-Si yo trabajara en este lugar sin duda me correrían el primer día por haber tirado la malteada en la cabeza de algún cliente – Lauren rio ante el comentario de Camila que era verdad, la chica sentada frente a ella era una de las personas más torpes que haya conocido en la faz de la tierra – O te caerías a cada momento – Mencionó Lauren – Creo que le salgo más barato a este restaurante si sólo soy un comensal más – Afirmó Camila mientras le daba un sorbo a su malteada de chocolate – Camila, quiero pedirte una disculpa por cómo me comporté en el aeropuerto, jamás imaginé que nuestro encuentro iba a ser de esa forma, quizás era algo que tenía muy guardado dentro de mi y sin querer salió en el lugar equivocado – Lauren se veía muy apenada por lo ocurrido pero también fue honesta al decir que era algo que tenía que expulsar en cualquier momento – Tranquila, todo está bien, además, tienes razón yo fui la egoísta y miedosa de esta historia, todo lo que dijiste es verdad – Comentó Camila quien no dejaba de mirar los ojos esmeraldas de Lauren – Quizás no todo fue verdad, pero aún así no creo que haya sido ni la forma ni el momento para hablar de eso, de verdad, te pido una disculpa – Habló Lauren - ¡Hey! Tranquila, todo está bien, es más borrón y cuenta nueva ¿te parece? – Preguntó Camila quien sin darse cuenta había tomado la mano que Lauren que tenía sobre la mesa, cuando ambas se dieron cuenta de dicho gesto, separaron sus manos al instante, el nerviosismo llegó a la mesa como plato fuerte, sin duda querían que Dinah estuviera aquí para aminorar el incómodo silencio que se apoderó de ellas en ese instante y así fue cómo sucedió, ambas se relajaron al ver llegar a Dinah - ¿Alguien se murió aquí o volvieron a discutir? – Preguntó la polinesia – Ambas chicas se miraron ante el comentario de su amiga y fue Camila la encargada de aclarar la situación – Todo está bien – Que bueno, porque no soportaré otro berrinche de ambas en un lugar público, yo las dejo y me largo - Finalizó Dinah.

Después del comentario de la polinesia, el almuerzo avanzó de manera tranquila, incluso las chicas se pusieron al tanto de sus vidas en cuestiones de escuela y oportunidades de crecimiento, Lauren les habló un poco sobre lo que trataba su tesis y la forma en cómo la presentaría al Senado, además de lo increíble que sería ganar  los diez mil dólares.

- ¿Diez mil de los grandes? Dios mío imagínate lo que puedes hacer con eso – Aseveró Dinah de manera sorprendida – En realidad no me lo puedo imaginar porque aún no los tengo, cuando los gane entonces ahora sí decidiré qué hacer con ese dinero – Contestó Lauren – Y tú Camila ¿Cómo vas con los bocetos de tu canción? – Preguntó la ojiverde – Tengo solamente una melodía base, de la cual pienso inspirarme para realizar la letra de la canción, después de ahí vienen los arreglos, posiblemente suena como un avance pero definitivamente no lo es, he comenzado a escribir nuevamente canciones pero ninguna me convence – Contó Camila – Creo que esa es la cuestión, la estás pensando mucho, sólo siente la letra, siente la música, eso es algo que siempre hacías y las composiciones te quedaban espectaculares – Sí, quizás eso es lo que estoy haciendo mal – Mencionó Camila un poco emocionada al escuchar el elogio de Lauren – Ya le dije que se debe de esforzar si quiere ganar un Grammy cuando yo me encuentre como crítica principal  – Intervino Dinah en la conversación – Definitivamente tú serás una juez muy dura – Aseveró Lauren - ¿Qué? Tiene que haber alguien en ese panel que eleve nuevamente el nivel de calidad musical, hagamos que los compositores se esfuercen un poquito más en hacer buena música, menos beats y más inclusión de instrumentos en las canciones – Afirmó Dinah – Bueno, ella tiene razón – Dijo Lauren mirando a Camila, la cual simplemente sonrío.

La charla en el restaurante hizo que las chicas perdieran la noción del tiempo, así que cuando se dieron cuenta de la hora tuvieron que abandonar el lugar para dirigirse a su apartamento.

Al llegar a este Lauren se quedó un poco sorprendida por la amplitud del lugar y lo acogedor que se veía - ¡Wow! Chicas, definitivamente esto es una mansión comparado a donde vivo en Chicago – Dijo Lauren algo asombrada al ver los ventanales que tenía el apartamento, los cuales te obsequiaban una vista privilegiada de la ciudad así como el pizarrón que abarcaba la pared, ya se imaginaba dibujando en el - ¿Dónde te estás hospedando allá en Chicago? – Preguntó Dinah – En la residencia de la universidad – Contestó Lauren - ¡Entonces esto para ti es un palacio! – Afirmó la polinesia – Dinah, no seas grosera – La retó Camila desde la cocina donde se encontraba – Déjala, tiene razón, los pequeños apartamentos de la residencia son un rotundo asco – Comentó divertida la ojiverde.

Mientras Lauren seguía recorriendo el acogedor apartamento de las chicas, Camila se encargaba de arreglar los últimos detalles de la habitación donde se quedaría Lauren, el cual antes era utilizado por las chicas como estudio para realizar bocetos de canciones o tareas que les dejaban en la escuela.

-Listo Lauren, ésta será tu habitación, disculpa que te ofrezcamos sólo un colchón inflable pero del piso a esto, no existen quejas – Se disculpó Camila – No te preocupes con que me den un techo es más que suficiente, es como la frase que dice mi abuelo "De la puerta hasta el final de la casa, todo aquí es cama" – Finalizó Lauren haciendo reír a Camila -Si lo recuerdo, él y sus múltiples frases tan exactas y divertidas – Pues tu papá no se queda atrás – Por eso le encantaba hablar con tu abuelo – Le encanta, aún sé que se siguen viendo – La corrigió la ojiverde.

-Hace poco más de dos meses estuve en Miami y por coincidencia nos encontramos con tu familia en el aeropuerto, nos fuimos a comer al restaurante que siempre íbamos y me sorprendió que aún mantengan el contacto después de...Lo sucedido entre nosotros – Dijo Camila - Las que terminamos fuimos nosotras, no ellos, pero tienes razón a pesar de todo se han mantenido al margen de la situación – Concluyó Lauren – Es que ellos sí son adultos – Terminó Camila, ambas sonrieron ante el comentario – Bueno – Continuó Camila – Desempaca y siéntete en casa, trataré de estar muy poco tiempo en el apartamento para que te sientas más cómoda, aunque no me lo digas y andes de parlanchina conmigo, sé cómo te sientes, me quedó muy claro en el aeropuerto, además conozco tus gestos cuanto algo te incomoda, ese tic que tienes de rascarte la ceja cada cierto tiempo o tu constante juego de manos, quizás nos vimos un poco obligadas a aceptar esto pero quiero que sepas que a pesar de todo, siempre haré lo posible por ayudarte y más si se trata de algo que te hace feliz – Al terminar de decir esto Camila dio la media vuelta para salir directamente de la habitación pero la voz de Lauren interrumpió su andar - ¿Sabes que yo también te conozco? Sé que hablas mucho cuando estás nerviosa, justo como ahorita, entiendo que no es algo que planeamos, el vernos nuevamente y en estas circunstancias, pero se dio, y para serte sincera no sé si estoy lista para hablar del tema de nosotras, yo sé que en el aeropuerto di un preámbulo sin previo aviso pero prefiero que toda esta semana que esté aquí se enfoque solamente al concurso y en tratar de tener una buena armonía contigo y Dinah, no es necesario que cambies tu rutina por mí, al contrario, yo me adaptaré a su forma de vida por estos días – Puntualizó Lauren.

Ante esas palabras de la ojiverde, la castaña se quedó pensativa y algo muy dentro de ella la impulsó a decir la siguiente pregunta - ¿Crees que podamos volver a ser amigas? – Camila dirigió apenada su mirada al suelo después de hacer la pregunta, sus manos comenzaban a jugar con el borde de su blusa en señal de nerviosismo – No lo sé, la verdad es que no sé si se podamos volver a tener una amistad después de todo lo que pasamos o ¿eso es lo que quieres? – Lauren no sabía cómo reaccionar ante la respuesta que diera Camila, si ella decía que sólo quería una amistad ¿eso significaría que ella ya no siente nada por Lauren? – Te soy honesta, realmente no lo sé ¿tú qué quieres? – Preguntó Camila – Por el momento, llevemos una relación cordial, por el bien tuyo, el de Dinah, el mío y el de nuestras familias – Aseveró Lauren – Sí, tienes razón, eso haremos, ahora sí, te dejo que desempaques si estás muy cansada podemos encargar pizza y quedarnos aquí, si no lo estas podríamos ir a dar una vuelta para que conozcas un poco de Central Park, no nos queda muy lejos – Propuso Camila - Creo que sólo por hoy les tomaré la palabra de la pizza en casa, honestamente no dormí absolutamente ni en Chicago ni en el avión y ya estoy sintiendo los estragos del cansancio en mi cuerpo, quizás es el Jet Lag – Dijo Lauren - ¡Qué exagerada eres, si de Chicago a Nueva York sólo hay una hora de diferencia! – Habló Camila divertida – Qué raro, yo siento que son ¡Horas de diferencia! – Bueno ya párale sarcástica, ya sé a dónde te diriges, descansa y cuando despiertes ya estará la pizza esperándote – Habló Camila – Si encargarán pizza pueden pedirla sin... - Piña, lo sé exagerada – Camila terminó la frase de Lauren, a la cual le sorprendió que la castaña aún recordara ese tipo de detalles después de cuatro años sin saber nada la una de la otra, Camila abandonó la habitación, al ver cómo la castaña cerraba la puerta, Lauren se tiró por completo al colchón inflable que sería su cama por una semana – A ver si no acabo con tortícolis por culpa de esta cosa – Dijo Lauren para sí misma, sin poder pensar en más la ojiverde se desconectó de todo y se dignó a dejarse caer entre los brazos de Morfeo quien la esperaba con los más profundos y hermosos sueños.

Mientras que afuera de la habitación se encontraba Camila recargada en la puerta de la habitación que antes era su estudio, pensando en todo lo sucedido este día, desde lo lindo que sintió saber que Lauren no tenía novia, hasta la tristeza que la abordó al saber que la ojiverde ni siquiera pensaba en volver a entablar una amistad con ella – Sin duda será una semana algo pesada – Finalizó Camila algo dubitativa.

UNA VEZ MÁSWhere stories live. Discover now