CAPÍTULO 11: EL LABORATORIO DE LEKTA

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La nave iba demasiado rápido, y Belas comenzó a frenarla y estabilizarla.

Mientras se abrían las cápsulas de cristal que cubrían los asientos de todos, Belas comenzó a informarlos.

- Ya hemos llegado. El Laboratorio Lekta está en el centro de la Gran Mancha Roja... Allí se concentra la suficiente cantidad de energía como para poder aprovecharla y usarla en proyectos de altísima demanda de energía.

Verú tenía curiosidad. - ¿Tanta energía se necesita para crear unas cuantas moléculas que hacen que seas inmortal?

- No, no es necesaria. Pero el descubrimiento de la inmortalidad ha sido posiblemente el mayor hallazgo de la humanidad por ahora, y por eso se decidió que fuese conservado en el laboratorio más importante que tenemos.

Keroto también tenía otras dudas que quería resolver. - Y la Gran Mancha Roja, ¿no iba a desaparecer?

- Estuvo a punto de desaparecer por alrededor del año 3100. Los humanos ya tenían algunas pocas instalaciones allí, aunque no eran nada especial. Pero sabían el potencial energético que tenía la Gran Mancha Roja, y por eso todos fueron a tratar de revivirla. Había millones de naves tratando de crear fenómenos meteorológicos artificiales para que volviese a funcionar. Todas esas naves se unieron entre sí, más otras que vinieron después, y formaron lo que hoy en día es "El Laboratorio Lekta" en honor a nuestra muy legítima y buenísima emperadora.

- Curioso, y lo último que has dicho era ironía, ¿no?

- Bien observado.

Mientras seguían conversando sobre otras dudas que tenían, La nave estuvo acercándose al laboratorio. Se podía ver claramente desde el espacio, sobre todo por un gran rayo de luz y energía que atravesaba la Gran Mancha Roja hasta que la densidad de los gases jovianos no lo dejasen ver.

Se empezaron a adentrar en la atmósfera, y el cielo que en un momento era negro y con millones de estrellas, se convirtió en una densa capa de nubes y gases de tonalidades amarillas, naranjas y marrones.

Estaban llegando a una de las superficies de la nave, se veía mucha tranquilidad en ella.

El laboratorio era inmenso. Era una nave de tamaño casi rectangular, en la que mientras su altura era de unos doscientos metros, su longitud de un extremo a otro era de miles de kilómetros. Pluvia, mientras miraba por las ventanas de la nave, no lograba encontrar el horizonte del laboratorio. Tenía altos edificios que estaban muy alejados entre sí. Parecía una ciudad flotante.

La arquitectura del laboratorio era la arquitectura post-lunar, y la que actualmente usan los humanos. Edificios metálicos y formas geométricas, con todos sus circuitos y luces neones al descubierto.

- Chicos, la zona donde se almacena la fórmula de la inmortalidad se encuentra en una de las cuatro salas principales que están rodeando el gran rayo de energía. Cuando lleguemos allí, tenéis que seguirme. Hay muy poca gente en este laboratorio, pero la hay, asi que tened cuidado de que no os vean.

Verú, con un estado de salud crítico, seguía siendo tan enérgico como siempre. - ¡Vale!

Verú estaba cada vez peor; su piel estaba muy seca y deteriorada, le faltaba pelo en sus extremidades, y no tenía apenas energía para hacer nada.

La nave ya había llegado a dicho lugar donde se creaba el rayo de energía. Allí, había cuatro bloques que aparentaban ser las salas, y que rodeaban el rayo a una distancia kilométrica, formando un enorme círculo.

Belas vio que había gente, pero parecía darle igual.

- Ya hemos llegado. Id detrás mía.

Los chicos callaron y otorgaron.

PluviaWhere stories live. Discover now