Inmortales: Lady Madara Uchiha

3. Hashirama: Líder de los Senju

Rumores de inestabilidad dentro del mandato de los Uchiha habían llegado a oídos de los Senju, y Hashirama no pudo evitar pensar en Madara. Varios años habían pasado desde el día en que sus vidas tomaron caminos distintos, pero él aún la guardaba en su corazón y sufría cada vez que enfrentaba al clan Uchiha y no la veía entre sus filas. A veces temía que su padre la hubiese asesinado luego de aquella noche, pero siempre terminaba cambiando ese pensamiento por la idea de que la chica era ahora una esposa dedicada a su hogar, idea que, si bien le tranquilizaba por una parte, le dolía por otra.

-Formaré una pequeña legión con mis mejores hombres y atacaré a esos demonios mientras se matan entre ellos. -Dijo Butsuma Senju, líder de los Senju y padre de Hashirama, quien no pensaba desaprovechar una oportunidad de acabar con el clan Uchiha. -Hashirama y Tobirama, ustedes se quedarán aquí a esperar órdenes en caso de que las cosas se compliquen, pero conociendo lo bestias que son esos Uchiha, dudo que quede mucho del clan como para tener dificultades.

¿Quién diría que la mañana en la que partió Butsuma a la batalla sería la última vez que sus hijos le verían con vida? Tres días fueron suficientes para que el ejercito marchara orgulloso y luego volviera totalmente destrozado y cargando el cuerpo sin vida de su líder. Al parecer se encontraron con un nuevo clan Uchiha, reestructurado bajo el mando de un nuevo cabecilla, el cual, según los sobrevivientes, era "un sanguinario" y "un dios del fuego y la muerte, con un gunbai en una mano y una guadaña en la otra". Butsuma y sus hombres no tuvieron oportunidad contra semejante fuerza.

La muerte de su progenitor lo volvió el nuevo jefe de su clan, aunque siempre creyó que sería Tobirama el elegido, después de todo, el menor era mucho más inteligente y serio, pero incluso él votó a su favor. Así fue como, después de un corto periodo de luto, Hashirama debió partir  junto a todo su clan a la batalla, para vengar la muerte de su no tan estimado padre.

Marcharon un día y una noche completos antes de toparse con un muro humano de cabelleras negras y ojos rojos. Hashirama nunca había estado realmente al frente de su clan y se encontraba nervioso, pero por más que quisiera hacer la paz con el clan Uchiha, no podía darse el lujo de mostrar debilidad frente a un montón de personas dispuestas a asesinarlo.

-Soy Hashirama Senju, hijo de Butsuma Senju. -Dijo Hashirama con una voz imponente y seria que nunca nadie le había oído usar antes. -Ahora respondo por los Senju del bosque y he venido a vengar la muerte de mi padre, el antiguo líder.

Apenas el Senju terminó de presentarse, los Uchiha frente a él comenzaron a apartarse, dando paso a un figura más menuda que los demás soldados de aquel clan. Hashirama la reconoció de inmediato y su corazón dio un vuelco doloroso: era Madara, su Madara, la niña que siempre soñó volver a ver se encontraba ahí vuelta una líder y en su contra, como si el destino le estuviera jugando una mala pasada.

-Mi nombre es Madara Uchiha, Primera Gran Matriarca del clan Uchiha. -Dijo la joven de cabello largo y salvaje, mientras posaba su enorme gunbai frente a ella de forma amenazante. -Y vengo a terminar lo que empecé al asesinar a su patético anterior líder.

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La guerra entre Senju y Uchiha siguió por meses como si nada hubiese cambiado. La autodenominada Matriarca era tan impía como los rumores decían y Hashirama no daba abasto con tal fiereza. Aquella Madara difería mucho de la que conoció a las orillas de aquel río, ésta  emanaba odio con su mirada, sobre todo cuando el hombre trataba convencerla de que pararan el conflicto.

Cada retirada, ya fuera de un clan o del otro, significaba para Hashirama una nueva batalla consigo mismo: no podía participar de una guerra sin herir o matar al enemigo, sobre todo si este resultaba ser la mujer que amaba intentando matarle apenas le veía. Era inevitable herirla durante el combate y el pobre Senju sufría por ello.

-La he matado, la he matado. -Se lamentó desconsolado Hashirama frente a su hermano luego de pasar un par de días sin ser atacados por los Uchiha. Madara había estado a punto de cortarle la cabeza, pero él inconscientemente le destrozó el hombro con una raíz para detenerla. -Soy un monstruo lastimando a quien me importa.

-No sé como puede importarte aquella bruja asesina. -Dijo Tobirama indignado por el amor que su hermano mostraba por el enemigo, pero aún así no pudo soportar verlo sufrir de esa forma. -Dudo que la hayas matado, después de todo, es una bestia, y las bestias como ella no mueren tan fácilmente.

Pasó una semana completa de tranquilidad, antes de que la guerra volviera a seguir su curso normal, y cuando los conflictos parecían que no tendrían un final, un día todo cambió, cuando Tobirama hirió de muerte a Izuna con una de sus técnicas experimentales. Esa fue la primera vez, desde que se presentaron, que Hashirama oyó la voz de Madara.

-¡Izuna! -Gritó Madara al ver a su hermanito caer al suelo agarrándose del costado, olvidando su pelea con Hashirama y corriendo a socorrer al Uchiha menor.

-¡Déjame ayudarle! -Dijo Hashirama corriendo tras la matriarca y viendo una oportunidad de establecer la paz entre ambos clanes. -Madara, por favor, soy médico, yo puedo curarle.

-¡Hermano! -Se le acercó Tobirama, deteniéndolo con una mano en su pecho. -¿Qué demonios haces? ¡Ellos son el enemigo!

-Tobirama, es una oportunidad de acabar con esta estúpida guerra. -Hashirama apartó sin delicadeza al albino, el cual, cuando quiso replicar, sólo recibió por parte de su hermano mayor una mala mirada que le heló la sangre. -Sólo cállate.

El líder Senju llegó hasta donde se encontraba su contraparte Uchiha. Madara había conseguido detener la hemorragia de Izuna, pero su herida seguía abierta y parecía que amenazaba con dejar salir sus entrañas.

-Resiste Izuna... -Dijo la Uchiha ayudando a su hermano a ponerse de pie.

-¡Madara! -Hashirama se interpuso en la marcha de los pelinegros. -Deja que cure su herida... terminemos con todo este sin sentido.

-Hashirama... -Dijo Madara con voz temblorosa.

-¡Hermana! -Habló Izuna entre jadeos. -Por favor... no caigas en sus engaños...

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Uuf al fin terminé este capítulo ¿Madara aceptará la propuesta de Hashirama? chan chan chaan, yo digo que la respuesta es obvia, pero no sé si lo sea para ustedes... como sea uwu

A todo esto, hace un par de días subí sin querer este capítulo cuando aún lo tenía incompleto (si, lo escribo directamente en la app, mi hermana me odia por eso. No la culpo) y hubieron personitas a las que les alcanzó a llegar la notificación y después no pudieron leer. A todas esas personitas: Perdón por jugar con sus sentimientos! ;w; les dedico con amor este cap.

Y por último... Estoy muy feliz de la aceptación que esta teniendo esta historia!  también por todos los votos y comentarios que recibe (Estos últimos siempre los leo, pero no siempre me da tiempo a responder o a veces no sé que decir ;w; )

Como sea, GRACIAS POR LEER! <3