Entramos todos al comedor porque ya eran las 12 am en punto, y la "tradición" en mi familia, es que se almuerce a esa hora.
Servimos la comida, todo se veía espectacular, o no sé si eso era porque mi comida favorita es milanesa y más si es acompañada por puré.
Me senté a lado de la tía Gloria por un lado y por el otro mi padre, por decir así eran mis "guardaespaldas", lo último que me faltaba: no podía hacer nada.
- ¿Qué tal la familia, Fred? – preguntó mi padre al señor que había invitado a pasar
"Okay, el chico es Edward, el señor Fred, y la ¿señora? Así se hace, conocer a tus invitados, buena chica" pensaba para mí, a lo que reí en mi interior.
- Bastante bien – comentó el señor luego de tragar el bocado que tenía, miró a su hijo y siguió orgulloso – Edward termina este año la secundaria, el mes pasado cumplió dieciocho – sonrió y el chico también, luego miró a su esposa y continuó – Mi querida esposa tendrá un viaje mañana a Orlando – dijo con una gran sonrisa
"¿Cómo puede estar tan feliz?" pensé.
- Qué bueno, nosotros con Avril – me miró fijamente – Tuvimos unas vacaciones en Orlando la semana pasada – reí – Mañana volverá a la escuela de nuevo, también culmina sus estudios este año
"Vacaciones tan locas, en verdad fueron divertidas" reí para mí.
- ¿Cierto? ¿Cuántos años tiene Avril? – preguntó la señora
"Y ¿a usted que le interesa?" pensé, pero no podía responder eso. Esperé a tragar el bocado y contesté:
- Diecisiete, casi recién cumplidos – dije
- Podrían ser amigos con Edward, ¿no cariño? – dijo alegre la señora, mirando a su hijo a lo que pillé que él se sintió incómodo y le dijo en un susurro "Mamá" en un tono un poco desagradable
"Egocéntrico" pensé y rodé los ojos.
- Claro – dijo mi padre con una sonrisa a lo que debajo de la mesa le pateé – ¿Qué te pasa? – preguntó en mi oído
- Por querer conseguir mis amistades – dije y sonreí
El resto del almuerzo fue silencioso, pero la comida fabulosa, una de las cosas que mi abuela hacia mejor era cocinar, cosa de abuelas obviamente.
Luego de almorzar, nos quedamos a hablar un rato más, mi padre solamente, yo me senté en la sala mientras Josh me contaba sus cosas, pero no le prestaba tanta atención, hasta que me dejo varada y fue a hablar con Edward.
"Ha de ser su amigo o compañero, no lo sé" pensaba, me intrigaba, es que ¿cómo podía tener un amigo así siendo él tan diferente?
- Avril, vámonos – dijo mi padre entrando en la sala
- Sí, claro – dije agarrando mi cartera sin mostrar de que esa era la mejor noticia que me habían dado desde casi mi nacimiento, no soportaba estar tanto tiempo en ese lugar, no sabía si eran las personas o los recuerdos, pero me daba igual, solo quería largarme
- Adiós Avril, nos vemos – dijo Josh
- Adiós Josh, cuídate – dije dándole un abrazo, eso fue raro – Adiós – dije a Edward
- Adiós – contestó el chico
Salimos y sentí como todos me miraban, si, lo sé, soy la única que no habla tanto es esta familia, por favor, entiendan. Gracias.
Subimos al auto y durante todo el camino no articulé palabra alguna, solo miraba por la ventanilla, mi padre solo concentraba su mirada en el camino ya que se tornaba un poco nublado por la avenida. Llegamos.
Fui directo a mi habitación y luego de un rato mi padre vino junto a mí. Tocó la puerta.
- Adelante – dije desde la cama
- Hija, ¿podría hablar contigo?
- Sí, claro – me senté en la cama
- Has visto al hombre de hace rato, ¿no? – preguntó tembloroso
- Obviamente, estaba frente a mí, soy despistada, pero no tanto – reí ofendida
- Ese hombre me ha dado un trabajo nuevo, el chico es compañero de Josh, se llevan bastante bien, y esta noche vendrán a cenar – hizo una pausa y abrí los ojos como platos gigantes – Por favor, hija, compórtate – dijo entre dientes
Dejé llevar mi cabeza hasta la pared que hizo un ruido. "Ay, ¿cómo puede hacerme esto? Tendré que soportar a otro "Josh" ahora".
- Papá... – bufé
- Hija, es importante para mí y también para ti, debería serlo – dijo juntando las manos
- Está bien – bufé
- Y yo sé que como mi hija favorita prepararás todo para hoy
- Soy hija única – dije rodando los ojos
- Por eso
- Ni creas – respondí
- Te espero a las 5pm abajo para arreglar, hija, que descanses – dijo cerrando la puerta
¡No! ¿Cómo? Ahora aparte de tener que tratar bien a esa gente tendré que arreglar toda la casa para ellos, pero por favor... lo sé, tengo que hacerlo.
- ¡Aaaaah! – grité tapándome la cara con la almohada, escuchando una risa de mi padre al otro lado de la puerta
