Capítulo 18

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Capítulo 18 UNA NUEVA NATALIA

Me pregunto si en algún momento de mi vida dejaré de huir, de esconderme, de pelear por mi vida. Ya había pasado un mes desde la ultima vez que vi a Christina y a mi abuela, no teníamos muchas noticias de ellas. Estábamos en Francia, en una casa al lado de los enemigos, un lugar donde nunca nos buscarían, y con muchos túneles secretos para escapar, en caso de que lo hagan.

Habíamos contactado con Emma hace un par de días, quien instaló cámaras y micrófonos escondidos por todo el castillo, a los cuales hoy tendíamos acceso por primera vez.

Nos acompañaba una guardia real de 10 hombres que se hospedaban en la casa de al lado, actuando como personas reales, campesinos de las afueras del palacio, todos con habilidades para defendernos, conocimiento tecnológico, y del lugar, incluso entre ellos habían dos agentes secretos que trabajaron junto a mi padre antes de su muerte.

-Ahí están- Dijo uno de los guardias, mientras señalaba la pantalla. Eran Kaidan y Camila, besándose como si no hubiera mañana, suspire, y le pedí que buscara a mi abuela en las cámaras, Sebastian colocó su mano en mi hombro, como diciéndome que fuera fuerte, que todo iba a ir bien. Aunque me dolía hasta el alma de los entrenamientos que habíamos estado teniendo, no quise pedirle que retirara su mano, incluso coloque la mía encima de la suya, sabía que estaba muy preocupado por Christina.

-¿CÓMO QUE USTEDES NO FUERON?- La imágenes mostraban a mi abuela conversando no muy tranquilamente con Ruth.

-No, solo queríamos proteger a nuestra hija- Le dijo Ruth.

Miré a Sebastian extrañada, si mi abuela tenía control sobre Ruth y su hija, además de que estaba completamente libre, ¿por qué no había contactado con nosotros? y ¿por qué Kaidan seguía con Camila?.

Las dudas como siempre comenzaban a atormentarme, a consumirme, subí a mi habitación y tomé la carta que me había dado mi abuela antes de que escapáramos, no tenía sentido que la siguiera leyendo, una sola frase escrita que ya sabía de memoria.

-" Nos enteramos de una posibilidad que puede cambiarlo todo, ustedes aléjense de mi, y cuando todo se estabilice los buscaré". - Volví a leer en voz alta, estaba tan harta de que me ocultaran cosas, de que me trataran como una niña, se suponía que algún día gobernaría, y una reina no puede dejar que la pasen por arriba.

La carta de mi abuela me había dado la fortaleza que necesitaba para enfrentar mi vida, ni ella, ni Kaidan, sabían que estábamos al lado, con todo un equipo trabajando con nosotros, ya era hora que dejaran de tratarme como una niña que deben cuidar todo el tiempo. No quería ser una carga y mucho menos para mi familia.

-¿Se puede pasar señorita McCurthy?- Preguntó Sebastian parado en mi puerta con una bandeja de comida. -Pensé que tendrías hambre, te levantaste temprano a entrenar y no comiste nada-

-Es que...- Respondí mientras dejaba la carta en el escritorio y me levantaba para sentarme en mi cama junto a él. -Siento que ocultan algo grande-

-En primer lugar, veo que te gusto mucho mi sándwich, soy un gran cocinero lo sé- Dijo con la misma arrogancia de siempre, solo que ahora con una bella sonrisa en su rostro. - Y en segundo, si ocultan algo, lo vamos a descubrir, mira todo lo que hemos hecho en menos de un mes, logramos entrar sin que se dieran cuenta, los vigilamos, ellos van a estar bien, gracias a tu brillante idea-

- En primer lugar, tu sándwich es un asco, solo lo como porque tengo hambre, y en segundo no me vuelvas a llamar señorita McCurthy, ahora me se defender- Mientras le guiñaba, me levante para mirar por la ventana, la vista que teníamos al castillo era extraordinaria, podíamos ver todos sus movimientos sin que supieran que estamos allí.

-Natalia, hay noticias- Nos llamaron desde abajo, las cámaras mostraban una conversación entre ambos reyes y mi abuela.

-Nos vigilan Amanda- le decía el rey.

-¿Creen que saben de nosotros?- Pregunté, apenas me dejaron concluir la frase y me mandaron callar.

-Lo se, la mafia es peligrosa, pero ustedes hicieron tratos con ellos, y ahora su líder se hospeda en su palacio- Respondió mi abuela

-Lo hicimos...-

-Si, para proteger a Camila, no es necesario que lo repitan, tenemos 5 minutos para hacer un plan- Interrumpió

-Solo tenemos que hacer algo que confirme que ellos están aquí y mandárselo a la CIA-

-Dime que estas grabando esto Erick- Dijo Sebastian y el asintió

-¿Con los celulares que por tu culpa de tu hija nos quitaron?-

-¿QUE HACEN AQUÍ?, Saben que tienen que estar donde los veamos- Interrumpió un hombre de negro y salieron todos del salón.

-Díganme si me equivoco, Ruth y Camila no son malas, solo están bajo presión de la mafia, que ahora los tiene a todos en una especie de secuestro- Dije

-Así es Nat, ahora es fácil, solo hay que ver cuantos son, que es lo que quieren y mandarle este vídeo a la CIA y a nuestro grupo de agentes lo antes posible- Respondió Erick

-¿Te teñirías el cabello Nat?- Me pregunto Sabrina, una de las chicas mas inteligentes que había visto jamas, y quien nos acompañaba casi desde el principio. -Hay una mafiosa rusa, que es conocida por su belleza, e inteligencia, y su padre muerto es muy amigo de Frank, el hombre que esta al mando, podemos maquillarte y disfrazarte como ella, de esa manera tu y Sebastian podrían entrar perfectamente, saber que traman y cuantos son.

-Eso es muy arriesgado, y la seguridad de Natalia es prioridad- Respondió Sebastian

-Quiero hacerlo- Dije. -El único problema es que no se hablar ruso y como contactaremos con ellos-

-Tranquila, ella habla ingles y un poco de español, y es fácil, ve y párate frente al palacio, di que quieres verlo y quien eres, el solo hecho de que sepas que están ahí llamara su atención-

Mi pelo rubio ahora era oscuro, tan oscuro como la noche, lo bueno es que era solo temporal, llevaba diez kilos de maquillaje y un vestido exageradamente corto y brillante, realmente me veía igual a la chica de las fotos. Lo mas divertido era ver como maquillaban a Sebastian y como se quejaba del polvo que le hacia cosquillas. Sabrina también nos acompañaría, sería mi "asistente personal", para retocarnos el maquillaje cada tanto, ademas de que peleaba muy bien en caso de que nos descubrieran.

Faltaban 20 minutos para el amanecer, y para el comienzo de nuestro plan, pasaríamos todo el día en el palacio y en la noche la CIA ya estaría enterada de absolutamente todo y con suerte mañana vería a mi abuela y a Kaidan.

...

Publicado 25 de enero 2019

La hija de un Rey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora