Sombras

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Hola! Lamento la demora. Ojalá y os guste el capítulo =D

Advertencia:

Lemon shota

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o H.E o0O0o * ~

—Estas podrido.

Él hombre miró a su acompañante con expresión neutra, él lo sabía muy bien y no le importaba ni le interesaba en lo más mínimo, así que fingió no escucharlo mientras contemplaba a su objetivo con los potentes binoculares. Entonces se dio la oportunidad de pensar en sus opciones, tenía todo un abanico de posibilidades, desde dispararle a la cabeza en aquel preciso momento, hasta secuestrarla y torturarla. De hecho, eso era lo mejor para sus planes, aquella mujer era una pieza valiosa llena de información invaluable que disfrutaría extraer segundo a segundo de sus ensangrentados labios.

—Exquisita —murmuró lacónico y casi sin interés—. Matatabi... mujer, cuarenta y dos años, actual jefa del departamento de policía, soltera, madre de una hija y... 

—Amiga íntima de Kurama, aunque seguimos sin poder comprobar que tanto sabe o está involucrada con los otros negocios. Todas nuestras pistas indican que son alguna especie de amigos, pero no hay nada que diga que son socios o cómplices —tajó—. Peros si alguien sabe cómo silenciar a ese bastardo de forma creativa, sin duda es esa mujer, es todo un blanco abierto.

—Quiero a su hija.

—Imposible.

—¿Por qué? —sus ojos se centraron en la imponente figura junto a él.

—Yugito —nombró con calma, como si repasara la información que sabía—. Fue vista por última vez seis años atrás, puede que un poco más, en Kumogakure, tenía quince años... es probable que ya este muerta.

—Averígualo —dijo sin más y su acompañante se limitó a asentir—. Si queremos que hable hay que motivarla.

🍥🍅🍥🍡

Matatabi sintió un estremecimiento recorrerle la espalda, teniendo que voltear hacía ambos lados de la calle de forma discreta y casi paranoica, cerciorándose de que nadie la seguía. Tal vez se estaba volviendo loca o solo eran tonterías suyas, pero desde hace unos días, sentía una intensa mirada siguiendo cada uno de sus movimientos, como si esperara el momento justo para lanzarse sobre ella, tomándola desprevenida y asestando el golpe de gracia, y eso si corría con suerte. 

En aquel mundo, ser liquidado de manera rápida era un privilegio que desgraciadamente alguien como ella no poseía. Por lo que fingió calma y caminó hasta la central, pensando en que había sido una muy mala idea salir a caminar para librarse, aunque sea unos minutos de todo el maldito papeleo, lo único bueno es que solo fue una calle, por lo que al entrar al edificio de quince pisos —toda una fortaleza— y ver la recepción atendida por un guardia y al par de policías custodiando la entrada como centinelas, fue que pudo suspirar aliviada. yendo hasta el ascensor.

—Debo de dejar el café —susurró en cuanto las puertas se cerraron y sintió el suave movimiento ascendente junto a la relajante melodía.

Sin embargo, pensando fríamente la situación, había muchas —demasiadas— personas que quisieran verla muerta y pagarían una fortuna por ello, desde políticos a empresarios, sin olvidarse claro está, de poderosos lideres Yakuza. Ser asediada por unos días debería ser algo común dentro de su ajetreada vida, de hecho, ya la habían secuestrado un par de veces, torturado y amenazado, pero por escalofriante que sonara, esta vez algo le decía que era diferente, que ella no era el objetivo principal.

Mírame y ámameWhere stories live. Discover now