🔹Capítulo Quince🔹

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Capítulo 15: Tachados.

El día que se quedó a dormir en mi cama fue la última vez que vi a Eitan en toda la semana

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El día que se quedó a dormir en mi cama fue la última vez que vi a Eitan en toda la semana.

Cuando me desperté ese mismo día a eso de las seis, ya el siniestro se había ido. No se cuanto tiempo se quedó durmiendo a mi lado, pero al parecer no fue demasiado.

Aún asi sus palabras no habían dejado de rondarme por la cabeza desde entonces: «mi corazón no ha dejado de latir desde el día que te conocí.»

Condenado siniestro, como me dices esas cosas asi a la ligera. Los hombres deberían entender que una también sufre, malditos.

Hablenme de sufrir cuando sientan que les está empezando a gustar demasiado un presunto asesino que para variar, no es taaaaaan malo como lo parece, y para rematar esta muerto, pero ojo volvió a la vida en esa postura de no me importa una mierda el mundo, soy inexpresivo y ya y luego te suelta todas esas palabras arrasa conchas y lo demás es historia...

Chaito conchita.

Coño conciencia no me delates.

Me escucho a mi misma y empiezo a pensar que me estoy volviendo completamente loca de remate; eso si es que ya no me volvi loca. No sería para menos, con tantos problemas lo mínimo que podría pasar es perder la poca cordura que me queda. Y eso ni siquiera sería el mayor de mis problemas, porque asi de grave está la situación.

Volviendo al tema inicial: la vida.

La vida que todavía tengo que vivir, porque por si no lo recuerdan todavía soy estudiante y tengo que graduarme. ¿Lo olvidaron verdad? No se preocupen, yo también lo olvidé. Hasta que me tocó volver a la realidad, gracias a que Chandler Rowins se preocupaba lo suficiente por mi como para adelantarme todos los trabajos que tenía que entregar esta semana, y que por mis faltas no sabía ni de la existencia de los mismos.

Debo darle las gracias públicamente a la bellísima, inteligentisima y talentosisima Alexandrine Bemberg por haberme ayudado con todo, amén.

Y no, la increíble Alexa no me amenazó para decirles eso a todos aquellos que me lo preguntara. En lo absoluto, ella es un alma noble y para nada maligna, jeje.

Basta de divagues mujer, reatziona.

Okey, voy pues.

Ahora si, volviendo a la realidad de mis días. Me encontraba yo en una tarde muy soleada, rodeada de un hermoso pasto verde y unos grandes y frondosos árboles que me daban cobijo bajo sus sombras. Las personas caminaban de un lado al otro, charlando, riendo, algo realmente precioso de ver. Pero yo me encontraba absorta en mi mundo, con un cuaderno descansando en mis piernas flexionadas mientras garabateaba lo mismo una y otra vez. El nombre de mi amor platónico de toda la vida: Eitan Snyder. Encerrado en un corazón de amor.

Los nueve siniestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora