Capitulo 9

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Laura se lo dijo cuando a las cuatro entro a la oficina.

—Ha llamado el joven Malik. Dijo que desearía verlo esta tarde, a la hora de cierre, aquí.

—¿Ha pedido contestación?

Laura estaba maravillada de la indiferencia mostrada por Liam. De la frialdad con que preguntaba.

—Dijo que volvería a llamar más tarde.

—Dígale que puede venir.

—Sí, joven Payne.

Liam comenzó a trabajar. Era una norma en su familia,  nunca dejar de trabajar excepto en el aniversario de la empresa, aniversario de sus padres. Su cumpleaños suponía tan solo una fiesta íntima con los amigos, pero durante el día, el desempeño  de sus funciones en la oficina continuaban igual. Es más, estaba seguro que solo pocos conocía la existencia de aquella fiesta

Una notificación en su celular hizo que desviará su vista de la laptop a su celular. Faltaba pocos minutos para que su turno terminara. Liam suspiro y acomodó sus lentes mejor sobre su nariz, aquellos lentes solo los usaba cada vez que usaba la computadora.

Su atención se centra de nuevo en la laptop.

—Diga— oyó la voz de Laura—. Si, joven puede venir.

Un carraspeó hizo que mirará a Laura, justo cuando colocaba el teléfono en su lugar.

—Era el joven Malik, joven Payne. Vendrá ahora mismo.

Liam asintió. La alarma de su celular se hizo sonar, Liam asintió cuando Laura lo miró.

Laura se quitó el gafete, se colocó el abrigo, bajo las persianas y se marchó al despedirse de Liam.

Colocó la laptop aún lado y en frente de él extendió un plano.

Casi enseguida escucho sus pasos. Cuando sonaron los golpes en la puerta, dijo sencillamente.

—Pasa.

Zayn se adentro y cerro de nuevo la puerta.

Vestía un traje azul marino, una camisa blanca, una corbata discretísima.

—Pasa, Zayn—invitó Liam con naturalidad—. Estoy terminando esto ¿Quieres sentarte? Si te apetece tomar algo, tienes ahí el bar.

Zayn no dijo nada. Se sentó ante la mesa y puso su mano sobre esta.

—Supongo—dijo Liam sin levantar los ojos del plano—que habrás recibido el que te envié esta mañana, ya arreglado.

—Si, ahora está perfecto.

—Tu dirás, Zayn.

Doblo el plano a la mitad, se recargo en el respaldo de la silla y se cruzó de brazos.

—Me ha llamado tu padre a casa este medio día.

—Ya.

—No debo ir Liam.

—¿No? ¿Por qué?

—No estaría bien. Ya se que eres tan gentil... que la invitación partió de ti. Tu padre no me perdona.

Liam busco un cigarrillo en la caja de piel y lo llevo a los labios. Casi inmediatamente tuvo el encendedor de Zayn delante. Sus ojos se encontraron.

Quedaron así un segundo.

¿Muchos recuerdos en común?

Algunos. Sobre todo al principio. Después... También había recuerdos. Recuerdo que, sin duda habían dejado huella. Cosas que no se aprecian bastante vivirlas, pero se evocaban aunque uno no quisiera. Se evocaban todos los días y con una fuerza muy extraño. Una fuerza que no se concebía cuando ambos decidieron vivir cada uno su propia vida.

No sufras por mi dolor »Ziam«Onde histórias criam vida. Descubra agora