2

5K 238 53
                                    

Sale de su casa por la mañana, el frío es demasiado evidente apenas está afuera, pero su sudadera enorme color azul oscuro le hace sentir menos el clima de aquellos meses de invierno. Trae el volumen alto en los audífonos pero sólo está usando uno mientras escucha una de las tantas canciones en inglés que ama.

Voltea hacia la casa de al lado, sólo un instante, un simple momento para saciar su curiosidad y aquel cosquilleo en su pecho que ha tenido desde niño. Como si la necesidad de voltear a ver el jardín de sus vecinos fuese la principal razón, se pierde un instante en las preciosas flores oscuras, pero eventualmente levanta la mirada, sólo esperando.

Es una tontería. Se dice a si mismo, pero aún así, no puede evitar mirar cuando la puerta se abre.

Hinata luce perfecta.

En cuanto cruza la puerta, retira de su cabeza el gorro negro que está usando. Su cabello oscuro no le puede envidiar nada a las flores, es demasiado deslumbrante y llamativo. Está vistiendo de negro, con aquel perfecto don que tiene para la moda, porque luce realmente bien.

Naruto se queda parado mirándola, porque no puede hacer nada más que eso. El pantalón negro de la chica se ajusta de manera increíble en sus piernas y su chaqueta del mismo color le hace tener un toque misterioso. Él sonríe casi de manera automática, aún perdido en el precioso cabello azulado.

-¿Podrías dejar de verme, maldito acosador?

Y entonces ella rompe el hechizo.

-No te veo a ti, tonta. Estoy viendo las... Flores. -responde y al instante se da cuenta de que suena estúpido.

-Si, como sea. -Hinata pone los ojos en blanco y sigue caminando.

Naruto no dice nada y comienza a caminar también.

-¿Por qué mierda estás siguiendome? -le dice

El rubio ríe ligeramente. -Nadie está siguiendote, tonta. Solo estoy caminando.

-Largate a caminar del otro lado de la calle, gracias.

-Largate tú. -le réplica

Hinata una vez más pone los ojos en blanco antes de seguir caminando con más prisa. Naruto la mira irse, mientras sigue caminando con un ritmo normal, la ojiperla pronto se aleja de su visión y él se siente aliviado de eso, es bueno ver qué Hyuga no está cerca.

Demasiado pronto llega a la tienda de autoservicio así que suspira, después se quita los audífonos y entra. El ambiente es un poco menos frío, pero poco le dura antes de tener que dirigirse al pasillo de lácteos.

-Mierda, no. ¿Otra vez tú? -escucha la voz tras él.

Naruto sonríe, aún de espaldas. -Ya deja de seguirme, Hyuga.

-No estoy siguiendote, imbécil. Sólo estoy buscando cosas que me pidió mamá, pero hay algo que olvide.

El rubio se voltea con dos cajas de leche en las manos. -¿Qué se supone que buscas?

Hinata pone los ojos en blanco. -No lo sé, Uzumaki, por algo te digo que lo olvide.

Naruto suspira mirando las cosas que lleva la chica en la canasta. Leche, huevos, harina, vainilla... -¿La señora Hyuga va a hacer galletas?

-Si, de esas ridículas galletas decoradas, pero no voy a darte ni una, idiota.

-No quiero. -le responde antes de quedarse un momento callado. -Cualquiera sabría que te falta llevar pensando en una receta de galletas.

-¿Tú sabes?

-Claro que lo sé, pero no tengo porque decírtelo. -responde él, con una sonrisa infantil.

Él era mi hermano [NH]Where stories live. Discover now