Hizashi y Akira hablanban animadamente, Shota solo buscaba la pared más cercana para ir a chocar su cabeza hasta quedar inconsciente, esos dos eran una cacatúa y un loro ¡no se callaban! Y lo peor de todo eso era que trataban de incluirlo en su conversación.
Una luz llamó la atención a la derecha de Aizawa, otra vez Akira.
— Himura, apágate. - murmuró el azabache con molestia, Hizashi veía a la chica brillar por primera vez y se llenó de fascinación.
— ¡Lo siento, lo siento! Me emocioné- habló mientras la luz que emitía se desvanecía, cuando se apagó por completo volvió a sonreír.
El rubio estaba sorprendido y Shota se encargó de cancelar su particularidad antes de que hiciera un escándalo.
— ¿¡Como es posible!? ¡Te ves adorable cuando brillas! - notó que casi susurraba y vio a su derecha a su amigo con ojos rojos y el cabello hacia arriba, lo que indicaba que había cancelado su particularidad.
— A veces brillo. - explicó sonriendo la chica. Shota la miró y ella siempre brillaba, el pelo rubio y ojos dorados, ella completa parecía un segundo sol que vivía en la tierra.
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Akira salió corriendo del aula casi mandando a Shota al suelo, la dorada iba con el rostro cubierto por sus manos y el azabache iba a ir tras ella cuando escucho risas en el aula. Entró al reconocer la enferma risa de Nemuri.
— ¿Que le hiciste a Himura? - cuestionó molesto, Nemuri era un demonio que revoloteaba cerca del Ángel que era Akira.
— ¡Nada malo! Lo juro. - la de ojos azules seguía riendo aumentando la ira de su amigo, las chicas a su lado también reían. - traje una revista y ella quería ver. Lo que vio... la sorprendió un poco.
Shota bufó y salió tras la chica que estaba en el patio, tomando algo de sol con la cabeza hundida entre sus piernas, se acercó y tocó su hombro, ella levantó el rostro. Los ojos dorados encontraron a los negros.
— ¡Shota, lo siento! Cuando te vi ya no pude esquivarte y realmente quería escapar de ahí. - se excusó la chica poniéndose cada vez más roja de lo que ya estaba. Lo que había visto la dejó traumada.
— Debes olvidar lo que Nemuri te enseñó.
— ¡Shota! No entiendo nada de eso, todos estaban desnudos, eso iba en eso y... - bajo la mirada y después se cubrió el rostro, continuo hablando pero no se entendía mucho.
— Eso es algo que tus padres deben explicarte.
— No llegaré y diré: madre, padre ¿por qué la gente hace cosas... raras sin ropa?
En verdad era gracioso, con razón las chicas se estaban riendo. No era una burla ni una mala broma sino que Himura era demasiado inocente aunque tenía 16 años, era imposible que no causara ternura y algo de gracia.
— ¿Sabes que? Yo te lo diré.
Los ojos dorados parecieron brillar, ella siempre se emocionaba como si fuera una niña pequeña ante todo. Shota empezó con su explicación, le contó que era esa revista y que era porno, le contó varias cosas de esa industria y también lo que ellos estaban haciendo. Por primera vez habló sin que la dorada hiciera ninguna pregunta, el solo se dedicaba a terminar su explicación y ver las distintas muecas de sorpresa y asco que ella hacía, también la distinta gama de colores que se podía apreciar.
— Que horror...
— ¿Aún creías lo de la cigüeña? - preguntó en burla el chico.
— ¡No! Es tonto creer que un pájaro vuela llevando bebés... ¿de donde saldrían los bebes?
— ¿De un huevo quizá?
— ¿Al romper una roca? - ambos rieron. Entonces Aizawa vio como Himura lo miraba.
— ¿Que pasa?
— ¡Sonreíste! Nunca había visto tu sonrisa, me encanta tu sonrisa, deberías sonreír más Shota. Es una muy bonita, parece que el sol brilla más cuando tú sonríes. - y ahí lo llenaba de cumplidos de su sonrisa, era gracioso como la chica que brillaba como el sol le decía esas cosas a un chico que parecía más el lado oscuro de la luna.
— Himura, brillas mucho.
— ¡Lo siento! - se fue apagando.
La campana sonó y ellos decidieron entrar al aula, la chica de ojos dorados desvió avergonzada la mirada de Nemuri, el maestro entró y les avisó sobre el festival deportivo y la mayoría se emocionó, en especial Hizashi.
Después de dar ciertos detalles del festival fueron a entrenar en parejas, Nemuri y Akira les tocó hacer pareja, la azabache la retuvo con su látigo y luchaba para atraerla a ella y así poder dormirla. La rubia sabía bien lo que haría su amiga así que mientras forcejeaba buscaba la forma de liberarse, si pudiera brillar estaría bien pero ella no sabía como hacerlo a propósito.
Trataba de hacer una daga con la luz que había ahí, pero esa luz artificial era muy tenue, miró a los pies de Nemuri. Tragó grueso y la hizo caer con sus sombras. La dejó en el suelo atrapada en sombras, eso sorprendió a todos los presentes que pensaban que ella solo controlaba la luz, pero parecía que las sombras también.
Akira se declaró vencedora y empezó a vomitar.
Después de estar en la enfermería acompañada de Shota se le permitió ir a casa y el la acompañó como cada día. Ella explicó que heredó el Kosei de ambos padres, luz y oscuridad y que la luz era más fácil para ella.
— ¡Gracias por acompañarme Shota! Realmente te lo agradezco.
— No es necesario agradecer.
Se despidieron en la puerta.
— ¡Shota! Por favor llamame Akira. - el continuó caminando.
— Esta bien, Akira.
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