Omega (+18) "Sin Editar"

Capítulo 22

Omnisciente

—Mi señora—Dice Rafael unos de los 4 consejero que traicionaron a Dereck entrando al templo de los espíritus condenados a sufrir en el infierno.

La demonia sale del poso de los espíritu bañada en sangre y con sus ojos completamente negros, sus manos con largas uñas negras y puntiagudas, de su espalda dos gruesas alas con punta en la parte superior, su nariz son dos orificios y lo más aterrador es que de su boca sobresalen unos enormes colmillos puntiagudos, su aspecto fisico ya no es el mismo de antes, ya no queda nada de la inocente omega que fue poseida por ese demonio, el consejero tiembla de miedo y agacha la mirada provocando que una sádica sonrisa aparezca en su rostro.

—Te causo miedo, Rafael—Le dice caminando hacia el con su cuerpo bañado en sangre, manchando el piso de esa sangre de omega inocente que fueron engañado por Rafael y los otros tres miembros del consejo.

—No mi señora, solo estoy asombrado por su nuevo aspecto—Susurra con su seño fruncido.

—Ya no soy la misma, ante estaba débil pero ahora ya tengo todo el poder que necesitó, recuerda que la profecía esta por cumplirse—Le dice caminando hacía su trono—Ahora dime aque has venido—Ordena cuando esta sentada y tamborileando sus negras garras contra el posa brazos del trono.

—Los Curai están en los limites de la frontera esperando su orden para atacar—Dice a lo que Gamora sonríe por que obtendrá lo qhe quiere.

—Dile que tomen la poción para no ser localizados por el asqueroso chucho y que maten a todos los que se interpongan en su camino—Ordena tomando una copa de sangre estriada de los omegas—Y quiero que traigan dos omegas para traer a mis hermanos que están impaciente por entrar a este mundo —Añade a lo que Rafael asiente y sale del salón haciendo una reverencia.

Con paso apresurados se dirige hacia los calabozos donde hay unos 13 omega de sexo masculinos.

—¿Por que no hacen esto?—Dice uno temblando en una esquina junto a otros dos que lo acompañan en su celda.

—Por que son una aberración según esos estupidos que se creyeron el cuento de que por ustedes ser hombrea no podían hacer lo mismo que otras mujeres—Dice Rafael con una sádica sonrisa—Pero lo que ellos nunca sabrán es que su sangre es más poderosas que las de las omgas y que ustedes son más poderosos a la hora de traer un heredero al mundo—Añade provocando que el omega tiemble al ver la lujuria en los ojos de Rafael—Pero tranquilos no traerán herederos al mundo, solo queremos su sangre.

Alex

Cuando sentimos que nos falta el aire separamos nuestros labios y dejamos nuestras frentes pegadas, abro mis ojos y me separo de Dereck para entregarle la bata y poder continuar nuestro camino a la casa.

—Listo—Dice cuando termina de amarrar la bata y toma mi mano para continuar nuestro camino. Cuatro minutos después entramos a la mansión por la puerta trasera pero no pasa desapercibida la pequeña fogata que hicieron los chicos en el jardín, Dereck gruñe cuando observa su patio hecho un desastre, alguna latas de cervezas tiradas en el piso y unas qje otras funda de malvavisco.

—Juro que los mato—Gruñe a lo que yo sonrió y entro a la casa guiándome por el olor de los chicos que se centra más en la sala, escucho sus estruendosas risas y también los pesados pasos de Dereck detrás de mi.

Cuando ingresamos a la sala todos se quedan callado y dirigen su mirada hacia mi y después a Dereck, yo busco con ma mirada a Frank quien esta con Olí sentada en sus piernas y con sus manla posesivamente en mas caderas de esta, cuando sus ojos hacen contacto visual con los mios se levanta del sofá tomando a Olí de la mano se acerca a mi y me atrae hacia sus fuertes brazos apretandome cariñosamente.

—Enano te extrañe tanto—Susurra en mi oido a lo que yo los abrazo con más fuerza y respiro su olor que tanto me ayudo en mis noches de pesadillas.

—Yo... Igual... Te extrañe.. Pero necesito oxigeno—Le digo cuando siento sus brazos sujetarme con tanta fuerza el rápidamete se separa de mi y sus mejillas se colorean al escuchar la carcajada de los demás.

—Bienvenido a casa—Dice Olí dándome un abrazo pero también dejándome casi en shock cuando siento su olor mezclado con el de Frank, miro a mi hermano con una de mis cejas alzada y el solo gira los ojos y mira hacía otro lado.

—Gracias cuñada—Susurro en su oido a lo que ella jadea y se sonroja para acercarse a Frank y hundir su rostro en su pecho.

Los siguentes en saludar son Connor y Amara a la cual se le nota la barriga un poquito más ya aque los embarazos de hombres lobos son más rápido, después se acerca Eliam quién me saluda con un afectuoso abrazo y susurrándome al oido que esta feliz por la unión mia y de su alfa, cuando Arturo se acerca me tenso y siento como Dereck se coloca detrás de mi a lo que yo tomo su mano para calmarlo.

—Bienvenidos—Dice Arturo con uma tímida sonrisa—Felicidades por su unión, Dereck estoy feliz de que vuelvas hacer el de antes—Añade mirando a Dereck quién sonríe feliz por que Arturo aceptó su unión conmigo—Gracias por quedarte con nosotros Alex—Susurra volviendo a su lugar.

—Así que marcaste a un omega hombre, Dereck—Dice una voz desconocida que proviene desde los escalones provocando que de un paso hacía atrás, siento como Dereck se tensa y me coloca detrás de el cuando siente el miedo que me provocó el desconocido.

—Nicolas—Dice Dereck sorprendido—¿Por que ocultas tu olor?—Pregunta confundido.

—Queria darte una sorpresa pero la sorpresa me la lleve yo querido primo—Dice Nicolas—¿No me presentas a tu omega?—Pregunta arrogante, a lo que Dereck toma mi mano y me coloca a su lado, levanto la vista para encontrar un fornido hombre de la misma estatura que Dereck, su color de piel es trigueña, sus ojos son de un azul celeste, su cabello color negro es rapado a los lados y largo arriba, sujetado en una larga coleta pero lo que más me sorprende es el joven omega que esta junto a el.

—Nicolas el es Alex mí omega, Alex el es mi querido primo Nicolas miembro del consejo y el que esta a su lado es Victor su omega—Me informa.

—Es un gu...—No termino de hablar cuando un fuerte dolor en mi cabeza hace que caiga de rodilla al suelo soltando un fuerte grito de dolor—¡Ah!—Grito tocando mi cabeza.

—¡Por la Diosa!