Capítulo 3

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Le Sur era tan hermoso como pensé que sería. El ambiente era impresionante, con su luz tenue y ambiente romántico. Los pisos de mármol eran excelentes, al igual que las pinturas que colgaban en las paredes representando a París. Las mesas estaban cubiertas con manteles de satén, y las comidas eran servidas en porcelana delicada.

-¿Te gusta el lugar? -preguntó Lauren cuando notó que yo miraba alrededor.

-Sí, es un hermoso restaurante. -Sonreí.

El camarero nos trajo la cena mientras Lauren estaba a punto de hacerme una nueva pregunta.

-Dijiste que eras voluntaria en un comedor comunitario, ¿se puede saber, por qué? -La expresión de su rostro me dijo que se sentía algo intrigada por ello.

Tomé mi tenedor y cuchillo y corté mi pollo mientras procedí a responder a su pregunta.

-Me gusta ayudar a la gente necesitada, debería saber eso a estas alturas, señorita Jauregui.

Negó con la cabeza. -Sí, fue una pregunta tonta, ¿no?

-Tuve una infancia difícil y digamos que no hubo nadie que me ayudara. -Sus ojos nunca dejaron los míos; escuchaba de cerca cada palabra que yo decía.

-¿Qué hay de sus padres? ¿No le ayudaron? -Bajé la mirada, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Mi madre murió de cáncer cuando yo tenía seis, y mi padre fue un alcohólico que murió justo antes de mi décimo octavo cumpleaños.

La expresión de su rostro cambió, pasó de dura a suave en cuestión de segundos.

-Es por eso que me ayudó anoche, ¿Por qué cree que soy una alcohólica? -preguntó. Tomé el último bocado de mi cena y dejé el tenedor.

-No, mi padre murió ahogado en su propio vómito en una de sus noches de borrachera. Lo encontré muerto en su cama a la mañana siguiente. No quería ese mismo destino para usted. La gente no comprende cuan fácil es que algo así suceda. Pasé toda mi vida cuidando de mi padre, quien absurdamente bebió hasta el olvido casi todas las noches porque no podía superar la muerte de mi madre, así que para mí es una segunda naturaleza ayudar a la gente.

No sabía qué decir, yo creo que la sorprendí. Levantó su copa e indicó que hiciera lo mismo.

-Bueno, gracias por su ayuda anoche, a pesar de que me molesté esta mañana por encontrarle en la cocina, lo aprecio.

-De nada -Sonreí.

Cuando estábamos dejando el restaurante, noté que varios hombres y mujeres miraban a Lauren con lo que parecía lujuria. Algunos se relamían los labios mientras pasábamos, y otros la analizaban de arriba a abajo. Fue bastante desagradable, pero entendía por qué lo hacían. Ella era, sin duda, algo para ser admirado. Caminamos hacia fuera, y me miró.

-¿Se le antoja un helado? -pregunté.

Me miró desconcertada, como si yo estuviera loca o algo así.

-No, no quiero helado, la llevare a casa y luego tengo otro lugar en el que estar. -Aquí venía su grosería otra vez, me sorprendió que le tomara tanto tiempo.

-Oh, vamos, yo invito. Conozco una heladería muy buena, a un par de cuadras de distancia, que está abierta las 24 horas.

-Señorita Cabello, no quiero ningún helado, ahora entre al auto, así Denny la podrá llevar a casa. -Su tono era firme.

Empecé a caminar calle abajo. Quería un helado. Si ella no quería, era su problema, pero yo conseguiría mi helado con o sin ella.

Moví mi mano mientras me alejaba. -Gracias de nuevo por la cena, Señorita Jauregui, nos veremos por ahí nuevamente.

Para Siempre - (Camren FanFic)Where stories live. Discover now