Capítulo Uno

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No al plagio

Quiero agradecer a Kristy, a Flor y a Daniela por las correcciones que hicieron en esta historia. Cada una tuvo un papel importante que valoro y aprecio con todo el corazón.

Capítulo uno: Planes

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Desde que mi padrino Harry empezó a estudiar para auror, mi abuela y yo vivimos en la casa Black. Él insistió en que era una casa demasiado grande para estar solo y que, en realidad, los dueños de esa casa somos ella y yo. Tras varios ruegos y chantajes emocionales de su parte, mi tita optó por mudarnos.

Fue la mejor decisión que pudo tomar, porque Harry se volvió en esa figura paterna que tanto necesité de niño y que siempre hizo lo mejor para mí. Fue un joven que se hizo cargo del rol paternal con pasión y entrega, amándome como si en mis venas corriera su sangre; el mejor padre, después del biológico, que pude tener. En ocasiones pienso que su soltería es por mi culpa (no obstante, lleva unos meses portándose muy raro). Sin embargo, no quiere decir que a veces no me den unas ganas infinitas de lanzarle un expelliarmus por su tozudez, justo como ahora.

—¡Te estás poniendo de su parte, padrino! ¿Quieres que te enseñe en un pensadero el recuerdo? Ella me prometió que cuando me graduara podía preguntarle lo que quisiera. ¡Lo que fuera! —digo bastante molesto.

—Pero también te dijo que estaba en ella si los contestaba o no. —Mi padrino me observa con un gesto sabiondo que me recuerda terriblemente a la tía Hermione.

—No es justo, Harry —reprocho dolido por su negación—. ¿Qué caso tiene prometer algo que sabes no vas a cumplir?

Por un momento, su semblante se suaviza y se acerca a mí con compasión, pero sé que no cambiará de opinión. Posa sus manos sobre mis hombros, los desliza con un toque suave hasta juntar mis manos con las suyas y centra su mirada en la mía.

—Créeme que entiendo tu enojo y molestia —dice soltando un suspiro—. Me haces recordar a los tiempos en los que nadie me decía nada, y dejaban que un adolescente, junto a sus dos amigos (inexpertos en la magia), enfrentara a enemigos imparables, enemigos que año tras año atentaban contra su vida. Si desde un inicio me hubieran dicho lo que tenía que hacer me hubiera evitado tantas pérdidas.

Al verlo directamente a los ojos, puedo ver el momento exacto en el que su mente se transporta al pasado. Siento un poco de remordimiento por hacerlo recordar el dolor que ha querido dejar atrás, pero que, a pesar de los diecisiete años que han pasado, no ha dejado de doler como si hubiera ocurrido hace un instante.

Tartamudeo un poco para traerlo de vuelta, sonriéndole con pena.

—Disculpa que me desquite contigo, Harry.

—De eso nada, pequeño. —Hago un puchero molesto ante su mote y se carcajea olvidando el mal rato, revolviendo mis cabellos antes de seguir hablando—. Tú tienes que disculparnos a nosotros al no querer darte lo que quieres, pero esto ya está fuera de discusión. Si tu abuela no quiere decirte nada, yo no soy nadie para contrarrestar su autoridad.

Si en la cena mi padrino le dice a mi abuela que he vuelto hacer berrinches como de pequeño, lo negaré todo.

...

Ignoré a mi abuela en la cena. Lo malo es que ella tiene la sangre Black más vieja que yo y no le tomó importancia alguna a mi ley del hielo. Pero el silencio hizo que mi mente se relajara y bajara los humos que tenía en la tarde; mi abuela, mujer viuda de un Hufflepuff, sigue siendo una Slytherin, y a las serpientes hay que saber domarlas.

Está claro que todos piensan en que seguiré con mis reproches contra ellos, pero ¿qué pasaría si les doy a creer que he aceptado que tienen toda la razón del mundo y que dejaré el tema por la paz? Bajarían la guardia. Sería algo tedioso y desesperante por mi naturaleza explosiva, pero el resultado valdría la pena.

Tampoco puedo pedir perdón esta noche, porque sería sospechoso. Lo mejor es actuar mañana en la mañana alegando que descansar me ha hecho entrar en razón. Mi padrino se tragará el cuento a la primera, no obstante, mi abuela es un hueso duro de roer; intentarlo no me quitará puntos.

...

—Te dije que era mejor que sacara todo su disconformidad, Andrómeda —expone mi padrino a mi abuela—. Teddy es igual que su madre y no me lo puedes negar.

Aunque tengo la vista hacia el suelo, puedo sentir la mirada de mi tita clavada en mí. Su escrutinio me provoca escalofríos que apenas puedo disimular. Ejecutar mi plan es más difícil de lo que pensé. Tengo que verla a la cara para que sea más real mi treta, ¡Merlín, ayúdame en esta difícil tarea!

Dándome un ligero pellizco en el muslo, levanto el rostro hacia ella y pongo la mirada más arrepentida de mi repertorio y suelto:

—Sé que no crees mis palabras, tita, pero la conversación que tuve con mi padrino me hizo ver que ustedes solo buscan protegerme. Me lo dijiste hace tantos años y no lo he entendido hasta hoy. No te preguntaré nada y dejaré que seas tú la que decida cuándo y cómo contarme sobre los Black.

Contengo la respiración sin apartar mi mirada de ella. Es un duelo de voluntades muy fuerte, donde tengo que aparentar sumisión, y cualquier error puede ser el final de mi búsqueda. Puedo jurar que ha pasado un minuto sin que nadie en la habitación mueva un solo dedo, y no es hasta que mi abuela sonríe, quitando la tensión de sus hombros, que me permito respirar con tranquilidad. Aprovecho el momento para abrazarla y ocultar la sonrisa victoriosa que fue imposible parar.

¿Primer plan? Completado.


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Estoy muerta de risa, porque en Fanfiction recibí un mensaje anónimo diciéndome mentirosa xD

¿Por qué? Creo que porque pensaban que este fic es Dramione y no es así.

Hoy subo tres capítulos de este regalo, antes de que me quede sin internet xD

08/01/19

Toujours Pur: La Noble y Ancestral Casa de los BlackOnde histórias criam vida. Descubra agora