Capítulo XX

189 42 17
                                    

Corrimos bastante que me sorprende que el frío no nos haya detenido, supongo que el chico estaba tan preocupado en que encontraran el cuerpo de Bratt que ni siquiera pensaba en la hipotermia que le podría dar.
<¿Dónde estamos?>agitado suelta mi agarre.
Me tomo mi tiempo para recobrar el aliento.
<No estoy seguro>me adelanto a mentirle.
Aprieto el paso, miro a nuestro alrededor asegurándome de que que no hayan testigos.
<No quiero ir a la cárcel>habla con la voz temblorosa culpándose por la muerte de Bratt.
Giro los ojos, lleva todo el tiempo diciendo lo mismo, aunque no puedo mentir que me alegra.
<No irás>hablo entre dientes, el frío cada vez se vuelve más violento.
Llegamos hasta la puerta, levanto mi brazo y toco la manija de la puerta, helada. Suelto un suspiro y de golpe giro la perilla. Como era de saberse, la puerta está cerrada.
<¿Ahora qué?>el chico vuelve a tensarse, su voz se corta. Giro los ojos y bufo. Si sigue así hará que lo mate de una vez.
<Gerard, no quiero ir a prisión>inesperadamente, Frank me da un abrazo por la espalda. Dejo de pensar, el chico se aferra al agarre. Petrificado me doy la vuelta y recibo sus brazos ofreciéndole los míos.
<No quiero morir en prisión>habla de golpe y suelta lágrimas, esconde su rostro en mi hombro.
Acaricio su cabello inconscientemente, palmeo su espalda y beso su cabeza.
<Entonces>hago una pausa<¿Dónde?>sin quitar mis brazos de él, me separo ligeramente para verle a la cara. Tuerce los labios y piensa.
<Quiero morir a tu lado>su voz se aclara, limpia las lágrimas de sus mejillas y procede a juntar su frente con la mía.
¿Se entregaría a mi si es que se lo pidiera?
Por el abrumador frío permanecemos abrazados unos cuantos minutos. En mi pecho siento el suyo respirar.
<Ven, debe de haber alguna forma de entrar>acaricio por última vez su cabeza y suelto su cuerpo, me adelanto en busca de una entrada.
Y siempre hay una, los lugares abandonados son los lugares donde las pandillas se reúnen para drogarse o tener sexo.
Recorro el lugar hasta encontrarme con una cerca, palpo el metal empujando.
<Ayúdame aquí>murmuro, Frank se apresura a llegar donde me encuentro y posa sus manos junto las mías.
Ambos pateamos con fuerza la cerca, como lo hicimos en las canchas de fútbol, solamente que esta vez hay pesados centímetros de nieve impidiendo que separemos la cerca del suelo con facilidad.
Me detuve, miré hacia arriba y después al rededor.
<Voy a subir, una vez arriba te ayudaré>le dije y comienzo a escalar la cerca, sacudo mi cabeza y soplo aire. El metal está demasiado congelado.
Una vez arriba le extiendo mi brazo, el castaño duda un poco.
<Sube, me congelo aquí>insisto.
Supongo que son las ideas del agente, casi me había olvidado de eso. Frank sabe que soy el asesino.
<Vámonos>vuelvo a hablar esta vez sonriendo falsamente mostrándole que puede confiar en mí.
Pobre chico, es muy fácil de convencer.
Acepta y toma mi mano y escala.
Ambos saltamos hacia el otro lado al mismo tiempo, me apresuro a buscar una puerta, está comenzando a hacer más frío.
La encuentro e instantáneamente giro la perilla, esta vez se encuentra abierta.
Cada vez se acerca más el tiempo en el que su vida será mía.
Exploramos el lugar, está cubierto de polvo, bastante oscuro.
Frank no deja de tocar todo. Parece un niño.
<Que raro, dejaron el lugar con todo y muebles>susurra.
Ignoro el comentario, mi mente está más enfocada en lo que seguirá.
<Entonces, quieres morir a mi lado>hablo desde la oscuridad.
Hay silencio, lo único que se escucha son nuestras pisadas.
<Si>afirma, busco al chico en la oscuridad.
<¿Morirías si te lo dijera?>bajo el tono de voz, no quiero mostrarme agresivo, si lo hago me tendrá más miedo.
No responde, debe estar pensando en lo que yo.
<¿A qué te refieres?>responde bajando la voz, esta vez logro encontrar de donde viene su voz, estoy muy cerca de él, más de lo que cree.
Sin aviso me lanzo al castaño, este forcejea pero con  la adrenalina que tengo dentro me es imposible controlarme.
<Shh>sonrío extasiado, juego con nuestros labios<Tranquilo>mi sonrisa se transforma a una enfermiza, saco la lengua y la paso por sus labios.
<Me estás asustando, Gerard>tembloroso intenta soltarse.
<Hablo de que si me dejarías tomar tu vida>me atrevo a decir, como si mis instintos asesinos me estuvieran controlando.
Ahora el castaño se detiene y paralizado respira.
Y sin esperármelo, el chico golpea con fuerza mi cabeza con la suya, forzándome a soltarlo.
<¡Ibas a matarme!>levanta la voz e intenta perderse de mi vista en la oscuridad. Me mantengo en silencio, claramente es lo que iba a hacer.
<Todo este tiempo estabas esperando el momento>su voz vuelve a quebrarse, sus ojos comienzan a tomar un tono brilloso.
No puedo derail escapar, si lo logra hará que me arresten a mi, me culparan por el asesinato de Adrian y además por el de Bratt, iré a la cárcel sin conseguir mi objetivo.
Pero una parte de mi desea a Frank en mi vida, los dos juntos.
<Frank...>murmuro.
Alcanzo a ver al castaño, este toma rápidamente un objeto y me lo lanza.
Usa eso como distracción, corre de prisa hasta la puerta, reacciono y me apresuro a alcanzarlo. Para cuando yo llego a la puerta, está se encuentra escalando la cerca.
<¡Ayuda!>grita con sus fuerzas, yo corro hasta la cerca, comienzo a escalar, me apresuro y logro tomar su pierna.
Este preocupado opta por sostenerse con las manos, soltar su pierna libre y patear mi rostro.
Vuelve a gritar por ayuda, yo caigo a la nieve, retomo mi postura de inmediato.
Frank ya saltó al otro lado.
<No me dejes>suspiro limpiando la sangre que escurre de mi nariz.
Este se aferra a la cerca y da un paso hacia adelante.
<Solamente querías matarme>suelta lágrimas<Fuiste tan Bueno que me cegaste lo suficiente como para que no viera quien realmente eras>tiembla su voz.
<Frank, te amo>pareciera que lo digo para que regrese conmigo, pero lo digo en serio.
El castaño baja la mirada, sin decir nada, da la media vuelta, lo miro dar los primeros pasos.
Es el final, dirá la verdad y yo iré a prisión, justo como mi padre.
<¡Frank!>grito detrás de la cerca. Este sigue su caminar.
En cuestión de segundos se admiran las luces rojas y azules, de una patrulla, acercarse.
El auto frena de golpe en la calle frente nosotros.
Tanto Frank como yo, nos detenemos.

&quot;Psychotic Kid&quot; [frerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora