CAPÍTULO 8.

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Thiago.

Me dirijo a la cocina somnoliento, arrastrando mis pies descalzos contra el frío suelo. Preparo la cafetera y de uno de los estantes superiores agarro un vaso. Una vez el líquido humeante ha terminado de salir, vierto dos cucharadas de azúcar y un poco de leche para a continuación pasar a sentarme en un sofá del salón.

He sido el primero en despertarme, lo cual no es de extrañar. Mark llegó bastante borracho, Christian debe estar ocupado con la morena y Ángel... Bueno, está madrugada cuando llegamos no estaba de humor, se siente impotente por haber dejado a Juliet sola haciendo que Luke aproveche la oportunidad para hablar con ella y hacerla sentir incómoda con mi mejor amigo.

Ese bastardo...

En cuanto a las chicas... Recibí hace un par de horas un mensaje de Carla diciendo que iban a pasar el día viendo películas Disney y que eso posiblemente se convertiría en el plan para lo que resta de fin de semana ya que Juliet se quedaría en su casa hasta el domingo por la tarde. No conozco a nadie tan obsesionado con Disney como Carla. Esa chica viviría viendo solo esa clase de películas y si pudiera también viviría dentro de ellas.

Escucho pisadas por las escaleras haciéndome salir de mis pensamientos y un Ángel con mala cara aparece de ellas.

-  ¿Qué pasa hermano?

- Tengo que ir a mi casa, mi padre acaba de llamar. Algo ha pasado y no me ha querido decir el que.- No es la primera vez que Ángel tiene que irse con una llamada de su padre. ¿La razón? Joe.

- Cualquier cosa puedes llamarnos.- Asiente con la cabeza

- Gracias hermano.- Y con eso se va.

Cada vez que Joe se mete en algún lío su padre hace todo lo posible por salvarle el culo, en cambio el muy capullo vuelve a hacer de las suyas al cabo de poco tiempo. Siempre es el mismo patrón. Este asunto desgasta demasiado a Ángel y a su padre, pero no dejan de intentar ayudarlo.

Vuelvo a escuchar ruido en la planta de arriba dando como resultado la aparición de una morena llevando sus zapatos de tacón en la mano seguida de un Christian muy sonriente vestido solo con un pantalón de deporte.

La chica se percata de mi presencia haciendo que las mejillas se cubran de rojo.

Vaya, anoche no estaba tan tímida. Efectos del alcohol.

Ahora que estoy sobrio puedo detallarla mejor. Es alta con unas piernas kilométricas, de cuerpo esbelto y buenas curvas. Cara alargada, pómulos definidos, labios carnosos y unos enormes ojos marrones. Lleva su melena castaña recogida en un moño pero se puede apreciar que es bastante larga. Justo el prototipo de chica que le gusta al zanahorio. En definitiva, está buenísima.

Christian me guiña un ojo pasandole el brazo por los hombros a la morena mientras la dirige hacia la puerta. Segundos después aparece para tirarse en el sofá frente a mí.

- ¿Una noche larga? He preparado café.- No puedo evitar soltar una sonrisa maliciosa.

Claro que ha sido larga, por lo menos para mí. La habitación que ocupa Christian y la que ocupo yo cuando nos quedamos aquí están pegadas. Me he pasado desde que llegamos hasta un par de horas antes de levantarme escuchando los gemidos de la chica. Y como soy idiota se me olvidó por completo cerrar las cortinas para que no entrase la luz así que una vez que esta me despertó no pude volver a dormir.

- En realidad no. Y tú ¿Has dormido bien? .- Maldito bastardo.

- Si, sobre todo con la melodiosa voz de tu amiga.- Nos miramos y no podemos evitar reír.

Ecos de Coraje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora