18. Un recuerdo fugaz

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Asombro.

Confusión.

Y miles de emociones embarga mi ser, mi alma, sus palabras han calado en lo más profundo de mi corazón, sus ojos brillan de una manera tan fantástica que con gran facilidad me perdería en ellos, su agarre en mis manos disminuye solo traza leve caricias con sus pulgares. Y sin poder evitarlo mis comisuras se extienden en una sonrisa genuina.

Los nervios desaparecieron a un lugar muy lejos de mi ser, solo me puedo limitar a sonreír ante esto. Ante el ordinario comportamiento de Emir, su personalidad cambia de un momento a otro y no me habia dado cuenta de ello, hasta ahora.

Es un jodido bipolar.

-¿Bipolar?- pronuncia con confusión con su ceño fruncido, se pone de pie separándose de mi.

Lo miro sin despegar mi sonrisa y me río bajito.

-No te cansas de husmear en mi mente- digo risueña.

-¿Qué significa eso de bipolar?- inquiere con tono serio, demandante.

Lamo mis labios y me acomodo en la silla.

-No eres un ser estable, Emir- hago una pausa para ver una de sus cejas arqueadas- hay momentos en que eres tierno otros insoportable, prometes decirme la verdad y luego eres un completo imbécil. Hace una semana me dijiste que no era lo conveniente y ahora te apareces como si nada y empiezas a relatarme cosas- me pongo de pie y lo enfrento- ¿A qué juegas Emir? Crees que siempre estaré a tu disposición, no soy de tira y jala la cuerda.

Su rostro se desencaja pero se las arregla para mantenerlo en un estado neutral y su mandíbula se tensa.

-¿Crees que estoy jugando?- espeta en un tono fuerte- No me hagas arrepentirme de haber venido aquí.

Abro mis ojos y me río sarcástica- Yo no te obligué a que vinieras a verme.

Emir se lleva sus manos a su cabeza en un gesto frustrante, se aleja de mí y murmura unas palabras incoherentes. Me cruzo de brazos y lo miro con mi rostro serio mientras el permanece de espaldas hacía mí.

-Tú mismo lo acabas de confirmar que eres un egoísta...¿Qué me ocultas Emir? No eres un protector. Entonces...¿Quién eres en realidad?

-Soy un príncipe- exclama dando media vuelta para enfrentarme.
Mi corazón se detiene de golpe.

-Un futuro heredero al trono, hijo único. Eso soy- afirma acercándose a mi.

Y entonces pregunto-¿Qué haces aquí?

Emir me mira y un destello de culpa surca en su hermoso rostro.

-No puedo decírtelo.

-¿Porque?- inquiero.

-Porque tu eres y serás siempre mi único objetivo.

Trago grueso.

Me quedo quieta sin mover ni un músculo de mi cuerpo, solo mi corazón palpita con gran desenfreno. Nuestras miradas se conectan, llevándome mucho más lejos, perdiéndome en la profundidad de sus bellos ojos que tienen un destello de color gris, tan encantadores, enigmáticos..

Y sin esperarlo me conecto con su mente, sus pensamientos, soy capaz de sentir sus emociones lo que siente, lo confundido y aturdido que se encuentra, puedo palpar su desesperación y como bloquea sus recuerdos para no dejarme entrar, profundizar en ello. Se está debatiendo y me confunde, mi piel se eriza al entrelazar por completo nuestra emociones y la más palpable, notoria es la atracción mutua.

Tu Eres AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora