20

5 0 0
                                        

Llegamos hasta un costado y las luces estaban medio prendidas y medio apagadas, bueno es lo mismo que igual.

- Creo que de aquí ya podré – dije zafándome de sus brazos

- ¿Estás segura? – preguntó inseguro

- Claro, más que segura – sonreí

Al tratar de soltarme de él ya quedé sin equilibrio entonces volví a sujetarme, mientras de Abbie se burlaba de mí.

- ¿Es que nunca has venido aquí? – preguntó desde lejos

- La verdad no – negué con la cabeza

- ¿Cómo? Eso es ¡PECADO! – alzó la voz

- No haciéndolo – dije rodando los ojos

- Bueno, ¿qué tal si vamos al centro? – sugirió Edward y ambas asentimos

- En serio esto está un poco difícil – comenté moviendo lentamente mis pies

- No es tanto – dijo – Solo debes tratar de mantener el equilibrio

- Si, ¿y cómo se supone que logro eso? – reí

- Bueno, intentemos algo – dijo colocándose frente a mí

Nuestras "técnica" que se le ocurrió a Edward fue hacer lo siguiente: ponernos de frente y así ir tratando de que tenga equilibrio, al principio fue algo difícil ya que me había soltado un poco más, pero luego ya podía andar sola.

- Creo que fue buena idea esta – dije dándome la vuelta

- Si, bastante buena – dijo Abbie riéndose de mí, insinuando lo de siempre

Estuvimos ahí hasta más o menos las 8 pm y luego salimos a cenar, no teníamos ni idea de que podíamos comer, y luego Edward sugirió ir a una pizzería. Abbie y yo nos miramos y reímos ya que hace dos días atrás comimos eso, pero igual aceptamos.

- ¿Qué tamaño? – indagó Edward

- Solo aviso que Avril y yo nos comemos una familiar juntas – canturreó Abbie

- ¿Familiar? ¿Y dónde lo mandan todo? – preguntó asombrado y reímos

Pedimos dos pizzas medianas y luego seguimos con nuestro camino, primero me llevaron a mí ya que mi padre debía llegar con urgencia a mi casa, me despedí de ellos y entré a mi habitación.

"Mierda, ¿cómo puede ser tan lindo? Bueno, me saqué la lotería" pensé riendo. Fui a prender la tv y minutos después llegó mi padre.

Narra Edward

Todavía no podía creerlo. Dios, no podía estar enamorado de ella, pero obviamente ella no gusta de mí, aunque nada se pierde con preguntar.

- Abbie, ¿puedo hacerte una pregunta? – pregunté cuando estábamos por llegar a su casa

- Claro, si se refiere a seguir con la conversación de antes con gusto te contesto – dijo recostándose por el asiento de enfrente

- Bueno, solo quiero saber algo – carraspeé la garganta

- ¿Avril? – indagó

- Solo quiero saber si gusta de mí, ¿no, cierto? – pregunté mirando desde el espejo

- ¿Tan negativo? – refutó burlándose

- Solo quiero saber eso – rodé los ojos

- ¿Tú de ella? – me preguntó mirándome fijamente

Insecure © (EDITANDO)Where stories live. Discover now