción —mencionó después de dejar lo que sea que llevaba—

—Lárgate y llévate tu mierda de aquí, no juego Jason, creo que ambos dejamos más que en claro que esto —nos señalé a ambos—fue un inminente error. Aparte de que insultas básicamente todo lo que me importa como el jodido caprichoso que eres, entras aquí como si fuera tu casa

Observé cómo su mandíbula y muñecas se apretaron, pero no bajé mi postura— Tengo información acerca de algo que puede ayudarte con la investigación, aparte de que puedo darte 300 en efectivo, anda, es una noche, sólo eso —relamió sus labios, esperando mi respuesta, creyendo que si quiera lo estaba pensando.

—Llévate esa basura de aquí —mascullé entre dientes, no era su estúpida, no lo sería.

De un momento, él cerró la puerta y me acorraló a ella, por la mirada que tenía, noté que estaba muy alejado de ser algo lascivo, muchísimo muy alejado de querer algo sexual, porque el odio que transmitió hacia mí, bajó desde mi espina dorsal hasta mi estómago— No quería llegar a este punto, pero tú más que nadie sabe que dejaste de ser una persona completamente libre gracias a tu papá, y muy alejado del dinero, tengo escrituras Reyla, así que de actuar así porque no puedes. —y el hecho de que lo haya dicho con tal frialdad, me llevaba a preguntarme si nunca se había imaginado cómo era vivir con tantas inseguridades en aquellos barrios de Londres, aquellas necesidades que alguna vez yo había tenido y seguía teniendo. Aquella miseria.

—Lárgate —dije con la voz llorosa, escuchándose más aguda de lo que solía ser y, más que nada, lastimándome el haberme mostrado de aquella manera ante una amenaza, me daba repulsión que fuera viniendo de aquel ser lleno de luz que había sido tan solo unas pocas semanas.

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¿Por qué mi pecho dolía tanto?, solo estaba mirando a la nada, más específicamente, la caja de cartón que Jason había dejado aquí, más o menos hace 2 horas.

Tenía un horrible mal presentimiento, ¿por qué?, bien, tenía mis razones.

Pero más que nada, me estaba deprimiendo sobre mi sofá. No había pensado en lo grave que era mi situación, pertenecerle a alguien, y no estábamos hablando del hecho en el "pertenecer" en el sentido romántico de la palabra. Si no en el oscuro, el peor.

No se comparaba a estar en una relación tóxica donde tu pareja es completamente posesiva, si no, estar con esa constante paranoia; la cual te deja pensando sobre en qué momento se va a aparecer aquella persona, tú dueño, a decir que tienes que hacer esto o aquello. ¿Cómo me defenderé?, por una mierda.

Aparte, de que no había pensado en su mamá y que en cualquier sentido iba a afectarle. O tal vez no.

Su estado mental estaba por los suelos, constantemente, cuando algo le recordaba a sus hijos menores, o en momentos que no tenía nada más en que pensar que; ¿por qué?, la oía murmurarlo con persistencia.

Su hermoso y oscuro cabello estaba cayendo, o de otra manera, siendo arrancado por ella misma.

Yo sabía perfectamente que su estado era para ser tratado por profesionales, no tenía el dinero pero si un seguro médico que su padre había pagado para la familia completa en tiempos de antaño.

Pero me aterraba.

Sacar a mi madre al mundo, y que ellos la trataran con crueldad, que la juzgaran, simplemente que observaran lo muertos que sus ojos se encontraban.

"We are young" de fun comenzó a llenar el silencio de la sala, indicando que alguien me llamaba.

Beniboo.
Reyla, escúchame con cuidado —se le escuchaba como si estuviese corriendo una maratón—, estaba en casa de Madison, estábamos apunto de acostarnos, larga historia, cuando entraron 5 personas a la casa, ¿aún me escuchas? —mi contestación fue manifestarme con un pequeño "mhm" que salió de mi garganta—, bien, uno de sus tipos era idéntico a Jason, pero en mayor. No exagero, es jodidamente loco, pero asesinaron al padre de Mad y se la llevaron a ella, Reyla, acabo de ver cómo le cortaban la garganta a un hombre y se llevaban a una chica. Esto a dejado de ser un juego, llévate a tu madre de ahí y encuéntrame en la biblio... —la línea de corto y corrí al baño a vomitar, mi estómago se había vuelto susceptible a todo y estaba pagando caro por el constante miedo que me había estado asechando desde hacía un tiempo.

Tal vez más tiempo del que yo realmente me imaginaba.

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Próximo cap ahora en unas horas o más tardar mañana.

V E N D I D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora