X

2K 189 30
                                    

Con los brazos en jarra, en sujetador y pantalón de pijama, frente a su armario abierto de par en par y rodeada de ropa, suspira.

- No tengo nada que ponerme.

- Y mira que yo hubiese pensado que algo de ropa tenías -comenta Anya, escribiendo en su móvil y tirada sobre más montones de ropa acumulados sobre la cama de Lexa.

- Pero nada para la apertura de un restaurante -deshecha una falda de tubo de un conjunto que grita "acabo de salir de ocho reuniones y voy a otra, no tengo tiempo"-. ¿Tú que vas a llevar?

- Ropa.

Un calcetín sobrevuela la habitación, chocando casi sin fuerza contra la pared, junto a la cara de Anya, quien mira a su atacante con una expresión de absoluta indiferencia.

- Que mierda de puntería tienes.

- Era de aviso, la próxima te tiro uno usado a la cara.

- Yo que había venido de buenas a ayudarte, que falta de respeto -se queja Anya, levantándose de la cama en dirección a la puerta del dormitorio.

- ¿Ayudarme? Pero si estabas tirada en la cama.

- ¡Apoyo moral ante la incógnita ropil, hermanita! -la oye desde el pasillo.

Lexa niega, con media sonrisa en los labios.

Su hermana es imbécil.

Se alegra de no compartir genes con ella (ambas son adoptadas, uña y carne desde que Anya la protegió de una idiota cuando Lexa tenía 4 años), lo cual no quiere decir que no le encante tenerla de hermana. Una cosa no quita lo otro.

Vuelve a mirar su armario, echando una mirada rápida por si había ignorado algún vestido perfecto para la ocasión.

Pero nada.

Frustrada, coge su movil del bolsillo del pantalón de pijama y manda un mensaje rápido a Raven.

"SOS QUE COÑO ME PONGO PARA TU FIESTA"

¿La respuesta de su querida amiga y ex compañera de piso?

"ROPA?!?!"

...

Cuenta hasta diez y le manda a su casi ex amiga una foto del estado de su habitación. No se va a dignar a usar palabras.

Lo bueno es que la foto consigue captar la atención de Raven, porque apenas un par de segundos después, recibe una llamada suya.

- Tía, ¿qué cojones ha pasado en esa habitación? ¿El cambio climático se ha concentrado ahí y han pasado cuatro huracanes y un par de tornados? -Raven ni saluda ni nada. Para qué.

- No sé qué ponerme.

- A ver, que no es una gala repipi y de meñique estirado como la que me engañaste a ir. Coge un pantalón ceñido y una buena camisa, o un vestido no muy corto o largo, que no enseñe pero deje entrever. Es una fiesta, Lexa, mi fiesta, ponte algo que obligue a los camareros a pasar cuatro veces la fregona por la sala por el nivel de babeo.

Sonríe, haciéndose (¡¡¡POR FIN!!!) con una idea de qué ponerse.

- Pero es una ocasión especial. Tampoco quiero ir muy casual.

- Mi. Fiesta. Culpo a Abby de la carencia de strippers en la fiesta, pero sabes que sería capaz.

Sí.

Es Raven.

Sería capaz.

- Así que ni desnuda ni de gala de clase alta y mirada hipócrita. Lo que viene a ser ese amplio margen por en medio. Y te cuelgo, que Abby me está haciendo señas y o me está pidiendo ayuda con los centros de mesa o quiere que inundemos la Casa Blanca con gominolas. No me queda claro.

Esa VozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora