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La bebida color rosa tiene una ligera capa de burbujas en la superficie, haciendo que la copa luzca hermosa. Ambas familias levantan sus copas mientras esperan la cuenta de los doce segundos.

-¡Feliz año nuevo! -gritan finalmente al terminar la cuenta y sonríen felices.

Los adultos son los primeros en comenzar la ronda de abrazos. Naruto siente cierta nostalgia al abrazar a los padres de la ojiperla, le recuerda su niñez y lo mucho que convivió con ellos cuando era amigo de su hija.  Cuando abraza a su mamá sonríe con sinceridad, los brazos de su madre se sienten protectores y son su lugar favorito, ella le acaricia su cabello lentamente y finalmente lo suelta, antes de darle un beso en la mejilla.

Luego sigue Hinata.

Naruto un poco desconfiado se acerca a ella, simplemente por cortesía, porque es consiente de que los adultos miran discretamente ansiosos el encuentro. Hinata le sonríe, pero Naruto la conoce lo suficiente como para saber qué esa sonrisa es casi una burla cargada de coquetería.

Ambos chicos abren sus brazos y estrechan el cuerpo del otro. Hinata estaba lista para decir alguna idiotez, pero de inmediato sus pensamientos quedan en blanco al sentir el cuerpo del chico entre sus brazos. Naruto parece tener la misma reacción, así que aprieta su agarre, Hinata hace lo mismo, lo sostiene con fuerza y se aferra a su ropa, como si no quisiera dejarlo ir, como si no tuviese suficiente de él. Hinata esconde su rostro en el cuello del chico y ambos cierran los ojos, aferrándose al otro y sintiendo la abrumadora paz que no sentían hace años.

Ninguno de los adultos dice algo, esa no era una reacción que esperaban, pero es entendible. Ellos saben bien que en el fondo, ninguno de los chicos odia al otro.

Cuando los dos se separan, ninguno dice nada y toman asiento. La cena transcurre normal, la señora Hyuga y Naruto hablan sobre cocina y repostería, luego el chico habla con el señor Hyuga sobre política. Hinata opina sólo de vez en cuando, al igual que Kushina. Ella le sonríe cómplice más de una vez y la chica se siente bien de saber que no es la única sin mucho que decir en la cena. La señora Uzumaki levanta los platos y Hinata le ayuda a llevarlos a la cocina, porque el rubio está demasiado enfrascado en la conversación con los señores Hyuga.

-Gracias, Hina. -le dice, sonriendole. -Me recuerdas un poco a mi Menma, él era más silencioso que Naruto.

-Y aún así, él siempre sabía que decir. -agrega la chica parada en el umbral de la cocina, mirando hacia la mesa donde sus padres hablan animadamente con el rubio. -Ellos realmente lo adoran.

Kushina se para a su lado y mira en la misma dirección, antes de asentir con la cabeza. -Lo adoran igual que yo a ti. Hinata, puedes venir cuando quieras, Naruto no va a admitirlo, pero sé que te extraña.

Hinata casi abre la boca para decir algo estúpido.

Le sonríe tiernamente a la mujer y la abraza, ella es como su segunda madre. Abrazarla le hace sentirse cerca de Menma, sus brazos son igual de cálidos que los de sus hijos. -Gracias, señora Uzumaki.

Ella le acaricia la mejilla antes de caminar hacia el comedor, con la chica siguiéndola.

-Naruto, cielo, ¿por qué no vas con Hinata a tu habitación? -le dice, con la voz impregnada de cariño.

Él quiere huir, pero el tono cariñoso de su madre le derrite el corazón, así que se levanta de su silla. Sabe que ella sólo quiere que él arregle las cosas. -Si, vamos, Hina, si quieres.

Hinata siente la mirada penetrante de su madre caer sobre ella y asiente. Aún así, no planeaba negarse.

Sigue a Naruto escaleras arriba y no puede evitar desviar la mirada hacia la puerta con las letras "UM" Sigue caminando, aún si siente mucha curiosidad y nostalgia por esa habitación. La habitación de Naruto tiene las paredes pintadas de naranja, la cama tiene una colcha negra y las cortinas son blancas. Los muebles son simples y oscuros, haciendo que la habitación luzca demasiado formal. Hay una pantalla grande y videojuegos además de muchas películas.

Él era mi hermano [NH]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora