I Chose U (Hayes Grier y Tu)

Capitulo 1

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- Hayes

Era todo; estaba entre la espada y la pared. De todas las calles que pude haber tomado; escogí la peor elección. Aquellos dementes todavía seguían golpeando mi rostro cuando recordé que tenía aquella arma dentro de mi bolsillo; genial Hayes, eres todo un genio.

Rápidamente los apunte a ambos hasta que se separaron de mi con las manos en alto, haciendo que dejen todo mi dinero en el suelo; si tan solo no me hubiera metido con John esa calle no me traería tantos problemas.

Ese hijo de mamá no sabía defenderse por si solo; y como si la idea me gustara mucho, yo tenía que aguantar a sus amigos.

- Que graciosos, que graciosos- repetí una y otra vez mientras el espanto en su cara ni siquiera los dejaba respirar. - ¿Qué pensaban?- pregunté riendo sarcástico. Toqué mi nariz; sangraba a mares. Era la tercera vez que me daban ahí esa semana. La cuarta fue en el estomago; esos malditos escaparon. Prometía que si me los topaba les rompería la cara de un golpe.- ¿Qué pensaban?- pregunté nuevamente en un tono mas alto- no esperen.. No me digan, porque ya lo se.. “pegarle a Hayes es demasiado fácil, vamos a robar un poco de dinero”- imité unos gestos fortachones. Uno de ellos dio un paso atrás, al cual apunte con la pistola para que no siguiera.- Si te mueves un centímetro mas, te quedarás sin pies para correr amigo- tomé el dinero que habían dejado en el suelo e hice que me dieran el suyo para ver como corrían como dos pequeñas asustadas después de ver un fantasma.

Caminé por la calle con la pistola escondida y con la nariz aun sangrando; si algún policía me veía probablemente sería el fin de mis ganas por ser alguien en la vida.

Las personas me miraban descifrando la posible pelea que tuve en mi rostro; lo cierto era que esos chicos me habían estado pegando desde que llegué al lugar, pero para mi reputación, les habría dicho a todos que yo había sido quien ganó la pelea. Lo fue; simbólicamente.

Todo por querer encontrarme con Thomas; hace tiempo que me quería decir algo y no le hacía caso alguno.

Lo divisé al final de la calle; donde se juntan las tres avenidas, otras dos opciones que no tomé en cuenta en el momento en el que salí de mi casa.

- ¿Cuándo vas a entender eh?- exclamó riendo al ver mi nariz. Le di la mano para saludarlo; si no fuera porque en una semana entrábamos a clases, no lo hubiera pasado tiempo desde que lo haya visto.

- Solo para que quede claro, yo gané la pelea- reí con aire de superioridad.

- Tu nariz me lo deja mas que claro hermano- me golpeó el hombro divertido. Sus ojos azules se tornaron serios y me hizo señas para que me sentara a su lado en la vieja banca llena de garabatos.

- ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo?- pregunté dudoso. Se acomodó en su asiento y despeinó su cabello hacia los lados para mirarme fijamente.

- Viejo.. Mi mamá esta quebrando- explicó- necesito de tu ayuda.. Tu sabes que somos cuatro hermanos, no podemos vivir en esa miseria

- Lo se Thomas.. - lo miré apenado; su padre había fallecido hace poco tiempo, y fue entonces cuando a familia comenzó a disminuir su dinero, hasta quedar como están para ese entonces- Pero ¿Qué es lo que puedo hacer yo con eso?

- ¡Por favor Hayes!- Rió como si yo ya supiera de lo que hablaba. No lo sabía; pero tenía una idea. En esa loca cabeza adolescente de diez y seis años se escondía algo mas que chicas desnudas con un increíble cuerpo.

- Vamos, suéltalo.. ¿Qué es lo que quieres que haga por ti? Sabes que en mi familia también se están acabando los recursos, despidieron a papá y mi mamá tiene que cuidar a tomy- hice referencia a mi pequeño hermano.- Lo siento amigo, pero no se para que soy útil en este momento

- Eres el mejor ladrón de aquí- susurró en mi oído como si nadie de allí lo supiera. Hace dos meses que había dejado de robar; aquella vez que los policías casi me atrapan, fue el día en el cual mi corazón se aceleró tanto que sentí que iba a salir. No podía volver a hacerlo; no si mi vida dependiera de ello. En este caso; era la vida de mi mejor amigo, sabía que de alguna manera me iba a convencer.

- No le robaré a nadie de aquí, tu sabes bien que estas familias están igual de quebradas que nosotros- musité mirándolo con cara de idiota.

- Lo se, Hayes, lo se- me sonrió- ¿recuerdas a aquella chica, la que hizo esa fiesta.. Aquella en la cual entraste con una moto a la piscina y sus papás enloquecieron completamente al ver tu moto allí tirada?

- ¡eso fue una locura!- reí al recordarlo. Al otro día Thomas fue a pedir mi moto como si nada y la llevó a mi casa. Era definitivamente un gran amigo.

- La madre de Sabina es amiga de sus padres, y tienen una fiesta en su casa este fin de semana, ¡no estarán en casa!

- ¿y que hay de la chica? - pregunté - ____.. Creo que se llamaba- dibujé su rostro en mi mente como si fuera una fotografía en la que ella estuviera posando para mi; vaya que linda era. Lamentablemente; no era mi tipo de chicas. Ni yo el tipo de chicos que salían con ella.

- ¿Qué chica con dinero esta en casa para vacaciones? Debe estar gastando una gran cantidad de dinero en alguna isla privada- rió- ¿te anotas hermano?- preguntó con esperanza en sus ojos. Lo miré dudoso; no me entusiasmaba mucho la idea, pero era cierto; nuestras familias estaban quebrando de a poco. Aun que no era una manera buena de arreglar las cosas. Me estremecí un poco; no quería volver a hacerlo, había dejado aquella ambición. 

- Me anoto- respondí finalmente sin estar muy convencido aun.