Carcajeo.

Recuerdo a Quinn y su cara de sorpresa cuando el acento inglés se me escapó en una de nuestras conversaciones. Sus ojos se iluminaron y me miró como si fuese el tipo mas sexy del mundo.

—Hay algo que debo decirte —me revuelvo incómodo en mi lugar. Emma lo nota y carraspea, se inclina levemente hacia atrás, como si supiera qué palabras saldrán de mi boca antes de decirlas—. Tenemos que... —toso al sentir su mirada—. Tenemos que dejar de vernos.

Los ojos incrédulos de Emma me miran con diversión mientras me echo hacia atrás en mi lugar.

—¿Por qué? —inquiere.

Humedezco mis labios. ¿Qué razón justa le tengo que dar? ¿No porque la chica que me gusta que vive otro continente me dijo que puedo estar con cualquier chica menos con ella? No suena exactamente bien.

—Estuve en Portland y...

—¿Es esa chica, verdad? —me pregunta. Parpadeo sorprendido y me quedo en silencio, dejando que ella elabore—. Ya sabes, la rubia.

Me detengo unos momentos intentando pensar en qué momento le hablé a Emma sobre Quinn. Nunca. La mencioné pero ninguna de esas veces fui específico.

—No es muy difícil unirte a ella, tuvieron algo, ¿verdad? —suena incómoda. Lleva su latte a sus labios y bebe un poco para disfrazar su incomodidad.

Asiento. Tuvimos algo, supongo.

—¿Han vuelto?

—Algo así —respondo—. Emma, eres increíble pero no podemos seguir viéndonos. Eso es todo.

—¿Ni siquiera como amigos? ¿Es muy celosa? —me pregunta.

Ahora debo lucir como un tipo inmaduro y muy imbecil. Como no.

—Podemos ser amigos —respondo encogiéndome de hombros e intentando actuar casual—. Solo que...

—Amigos sin derechos —concluye casi riendo. ¿Cómo ha pasado de estar incómoda a divertida en tan poco tiempo? ¿Por qué ahora yo estoy tan incomodo? 

—Básicamente —respondo.

Tomo el último sorbo de café que me queda. Ya está frío y es muy amargo, pero no creo que más amargo que esto.

—Presiento que lo de ser amigos no funcionará, Liam —dice en un suspiro. Luce frustrada y abatida, parecido a cuando te llevas una gran decepción.

Yo tampoco creo que ser amigos funcione. ¿Cuando funciona? Nunca.

—Además, no estoy para dramas —vuelve a hablar—. Pensé que podríamos tener algo serio, pero veo que las cosas no son como yo pensé.

«Pensé que podríamos tener algo serio». Por un momento, yo también pensé eso. Me hice la idea en mi cabeza de que Emma podría ser la estabilidad que necesitaba. Que Emma podría ser ella.

—Lo siento.

—No lo sientas —se apresura a decir ella—. Lo entiendo perfectamente. No es tan dificil.

Aprieta sus labios en una fina línea y juega chocando las puntas de sus uñas contra la mesa. Esta es esa situación en la que las mujeres dicen "estoy bien" cuando en realidad, podrían arrasar al mundo entero con la mirada.

—¿Estamos bien? —inquiero con incomodidad. Mi cabeza solo cuenta los segundos para terminar esta conversación e irme.

—Sí —contesta alzándose de hombros.

Emma es rápida cuando se levanta de su silla. Toma el café que le compré y su bolso que estaba colgando de un extremo de la silla. Ajusta su cazadora de cuero y me esboza una sonrisa forzada.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Where stories live. Discover now