Secretos Que Lastiman

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Ya era el día, JiSoo se sentía enferma de sólo pensar que tenía que enfrentar a la persona que alguna vez amo y que era padre de su pequeño SeokJin.

—¡Mami! —escuchó la voz de SeokJin que al parecer bajaba las escaleras corriendo. Sabía a que se debía esa emoción y agradecía eternamente el haber encontrado a una persona como JiWoo que la había ayudado sin criticarla.

—Estoy en la cocina —inmediatamente en su campo de visión aparecieron TaeHyung y SeokJin, ambos con una gran sonrisa en sus rostros— Se ven guapisimos.

—Gracias —dijeron ambos chicos al mismo tiempo.

—Espero que no se sienta sola, tia JiSoo —TaeHyung llamaba asi a la mamá de SeokJin y SeokJin así a la mamá de TaeHyung. Ambas eran tan cercanas y buenas amigas que parecían hermanas.

—Para nada, cariño. No estaré sola, un amigo vendrá a verme —sonrió intentando mantener la calma.

—¿Un amigo? —SeokJin miro curioso a su mamá. Ella nunca había hablado de un amigo— ¿No quieres que nos quedemos contigo?

—No cariño. No quiero interrumpir sus citas, además quiero platicar algunas cosas con mi amigo.

—¿Sobre qué? —TaeHyung tomó el hombro de SeokJin.

—Vamos, Jinnie. Tu mamá también necesita privacidad —el nombrado suspiro.

—Si necesitas algo, solo llamanos, estaremos aquí tan rápido como sea necesario —TaeHyung asintió también de acuerdo.

—Gracias, pero no creo que sea necesario.

—Esta bien —en ese momento se escucha como tocan el timbre de la casa. SeokJin sonrió y se despidió dandole un beso en la mejilla a su mamá y lo imitó TaeHyung.

—Se cuidan —cuando ambos chicos salieron de su campo de visión bajo por completo su sonrisa y sus manos comenzaron a sudar— Tranquila, sólo respira y tranqulizate.

Bajo su taza de te, que no le había ayudado en nada con sus nervioso y comenzó a caminar de un lado a otro mientras esperaba que volvieran a tocar el timbre de su casa.

Sabía que había tomado las desiciones equivocadas pero era lo que había creído mejor en su momento.

Pasaron los minutos y sintió como sus nervios aumentaba en lugar de disminuir, no importaba todo lo que se dijera mentalmente para calmarse, todo era en vano.

Escuchó como tocaban el timbre y vio la hora en el reloj que adornaba su cocina: las 2 en punto, el siempre era puntual.

Suspiro, se aliso su vestido y camino hacia donde estaba la puerta. Alargó su mano para poder asi tomar la manija y abrir la puerta, se mantuvo un buen rato mirando sólo su mano hasta que volvió a escuchar el timbre, entonces abrió.

Su mirada se encontró con el, se veia igual de guapo que antes, un poco más alto, y su cara demostraba ya madurez. Este sonrió y alargó un gran ramo de rosas blancas hacia ella, sus favoritas.

—Tan hermosa como siempre, JiSoo —la mencionada sonrió avergonzada, nadie aparte de su hijo e hijo adoptado le decían que se veía hermosa.

—Tu no te vez nada mal, MinHo —intento que su voz no temblara, pero sentía hasta sus piernas temblar— Pasa —se hizo un lado para que el otro pasará. Vio como inspeccionaba la casa con curiosidad.

—Una casa muy grande como para que vivas sola en ella —río un poco nervioso ante el pensamiento de que ella en si no viviera sola.

Habían pasado muchos años desde la última vez que la había visto, y aún su corazón latía demasiado rápido como antes, como si fuera la primera vez que la viera.

Número Equivocado (YoonJin)Where stories live. Discover now