Parte 15: Normas rotas

Comenzar desde el principio
                                    

-Aparte de tu capitán, soy tu amante, no me gusta esa tos que arrastras-

-Eres un exagerado, soy más fuerte de lo que crees-

-No te estoy recriminando, solo me preocupo-

-Bueno pues no hace falta, yo me encuentro bien ¿podemos dejar el tema?-

-¡lo terminaremos cuando yo diga!-

Nos quedamos en silencio mirándonos sulfuraros y noto como nuestros reiatsus han subido por el jarrón resquebrajado que hay sobre mi mesilla. Me giro dándole la espalda y me meto en el baño para cambiarme y ponerme un yukata. Cuando salgo veo que Renji está echado sobre mi futón y apenas me mira. Me arrodillo sobre el tatami frente a mi escritorio y me decido a seguir con mi caligrafía para que se me pase el cabreo. No pienso ceder, Renji a veces es como un niño pequeño y tiene que aprender hasta qué punto puede llegar. Sonrío levemente cuando al rato le siento a mi espalda, abrazándome por detrás y apoyando su cabeza sobre mi nuca.

-Lo siento, taicho....-

-Debes confiar un poco más en mí, Renji.-

-Siempre me he valido por mí mismo, me cuesta...que alguien me vea con lástima-

-No te veo de ese modo, no me das pena, pero sí me importa lo que te pase-

Me giro para dejar que se tumbe sobre mi regazo y acaricio su rostro, delineando los tatuajes de su frente. Al rato me doy cuenta de que su piel está caliente, mucho más que la mía que siempre está fría. Tiene fiebre, estoy seguro. Tose ahogado de nuevo y le agarro de las axilas para incorporarle.

-Renji, estás cansado...vamos a dormir-

-Mm... ¿me vas a dejar sin mi ronda de sexo?-

-No estás en condiciones, se te cierran los ojos-

Renji me empuja hasta hacer que me tumbe sobre el tatami y se echa sobre mí para besarme con fuerza en los labios. Agarra mis muñecas para que no le aparte y me siento inmovilizado, su cuerpo es más grande y es más alto que yo, en esto tiene ventaja cuando no usamos nuestros poderes para medirnos...por fin se separa y me abraza hundiendo su cara en mi cuello.

-que bien hueles Byakuya....no me canso de aspirar tu aroma...-

Jadeo gravemente cuando me mordisquea el cuello y le miro con el ceño fruncido cuando lame mi oreja, no me gusta mucho y él lo sabe, por lo que insiste más para hacerme de rabiar. Veo que intenta desatarme el yukata pero le detengo haciendo fuerza sobre sus muñecas. Me incorporo y tiro de él para levantarme y apoyarle sobre mí, llevándole hasta el futón.

-Taicho -

-Renji, es una orden, vamos a dormir y punto, para lo otro siempre hay tiempo-

Suspiro aliviado al ver que se calla y no rechista más accediendo. Le arropo al mismo tiempo que yo y se abraza a mí amarrándome por la cintura. No pasan ni diez minutos cuando le oigo respirar fuerte. Se ha dormido de puro agotamiento, tal como suponía. Y lo peor aún estaba por llegar. A media noche oigo sus toses y me despierto de golpe. La luz del baño está encendida y Renji está inclinado sobre el lavabo con el agua del grifo corriendo y él humedeciéndose la cara. Me pongo a su lado retirándole el cabello para facilitarle la tarea y él se tapa los ojos con una mano.

-Taichou, no me encuentro bien...tengo mucho calor, no sé qué me pasa...esto no me había pasado antes...-

-Tranquilo, posiblemente hayas cogido un resfriado, ven...vuelve a la cama, si tienes calor, te traeré unas toallas húmedas para aliviar tu ardiente piel-

"Los caprichos de mi taicho"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora