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Hanbin tocó el timbre de la casa con su codo, puesto que sus manos estaban ocupadas sosteniendo una bolsa de comida y bebidas. Al poco tiempo le abrieron la puerta y vio a su novia vestida con ropa cómoda y vieja de verano de estar en casa, y su cabello envuelto en un moño desaliñado.

"Es hermosa sin siquiera intentarlo," pensó Hanbin.

─Buenos días ─ella lo saludó con una gran sonrisa y le permitió entrar a la casa.

Cuando cerraron la puerta, Jennie se puso de puntillas para darle un tierno beso en los labios y Hanbin sonrió, no queriendo que se apartara, pero sus deseos no fueron cumplidos.

─Traje el desayuno ─Él anunció mostrando las bolsas de comida rápida. Jennie las miró y su sonrisa se borró un poco.

─Es. . . mucha grasa.

─¿Genial, no?  ─Jennie sonrió forzadamente y agarró las bebidas para ayudarlo.

Se dirigieron a la cocina y se sentaron en la pequeña mesa redonda que la familia de Jennie utiliza para desayunar, usualmente comida sana, no el pecado que estaba a punto de cometer. Pero a veces lo prohibido era lo más delicioso.

Comenzaron a comer de inmediato, pues tenían mucha hambre. Hoy era un día que todo estudiante deseaba y amaba: Reunión entre maestros, y por ende, día libre para los estudiantes. Así que, como Jennie estaría sola en casa hasta las cinco de la tarde (ya que sus padres llegaban del trabajo a esa hora), invitó a Hanbin a pasar el día con ella. Él no solía visitar su casa seguido ya que sus padres tampoco sabían que eran pareja, y mucho menos su hija pensaba contarles ya que estaba segura que no aceptarían a Hanbin. Una joven adinerada como Kim Jennie,y proviniente de una familia respetada, no podía salir con un joven proviniente de una familia escandalosa y en bancarrota como Hanbin.

Al terminar de comer se dirigieron a la sala de estar y se acomodaron en el sofá hasta digerir la comida. Hanbin se acostó con la cabeza en el regazo de Jennie mientras ella peinaba su cabello gentilmente. Él sonrió mientras cerraba los ojos. Amaba que ella jugara con su cabello. Lo calmaba de una manera increíble y lo hacía caer dormido.

─Creo que tomaré una siesta ─anunció.

─Pero si te despertaste hace como una hora, y son las once de la mañana ─le reprochó.

─Alguien me mantuvo despierto hasta las dos de la madrugada ─La miró alzando una ceja. Jennie sonrió apenada.

─Lamento no haber podido dormir.

Hanbin agarró una de sus manos y la acercó a su boca para darle un beso. La noche anterior Jennie tuvo insomnio, pero estaba cansada, y la puso de mal humor no poder dormir. Su solución fue hacer vídeollamada con Hanbin para que su calmada voz la ayudara a relajarse. Hablaron por un largo tiempo, hasta que ambos comenzaron a sentirse cada vez más cansados y solo se observaron a través de las pantallas. Hanbin no se durmió hasta ver a Jennie cerrar los ojos y caer en un profundo sueño.

─Deberías cortarte el pelo ─ella le dijo mientras se lo peinaba.

─No. Me gusta cuando juegas con él ─le dijo cerrando los ojos y sonriendo. Jennie se inclinó hacia su cabello y lo olió.

─Por lo menos huele bien.

─Siempre huelo bien.

─Menos cuando acabas tus prácticas.

Él la miró haciéndose el ofendido.

─Tú tampoco hueles a rosas, eh ─le dijo divertido y ella rió.

Se quedaron en silencio por unos momentos, Jennie observando a Hanbin descansar y relajarse gracias a sus caricias. No obstante, al poco rato él habló.

Jenga {Hanbin & Jennie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora