1- Perdedora

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 Mi nombre es _________ McHammers tengo 16 años y vivo con mi familia; mamá, papá, hermana pequeña Samanta y mi hermano mayor Wesly. 

Y si, esta es mi vida. Ir al instituto, recibir burlas en insultos de parte de mis compañeros por tener un gusto; mi adicción a One direction. Suena ridículo, pero algunos es el rock, para otros es la electronica, unos visten de negro con sus cabellos de colores y tatuajes, otros usan pircings por todos lados, remeras cortas, cabellos cortos, cada cual con los suyo… Tal vez para los demás sea algo tan patético como para mí, pero más allá de eso, nadie puede hacerme sentir lo mismo que hace esa ilusión que llevo por ellos, tal vez, dentro de unos años moriré de la risa y me burlaré yo también de mi misma pero eso no quita que ahora, en este momento, deje lo que me gusta por culpa de los demás. Hasta a veces me pregunto ¿Tanto fan y no conozco a ninguna persona que me entienda? 

Tal vez sea verdad que mi obsesión sea un poco exagerada pero ¿Qué voy a hacer? Es lo que me gusta y si, mi mayor sueño es poder encontrarme con alguno de ellos, decirles gracias, preguntarles cómo están, tomar algo no lo sé, lo que sea, pero necesito gente como ellos en mi vida, los necesito a ellos.

¿Nunca te preguntaste por qué te gusta tanto algo que en verdad no sabes nada? ¿Algo que en verdad sabes que es una gran mentira ya que no sabes si siempre será así? Suena idiota, pero no tengo respuestas, tengo preguntas, pero sin respuesta.

Esa mañana iba caminando por el instituto como siempre, con mi auricular enchufado pasando entre medio de la gente quien me ignoraba. Al entrar al salón de clases, vi a unos chicos intimidando a un chico nuevo pero lo ignoré, simplemente me senté en mi banco pero como siempre a las muy malditas se les da la gana de molestarme así que unas chicas, se sentaron frente a mí y comenzaron a hablarme.

-Hola tonta- saludó una de ellas que siempre me molestaba pero nunca me tomé la molestia de averiguar su nombre- ¿Cómo estás?- preguntó y no contesté- Ay miren, no tengo novio- dijo en burla- Soy virgen porque escucho a cinco tipos que nunca veré en mi vida- me hizo la burla y todas rieron mientras que yo me echaba más en mi banco, avergonzándome de mi misma- Te diré la verdad de estos amiguitos tuyos- dijo mostrándome sus dedos- Uno debe de ser drogadicto, el otro debe violar niños, otro terminará en un mini mercado, otro cuando se terminé esto no sabrás nada de él y el último seguirá con la fama como un solitario- dijo y yo cerré mis ojos, no me importaba lo que diga ella, pues ¿Quién sabe qué carajo pasará?

-Cállate por favor- pedí y ella rió en una fuerte carcajada.

-Por favor- dijo haciéndome la burla- Me pides que me calle con un por favor, eso es increíble- dijo levantándose del asiento y yo me eché en el banco- ¡Consejo de vida _______!- me gritó desde su asiento- Comienza a vivir. cariño- dijo en burla y el timbre sonó. Otra vez me eché en mi banco y suspiré cansada. “No llores, no llores, no llores” me decía a mi misma intentando tranquilizarme.

Al llegar a casa, fue como siempre; cansada. Lo que más me sorprendió, es que estaba toda mi familia en la sala, celebrando el cumpleaños de Sam.

-Hola _______-saludó mi madre con una sonrisa de oreja a oreja y le sonreí- ¿Cómo te fue hoy?- preguntó y le sonreí otra vez.

-Genial obtuve un A en ciencias- dije y me felicitó con una sonrisa. 

 Por más de que estaba mi familia en la sala, fui a mi habitación para acomodarme y tranqué la puerta. Miré mi cama que estaba contra una pared y frente, tenía varios posters pegados en mi gran ropero. Lo abrí y tomé algo decente para estar con mi familia pero antes de bajar, me senté en el borde de la cama a pensar un poco. Cerré mis ojos y antes de largarme a llorar ante aquellos insultos y burlas, me levanté, sonreí y salí a la sala. Antes de llegar, me detuve al escuchar que hablaban de mí.

-De verdad me preocupa, está demasiado obsesionada. Se pasa las horas en el celular leyendo las mentiras de esos tipos…- dijo papá y yo miré al suelo.

-Me preocupa que tenga 16 años y solo viva de eso- habló mamá- Pero me encanta verla feliz- dijo orgullosa y una risita se me escapó pero al hacer eso, noté que una lágrima caía por mi mejilla. 

Sin dudarlo, corrí a mi habitación donde me senté contra la puerta y comencé a sollozar en silencio ¿Tan difícil es que acepten un gusto? ¿Tan difícil es que se alegren por mi y no se burlen? Por favor.

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Human, no machine (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora