Capítulo 4.

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Alcander

-Tenemos problemas –Dijo la chica que había visto anteriormente.

-¿A qué te refieres con eso? –pregunte mientras me acomodaba en el asiento, estábamos en una casa en la tierra, el lugar era diminuto y humilde, pero tenía el tamaño suficiente para albergarnos a Axel, Brandon, Artemis y a mí.

-Bueno –dijo ella con algo de nerviosismo –Estamos lidiando con una guerra entre religiones…

-¿Y? –Dijo Brandon, un ángel con edad aparente de 26 años (igual que yo) con un cuerpo robusto como el de un toro, alas largas con puntas filosas, un cabello corto y ojos de color café oscuro.

-Bueno –dijo Artemis de nuevo, me encontré mirándola por un largo rato, quizá era el motivo por el que se veía tan nerviosa, o quizás no, honestamente no se supone que nosotros los ángeles sintamos nervios, quizá ella tiene algún lazó fuerte con un humano, como yo- Una guerra entre religiones significa dividir al mundo, nosotros no podemos actuar, así que los humanos quedan a propia defensa, y si están divididos no podrán con esto.

-No podrían con esto aunque estuvieran unidos- Dijo Axel

En realidad había estado pensando lo mismo, no podrían vencer algo que venía desde adentro.

El plan del mal era simple, usar los corazones vulnerables de unos cuantos y causar revueltas, luego lograr una separación, crear pánico y anarquía, y después cuando ellos mismos se hubieran empezado a destruir, la bestia sería liberada y los humanos pasarían a ser marcados, lo que significaba romper lazos definitivos con el cielo, y pasar a ser propiedad del infierno. Esto podía ser evitado claro, con fe y solo con eso, pero dividiendo y causando miedo pocos serían los que se salvaran y entonces el mal habría cumplido su misión.

-¿Qué podemos hacer nosotros? –Dije interrumpiendo una conversación que no estaba escuchando.

-Alcander presta atención –dijo Axel dándome un codazo en las costillas, lo voltee a mirar y rodé los ojos.

-Lo siento, estaba distraído

-Presta atención –Dijo Brandon y volvió a mirarnos a todos – Solo podemos darles muestras de nuestra existencia, apariciones, palabras, imágenes… proteger a los creyentes y hacerles saber que estamos con ellos, que solo su fe los podrá salvar.

-¿Cómo sabremos a quien aparecernos? –Preguntó Artemis.

-A todos aquellos que nos llames –Contestó Axel, estuve de acuerdo con la idea, después de todo quizá enseñándoles que estábamos con ellos, entonces podrían salvarse de ser marcados.

La reunión término minutos después, Brandon y Axel partieron de inmediato, me quede solo con Artemis que se acercó a mí con cautela.

-He visto a la chica –dijo mirándome, eso me tomo desprevenido ¿había visto a Kay?

-¿Qué chica? –Ella me miro y me encogí de hombros- ¿Dónde la viste?

-En el espejo de agua –dijo, inmediatamente llamó mi atención. Artemis tenía el don de ver el futuro de algunas personas en la tierra, ella usaba un espejo de agua en donde hundía sus pensamientos y para ella todo era revelado. –No fue algo muy bueno…

-¿Morirá? –pregunte mirando el horizonte, no podía dejar que ella viera mi debilidad.

-No lo sé… -era obvio que lo sabía- yo solo la vi a ella… contigo…

-¿Dónde? –exigir saber.

-En unas ruinas… -ella busco mis ojos y tuve que mirarla- no estoy segura si la que estaba contigo era ella o su alma

Asentí hacia ella y me abrí paso hacía un árbol que estaba aún lado de la choza donde acabábamos de reunirnos- Gracias por la información –puse una mano en el árbol, cerré los ojos y mi cuerpo se desintegro para aparecer en otro lugar.

Tenía que visitar a mi niña.

Ángel GuerreroWhere stories live. Discover now