Yo solía ir cada mañana a limpiar la playa junto con otros voluntarios, y al finalizar me adentraba en las profundidades para observar a los pececillos nadar, pero había uno que era mi favorito, uno con unos ojos azules preciosos, justo como los míos. De pronto, aquella mañana se volvió todo oscuro y empezé a sentir frío. Los pececillos huyeron, todos menos uno, el de los ojos azules, al que seguí instintivamente. Miré hacia arriba y ví que una gran mancha negra cubría la superfície. Los peces no la podían travesar, y yo no fuí la excepción. El aire ya era escaso en mis pulmones y no quise respirar porque, si lo hacía, se encharcarían completamente. Nadé enérgicamente, desfallecida, siguiendo a ese pececillo que parecía querer salvarme, pero sabía que no lo conseguiría. La mancha negra se extendía a pasos agigantados y en todas las direcciones; supe que nunca llegaría a la superfíce en cuanto empecé a ver borroso. Me estaba quedando sin oxigeno, y pese a la gran necesidad que tenía, me negué a abrir la boca. Recordé fugazmente que mi madre decía que cuando sentías un gran dolor, todo acabaría en cuanto la cuenta atrás llegara a cero, así que lo intenté.
10. Siento que mis ojos pesan demasiado, y llevo las manos al cuello.
9. Mis lágrimas se mezclan con la sal del mar.
8. Siento como lentamente me hundo, sin poder hacer nada y me siento impotente por ello
7.observo mi mano llena de alquitrán pegajoso, eso debió ser lo que obstaculizó mi salida a la superficie
6. Y pensar que aquella mañana había ido únicamente a limpiar la playa...
5. Sé que es mi fin, y lloro por mi falmilia, por no llegar a ser alguien en la vida, por no pasar de los 17, por lo que le espera a la humanidad
4. Ya no puedo ni pensar coherentemente, hasta oigo voces que dicen "¡Mimi, aguanta!"
3.observo por última vez esos precisos ojos azules antes de cerral los míos para no volver a abrirlos jamás
2. Siento un tirón por el brazo
1.me dejo llevar
0. Por fin, cesa el sufrimiento
Miriam Grey murió el dos de Agosto de 2056. Se la encontró gravemente herida en la playa y se la trasladó a un hospital, pero murió por el camino por haber respirado agua, y por ingesta involuntária de alquitrán que llacía en la superficie ya que un barco petrolero había naufragado. La noticia se dió a conocer en todos los medios de comunicación y fué difundida por todo el mundo.
Es irónico que alguien que nos importe deba morir para que se produzca un gran cambio. Sin Miriam, nada hubiera sido posible; el mundo no sería como hoy lo conocemos. Tras aquella desgracia, la gente empezó a tomar responsabilidad de sus acciones, incrementó el numero de voluntarios en las playas, y se consiguió atenuar la contaminacion marina. Y todo, gracias a ella, la chica de los ojos azul marino.
