Maratón 2/x.

756 66 4
                                    

Narra Albi

Tras mi último enfrentamiento con Nat lo arreglamos todo. Le pedí perdón y ella hizo lo propio. No se si ella a mi, pero yo la necesitaba en ese momento; era la persona más fuerte que conocía, y no exactamente por su físico de modelo. Tres meses, dos de los cuales habían sido fantásticos. Sin preocupaciones y con mucho Netflix, descubrimos que éramos muy afines.
El tercero decayó. Era el mes de mi cumpleaños y el primero que pasaría en aquella ciudad sin mi mejor amigo. También hacía tres años desde que escribimos nuestra canción, esa parte de mi se había ido y la echaba de menos. Natalia también había estado algo ocupada el último mes, nos habíamos visto si, pero se ofreció a dejarme espacio porque conocía mi situación. Yo, como agradecimiento, le había invitado el día de mi cumple a pasar la tarde conmigo. Quería hacer con ella lo que solía hacer Joan, comer, cantar y sentarnos en El Retiro. Creía que se merecía eso, por ayudarme aquel día en el paso de cebra.
- ¡Alba! Que no vas a ir.
- ¡María Villar! ¡Es mi cumpleaños! He quedado con Nat ¿En serio esperas que no vaya? Lo llevas claro.
- Alba Reche, mas te vale hacerme caso, ella no va a ir.
- ¿Como no va a ir? Me lo prometió, además quiero agradecérselo todo e ir a ver su actuación de mañana. Más te vale a ti soltarme el brazo.- María agarraba mi muñeca con su mano y tirada con sus bracitos intentando que no saliese de casa.
- Tía, que no te vas a escapar, que últimamente he ido al gimnasio y tengo una bola...
- Una bola inexistente tienes. Suéltame.- No me hizo caso.- María voy en serio. MARÍA. Suéltame.
- Alba Martínez Reche.- Me giré. Mierda, solo utilizaba mi nombre real en ocasiones serias, importantes.
Le miré a los ojos y comprendí que ella sabía algo que yo no. Sabía por qué Natalia no me había contestado a los mensajes. Sabía por qué me había dejado tanto espacio.
- No va a venir. ¿Verdad?- María negó con la cabeza.
Me quité el abrigo y los zapatos lentamente.
Me dirigí al sofá y tras mirarlo me senté en ella alfombra. Demasiados momentos con ella en ese sofá. María se acercó a mi por detrás y me abrazó.
- ¿Qué le pasa? ¿Por qué no va a venir? ¿Hay otrx?- Era lo que más miedo me daba. Natalia era una persona que tenía todo al alcance de su mano, humilde y perfecta, podría elegir a cualquiera; no tenía sentido que estuviera conmigo.
- Cuéntame lo que tú sabes. Luego, te cuento yo lo que creo que sé.
Suspiré y me senté bien.- Cuando la desvestí para ponerle el pijama vi algo en su cuerpo que no era normal Mari, ella ten-tenía cicatrices por toda la espalda, como rayas verticales. Y tenía, debajo de los pechos tenía manchas negras, era...era horrible Mari. Le pregunté pero no me contestó nada. No hemos vuelto a hablar del tema. Los dos primeros meses después de aquello fueron geniales, nos vimos mucho más y lo pase muy bien. Pero el tercero...el tercero no. Me dijo que era mejor que dejásemos un espacio por nuestras movidas personales. Yo pensé que lo decía porque sabía lo de Joan pero....pero va a ser que no es por eso...¿Hay otra persona Mari? ¿Me estoy ilusionando otra vez? Quería celebrar hoy con ella. Quería darle las gracias...jo Mari...¿Crees que estoy intentando reemplazarle a él? ¿Solo creo que la quiero por eso?- Manos en frente de la cara y lloré, llore un poquito temiéndome lo peor.
- Yo-yo no sé si hay otra persona. Pero se que no te estás solo ilusionando. La quieres de verdad. Se te nota en el brillo de esos ojitos tan bonitos. Te dan asco las babas pero coges el cuenco con su pota, te da vergüenza hablar con la gente pero el primer día desayunas con ella y además, según lo que me contó Famous, Natalia no suele contarle sus cosas al resto y habla un montón de ti.- Sonreí.- Le pedí a Natalia que no te lo contase porque tus ojeras ya rozan demasiado el suelo como para que intentes solucionarle la vida a ella también.- <<No mates a María todavía, recuerda que la quieres.>>- Yo sé que mañana no actúa. La echaron del ballet. También sé que ese profesor es un capullo y tú también lo has visto con tus propios ojos. Y sé que ahora mismo está en Pamplona, así que, siento decirte que no iba a quedar contigo.
- Joder Mari, ya no sé que pensar. ¿Y sobre lo de la espalda...?- Negó con la cabeza.
- Tampoco sé por qué no te ha contestado. Pero imagino, Albita, que es porque necesita ella más espacio que tú.
- ¿Va a volver?
- Si no vuelve, vamos a buscarla, te lo prometo.

Narra Nat

Había sido un mes duro, para que mentir, en eso pensaba de camino a casa. Me había separado de Alba porque necesitaba prepararme mentalmente para esto. Me habría encantado contárselo, pero no quería quitarle más horas de sueño. No respondía a sus mensajes como tampoco respondía a ninguno de mis amigos. Solo esperaba que María le hubiese alegrado el cumpleaños que yo había estropeado.
- Eta zelan dantza klaseetan pitxin? (¿Y que tal en las clases de baile, cariño?)- Me preguntó mi madre.
- Ba oso ondo ama, benetan. (Pues muy bien mamá, la verdad.)
- Baina ez duzu dantzatuko bihar. (Pero no vas a bailar mañana.)- Contestó mi padre. Ni siquiera me preguntó por qué. ¿Tanto les costaba alegrarse por mi? Santi puso su mano en mi pierna y yo la apreté, reprimiendo mis ganas de llorar.

Abrí la puerta de la habitación de mi hermana. El resto se habían quedado hablando en la cocina, quería darme mi espacio, supongo.

Espero que os haya gustado este capítulo del maratón. Soy malísima persona.
Firmado o algo parecido:
Una buena y simple peseta.
















Sobre la cama descansaba su figura. 1,90 y 14 años. Era increíble. No se cuando me rompí más; cuando la vi incorporarse con un pañuelo en la cabeza, o cuando me dijo:

Allí donde solíamos gritar. AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora