Capítulo 4

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Habiendo tenido días intensos y ciertamente complicados, entre evasiones y encierros además de breves conversaciones las chicas al fin se encontraban teniendo un desayuno juntas.

En el más silencioso desayuno y miradas breves lograron llegar al postre sin ningún problema.

Incluso Rei armonizaba con el ambiente, silenciosa y bastante asertiva logró no hacer algún ruido mientras manipulaba los platos que llevaba a la mesa.

Rei era amiga de Serena desde la infancia, incluso ella misma había pedido quedarse con el puesto de su difunta madre sólo para costearse su carrera en contador público. Lo curioso del asunto era que podía ausentarse cuantas veces quisiera y a cualquier hora, cosa que en un trabajo convencional no podía hacer.

—Gracias Rei, por favor vete, sé bien que tienes un importante examen hoy.

Rei asintió, no sin antes asegurarse de que a las dos silenciosas hermanas no les faltara nada. Sobretodo a la escrutadora Haruka.

—¡Oh, lo olvidaba!, Serena llegó esto—Le entregó un sobre y desapareció tan rápido como el viento mientras aún Serena sostenía el papel en sus manos.

—Mañana es la lectura del testamento—. Exclamó con voz muy seria, en realidad esperaba que la notificación tardara en llegar, pero dadas las circunstancias en las que todo se había suscitado agradeció que fuera así, así sus dos hermanas se irían pronto a seguir con sus vidas.

Mina dejó el tenedor junto al plato y asintió, Haruka echó el cuerpo atrás, recargándose en el respaldar de su silla. Miró a Serena a los ojos y también asintió.

—Creo que pronto todo volverá a la normalidad.—Argumentó Serena y las miró a ambas, luego se levantó.

—Es lo que todas deseamos, creo— Replicó Haruka, dando un visto a Mina que parecía muy cómoda en el lugar.

Parecía que las circunstancias no le afectaban y su faz era diferente al día en que llegó. Hubiera querido preguntarle qué le pasaba, pero la confianza entre ellas no era lo suficientemente fuerte como para hacer eso.

Además, no era su ideal llevar una vida familiar de hermanitas y esas cosas. Ella quería largarse cuando antes de ese pueblo y retomar con fuerza su tan amada carrera.

—Por lo pronto—. Interrumpió Serena— Necesito que me ayuden en algo. Nicolás no está y debido a su llegada despedí dos ayudantes para ahorrarme sus sueldos.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso quieres que nos pongamos a ordeñar vacas y peinar caballos?

Mina abrió mucho los ojos y se puso de pie, lentamente y sin dejar de ver a su hermana menor, se mordió ligeramente el labio inferior.

—Yo no sé nada de trabajo en ranchos, pero puedo intentar

Serena puso ambas manos en las caderas y miró a Haruka.

—Esa es la actitud, ¿tú qué opinas, citadina?

—Olvídalo Serena—Masculló Haruka entre dientes y se puso de pie— Yo no le entro.

—¿Cómo de que no?—Retó—. ¿Con que queremos la herencia pero no esforzarnos por ella?

—Por favor, no peleen, no creo que Kenji hubiera querido esto.

—Kenji está muerto. Kenji no quiere nada—. Replicó Serena sin mirar a Mina— ¿Entonces, Haruka?

...

Quien estaba entusiasmado con las hermanitas era Seiya, nunca se había interesado tanto en estar metido en un pueblo por tanto tiempo y todo era debido a la llegada de las hermanas. Al verlas juntas sus ideas parecieron tomar forma y estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que ellas se prestaran a su nueva idea.

Las Tres Tristes TigresWhere stories live. Discover now