Maratón 1/x. Elena.

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Narra Nat

Me desperté en una cama que no era la mía. Los pies me sobresalían al final. Tanteé la pared en musca de un interruptor y en su lugar encontré una persiana. La levanté y me di cuenta de que estaba en la habitación de Alba. Claro, las sábanas olían a ella. ¿Cómo había llegado hasta allí? Desconocía la respuesta, pero a juzgar por el retumbante dolor de cabeza que me impedía recordar, había sido una noche larga.
Me incorporé del todo y me quité los pantalones para examinar la rodilla, la hinchazón con la que recordaba haber hecho la clase de ballet había bajado, pero las vendas habían estado puestas de tal forma que ahora tenía las marcas por toda la pierna formando un dibujo abstracto.<<Alba...>> Sonreí pensando en cómo me llevó las vendas al baño sin hacer ninguna pregunta. Entonces vi mi body y mis medias bien dobladas junto con el resto de mi ropa, la bipolaridad me inundó y me enfadé con ella. Recordé vagamente como le había dicho que me dejase eso puesto. El aire dejó de existir a mi alrededor y noté que me asfixiaba. Me quité aquella camiseta mientras escuchaba el "crack" de alguna costura que me había cargado. Me acerqué a un espejo que había colgado de la pared y contemple mi cuerpo mientras las piernas me fallaban y un sonido agudo salía por mi boca en un intento de mantener algo de oxígeno dentro de mi. Mierda. <<Natalia, tranquilízate, no hay nadie para hacerte daño.>> Intentaba convencerme. <<Natalia, joder, no se va a repetir.>> Pero Alba lo había visto. Había visto mi espalda y mis pechos. Estaba segura de que si. Mierda, joder. Que pedazo de mierda de vida. Me puse de pie a duras penas y me vestí con mi ropa. El aire volvía a estar pero el nudo y la conciencia me martirizaban.

Narra Albi

Escuché pasos en el pasillo y Cruze los dedos por qué fuera Natalia. Bueno en realidad me alegre al saber que era Mari, porque no sabía cómo debía de reaccionar ante Natalia.
Se quedó mirándome desde la puerta de la sala y yo le aguanté la mirada hasta que recordé la noche anterior y me cubrí la cara con la manos, ese era mi escudo cuando algo me podía. Mari corrió y me bajo bruscamente las manos.
- ¿¡Te ha hecho algo, Alba!? Dime ¿¡Que te dijo!?- Me miraba con pánico y preocupación y me agobié.
- Nada Mari, no me ha hecho nada, estoy bien...- Suspiró aliviada.- Pero María, esa chica t- Escuchamos una puerta abrirse y Natalia apareció ya vestida y con todo recogido de camino hacia la salida. Nos miró sorprendida, como si esperara que no estuviésemos ahí.
- Muchísimas gracias por todo chicas. Yo te-tengo clase ahora.- Se pasó el pelo por detrás de la oreja.- Ya quedaremos otro día si queréis ¿vale?
Abrió la puerta y me levante de un salto ante la incrédula mirada de María.
- Te acompaño hasta abajo.
Una vez en el portal, me armé de valor y tras ver cómo se apartaba ante mi abrazo, le pregunté.
- Natalia...¿Qué...qué es eso que tienes en la espalda?
- No se de que me hablas- Contestó, borde, y se fue sin decir nada más. Obviamente sabía a qué me refería, yo le había contado lo de Joan y sinceramente creo que me merecía una explicación.

Narra Nat

Trabajo y baile. Eso era lo que me había mantenido ocupada los tres últimos meses. ¿Para qué? Pues la verdad, para nada. Me habían cancelado el puesto en el ballet por culpa de la rodilla; eso en el primer mes. <<O eres inútil o no es esto lo que quieres hacer>> habían sido las palabras del profesor. Después, una larga lista de como podía perjudicar ocultar una lesión, unas cuantas inútiles citas al fisio y muchas clases sentada. Me habían echado la bronca en el trabajo por quedarme hablando con los ancianos en el segundo mes. Ya no más Manu y no más Noemí. Me había perdido el cumpleaños de Alba y ella no sabía por qué. Es una historia difícil y complicada que todavía me puede. Y en eso es en lo que pensaba de camino a mi ciudad natal, Pamplona.
Habíamos quedado más veces desde la última vez; comíamos juntas y hablábamos sobre el futuro. Incluso habíamos quedado en grabar una canción juntas, ya que dio la casualidad de que a las dos nos gustaba la música. Me habría encantado que nos hubiésemos cantado algo mutuamente. En realidad, eso es lo que íbamos a hacer en su cumpleaños, íbamos, porque yo estoy en Pamplona y ella no lo sabe. No sabe nada de los últimos meses, en realidad. María si, le pregunte a ver si se lo contaba a Alba pero me dijo que había tenido unas cuantas malas noches porque era el aniversario de su canción con Joan o algo así y que llevaba bastantes días de insomnio. Así que decidí no contarle nada; ni lo del ballet, ni lo de Pamplona...ni siquiera le explique lo de la espalda. Eso todavía no lo sabe nadie.
Llegué a Pamplona y ahí estaba mi familia.
Me bajé del tren con mi maleta y aspiré el olor a casa que inunda esa estación.
Miento, ahí estaba mi familia, si; toda, menos mi hermana.

Podéis votar si queréis.
La historia tiene 1,5k y jo, muchísimas gracias porque pensaba que no iba a gustar.
Poco se habla de que voy al conciertOT de Bilbao el 1 de junio.
Alguien va?
Comentadme cositis gracias.
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Una feliz y simple peseta.

Allí donde solíamos gritar. AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora