LA RUBIA Y EL CASTAÑO

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Llegando a casa Jordán se sentó en el sillón de mi casa esperando a su amada, y ya llegó la chica rubia de doce años que mientras pasaba la puerta acomodaba su cabello ondulado en una coleta.
Ella posó sus ojos celeste en el castaño sin saber como expresarse realmente ya que ella sentía algo pero no era capaz de demostrárselo y menos viéndolo fijamente a esos ojos verdes que simplemente para ella eran bastante atrayentes.

Hola Jordán –  dijo a secas tratando de ocultar el nerviosismo que le causaba su presencia.

Dayane como estas? – dijo tratando de hablar con ella.

Respirando adiós – dijo aproximándose a las escaleras.

Fue un gusto verte – dijo mientras jugaba con sus dedos por lo bajo.

Lamento no decir lo mismo – dijo la muchacha llegando a lo mas alto de las escaleras para llegar  a su habitación que estaba del otro lado de la escalinata con bordes de plata.

Nunca  va a quererme– dijo el castaño cabizbajo.

Algún día amigo,verás que ella te llegara a querer – dije apoyando mi mano en su hombro izquierdo.

Tu media hermana es muy seca cuando hablamos, bueno mejor dicho cuando trato de hablarle – dijo entristecido.

Deja de amartelarte por ella y ayudame a poner a la mesa – dije para luego dirigirnos al comedor.

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Tiene que estar por aquí Jordán, eso no puede perderse – le dije mientras que buscaba en el librero.

Pero que tiene que tu diario se haya perdido – dijo sentándose en la cama.

Que ahí están los últimos y únicos recuerdos de mi mamá y toda mi vida desde los 10 años.

Después de decirle eso salí del cuarto para buscar el diario en la biblioteca , en eso me encontré a Dayane pasando por el pasillo y me detuvo a mitad del camino.

Que te pasa, tengo prisa – le dije algo agitada.

Buscas esto? – me dijo mostrándome el diario y una foto de mi madre y yo que estaba en mi diario.

Si, y ahora dámelo – dije para que me diera mis cosas en ese momento.

Toma – me dijo pasándome el diario – dame la foto – dije ya furiosa.

Cual foto? –  dijo rompiendo en dos uno de los mas preciados de mis recuerdos – a esta foto – dijo tirándola al suelo, y saliendo del pasillo.

Solo pude caer de rodillas al suelo,haciendo caer un centenar de lágrimas que no paraban de caer, recogí la foto o al menos lo que quedaba de ella. Era la única foto que tenia,era lo único que me quedaba de ella. Y ahora esta destrozada tanto como mi corazón.
Sentí a alguien abrazarme y yo correspondi ya que este debía de ser Jordán.

Luego de un momento sentí que los brazos ya no estaban, entonces me espante al escuchar como el castaño me hablaba desde el otro lado del pasillo.
Eso me pareció raro ya que supuestamente el me estaba abrazando hace apenas un momento.

Jordán tu me abrazaste? – le dije confundida.

No pero parecía que abrazabas al aire – dijo riendo.

Esto es raro no se que habrá sido, pero ahora solo quiero rescatar el único recuerdo de mi madre.

Casada Amando A OtroWhere stories live. Discover now