7.- Fundación.

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—Morirás de calor a donde vamos.

—Ya estoy acostumbrado. ¿Qué hay de tí?, ¿No había una falda más larga?.

—¿De qué hablas?, Si me llega a las rodillas.

—La preferiría hasta tus tobillos.

—No me digas que hacer, abuela—decretó al salir de la casa.

Cerré la puerta y nos dirigimos hacia una camioneta a la que nos subimos.

—Hola Chelsea—dijo la conductora mientras subíamos a los asientos de atrás.

—Hola Melanie, te presento a mi hermana Irina.

—Es un gus... — La frase se vió interrumpida por un codazo en las costillas de Chelsea hacia mí.

—Deja de hablar así, lo prometiste—me susurró la pequeña.

—Tu tampoco has cumplido el trato.

—Hablaremos de eso después, ¿Si?—rogó

—¿Todo bien, chicas?—preguntó preocupada.

—Si, es solo que mi hermana mayor está un poco nerviosa.

—Si—respondí sin forzar la voz de forma conciente por primera vez.

—No hablas mucho, ¿Verdad?.

—No...

Aquel sonido que producía mi boca me ponía nervioso, como si alguien más estuviese hablando por mí, aunque debía empezar en algún momento o mi garganta comenzaría a dañarse.

—No te preocupes, Melanie, ya se acostumbrará—comentó Chelsea casi leyendo mi mente.

El trayecto fue silencioso y tardado. Recorrimos todo el municipio hasta quedar cerca de la playa, donde nos detuvimos en un lugar enorme. Ahí, nos bajamos los tres y entramos pero la Melanie tomó otra dirección.

—¿Qué es este lugar?.

—Se llama el Arca, es una sede de la fundación "CarMa para todos". El nombre es muy gracioso, pero ellos nos dan la medicina que necesitamos para mamá.

Ese nombre resonó en mi cabeza. La madre de Chelsea es beneficiaría de mi fundación.

Al entrar al lobby nos recibió un hombre adulto muy bien vestido.

—Buenos días, pequeña, supongo que ella es tu hermana.

—Así es— Ambos estrechamos la mano sin hablar.

—El es Francisco, director de este lugar.

—¿Panchito?, Me acuerdo de cuando boleabas zapatos. ¿Todo esto era lo que tenías en mente?—dije muy feliz.

—¿Perdón?...¿Cómo sabes eso?.

Me quedé en blanco.

—Parece que tienes una admiradora, Francisco—comentó Chelsea inteligentemente.

—Bu... Bueno, ¿Ya saben que tarea tienen asignada hoy?.

—No.

—Entonces se irán a la cocina.

—¿Cocina?, ¿Yo?—pensé.

—¿No creés que es mucho para su primer día?.

—Claro que no. No creo que sea mucho para ella—respondió intentando despertar una emoción negativa en mí, inútilmente.

—Tienes razón, alguien como ella no se asustaría con algo así—concluyó aprovechando la situación.

Caminamos un poco hasta perderle el rastro a Francisco. Fue entonces que Chelsea me abordó.

Anillos Del Tonalli: Vida Y Muerte(Finalizado).Where stories live. Discover now