Capítulo 17: Cerrando Un Ciclo

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– Tienes razón, creo que debo estar solo un tiempo.

– Creo que yo también.

– Nos vemos Ana y en verdad perdóname, yo a ti te perdono porque sé que si todo hubiera estado bien entre nosotros no hubieras estado con alguien más.

– La verdad no lo sé Jack, eso nunca lo sabremos.

– Espero que él no te falle... conozco bien esa mirada Ana – guardó silencio mientras me miraba a los ojos – en verdad espero que él te ame como tú lo amas a él, no me gustaría verte sufrir por alguien que no te valore.

– Gracias Jack, puedo cuidarme sola y lo que tenga que pasar, pasará.

– ¿Podría abrazarte?

– ¿Por qué no?

Al momento de abrazarnos vinieron a mi mente tantas cosas, me di cuenta que el cariño que le tenía era sólo de amigos, ese beso que le había dado en la cocina en la casa de Las Vegas me lo había dejado claro, pero egoísta yo, como se lo dije, tenía miedo de que lo de Christian sólo fuera algo fugaz y no quería quedarme sola, ahora sólo esperaba que en verdad no se esfumara, no sabría qué hacer, me derrumbaría completamente porque lo amaba con todo mi ser, ahora terminaba por entenderlo.

El lunes por la mañana me sorprendió ver que Scott ya había llegado a la agencia y que estaba encerrado en su oficina con Kate, sentí un desasosiego, podría soportar la ruptura con Jack, era algo ya inminente, pero no podía perder mi trabajo, eso sí me destrozaría, la agencia de Scott era una de las más reconocidas y él con facilidad podría cerrarme la oportunidad de conseguir trabajo en otra. Entré a mi oficina y alcance a ver que Kate salía llorando, se dio cuenta que yo estaba ahí y furiosa entró golpeando la puerta.

Ya estarás contenta mal*dita mosca muerta, tenías que hacerte la sufrida con el jefe, ¿verdad?, por tu culpa me he quedado sin trabajo y no podré encontrar otro igual en todo el país y tengo una hija que mantener.

– Eso hubieras pensando antes de montar un escándalo en un lugar público, exponiéndote a que alguien te viera, que eso fue lo que sucedió, ni siquiera he hablado con Anastasia y ya deja de hacer numeritos, vete por favor, antes que llame a seguridad para que te acompañen a la calle – respondió Scott serio.

Esto no se va a quedar así Anastasia, me las vas a pagar.

– Ya te dije que ella no tiene nada que ver, acepta las consecuencias de tus actos Kate, tú eres la única responsable de lo que ha pasado.

Lo recorrió con la mirada furiosa y salió de mi oficina, yo me dejé caer en mi silla, lo que menos quería es que la despidieran, conocía perfectamente su situación y no le guardaba rencor, al final lo que se hace en la vida se paga y creo que ella se iba a quedar sin Jack que era lo único que le importaba y la causante era ella misma.

Scott, no tenías que haber hecho eso, no tiene nada que ver con el trabajo.

– Perdón Anastasia, no lo hice por ti, te estimo, pero tuve otras razones, mi esposa las vio en el centro comercial y escuchó todas las cosas que Kate te gritó, si fue capaz de involucrarse con el novio de una amiga y se valió de todas las artimañas que pudo para conseguirlo, más encima ventilar intimidades en un lugar público y frente a su hija, ¿qué podría yo esperar de ella en cuestiones laborales?, que un día se marchara llevándose sus cuentas y echara pestes de la agencia, que tirara lodo por todas partes, no Ana, eso no podía yo permitirlo, me ha costado mucho abrirme paso en este medio tan competido para dejar que alguien como ella lo arruine por su falta de escrúpulos.

Ardiente TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora