16. Quinn.

44K 3.6K 1.4K
                                    

Capítulo editado.

16 | QUINN

Afuera de la cafetería, el aire es fresco y dejo que mis pulmones se llenen de el. Me obligo a no echarme a correr o hacer algo inmaduro ya que aun pueden verme por los ventanales.

Llego al auto de Zack como había prometido. Sin embargo, no me subo. Tomo una profunda respiración para calmarme.

Acabo de ver a Tyler. Repito eso en mi cabeza hasta que queda grabado como un tatuaje.

Suelto un grito y golpeo la llanta del auto de Zack. Nadie me escucha, nadie me ve, así que me doy la libertad de soltar todos los gritos que siento necesarios y golpear cuantas veces me apetezca el neumático.

La mirada con la que me miró Tyler... No deseas que nunca nadie te mire de esa manera. Él perdió toda confianza en mí, todo signo de posible perdón. Tyler Aiken me desprecia y no puede siquiera mirarme.

Está bien.

Me lo merezco.

—Esto es una mierda —murmuro exhalando el aire que contenía. Cierro mis ojos y recuesto mi cabeza en el asiento.

Pasan unos cuantos minutos en los que apago mi mente y no pienso en nada, y me agrada estar así. Sin embargo, todo concluye cuando oigo la puerta abrirse. Mi corazón da un salto y me obligo a sentarme derecha.

Esperaba que sea Aggie o quizás Nick. Incluso podría esperar que sea Liam, me hubiese gustado que me siguiera cuando salí pero sabía que era pedir demasiado. Así que me sorprendo cuando mi mirada se cruza con la de Tyler.

Entra al auto y cierra la puerta tras él. No dice nada, no hace nada. Se queda sentado a mi lado.

Espero paciente a que los otros abran la puerta y me digan que ya podemos irnos, sin embargo nunca llega.

Solo somos él y yo.

No sé qué decir, tampoco sé si Tyler está esperando a que yo diga algo o simplemente está reuniendo sus ideas para hablarme. Esta situación me confunde porque lo último que esperé de él al verlo en la cafetería fue que me buscara.

—Ha pasado mucho tiempo —gira su cabeza y busca mi mirada. Su tono es tranquilo, es normal, es como el tono que Tyler usa siempre para hablar con todos. Muy parecido al que usa Liam, desinteresado y hasta un poco arrogante.

Asiento. Mi mente quiere responder, pero estoy muy ocupada observando cada detalle su rostro. No ha cambiado mucho, parece que la universidad no ha hecho efecto en su apariencia todavía. Sin embargo, puedo notar las bolsas oscuras bajo sus ojos, lo poco queda de su bronceado veraniego y su cabello más largo. Ahora puede moverlo a su gusto y si lo hubiera tenido así cuando estábamos juntos, seguramente me hubiese divertido mucho intentando trenzarlo.

—Sí —aclaro mi garganta.

—¿Cómo has estado?

Apenas esas palabras abandonan su boca, ladeo mi cabeza y exploto sin poder contenerme ni siquiera un segundo más.

—Tyler, por favor no me trates así —suplico moviendo mis dedos con nerviosismo.

—¿Así cómo? —me pregunta con sorpresa.

—No me trates como si no te hubiese roto el corazón —suelto casi quedándome sin aire.

Se queda en silencio. Ese silencio me pone incómoda y nerviosa, necesito que diga algo, que me grite o que se vaya enojado. No puede tratarme así. No después de lo que hice.

—¿Qué quieres, entonces? ¿Qué te odie, que te grite? —resopla—. Te estaría dando con el gusto. Y eso es lo último que quiero —termina y estira una pequeña sonrisa para nada amigable—. Quinn, ya te superé. Me has hecho mierda pero aprendí una lección muy importante, no enamorarme de personas como tú. Personas dañadas, porque esas son las terminan lastimándote peor.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora