• Capítulo 30 •

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Llevo mi mano a mi rosto, eliminando las lágrimas que salen una y otra vez.

Pálida, acostada, lastimada, con muchos cables conectados a sus brazos, un tuvo de oxígeno en su rostro. Suspiro con fuerza y cierro la puerta detrás de mío. Temblando ligeramente, me acerco a la camilla y me siento en una silla que hay al lado de esta.

Agarro su mano izquierda con mi derecha y las entrelazo. Acerco mis labios a su mano y dejo varios besos en esta, soltando varias lágrimas. Acerco un poco más la silla a la camilla y dejo mi brazo izquierdo sobre la camilla, y dejo caer mi cabeza en mi brazo. Comienzo a jugar con sus dedos dejando salir una pequeña sonrisa. Me acuerdo cuando nos la pasábamos horas hablando y hablando en una misma posición, ella acostada boca arriba, yo con mi cabeza en su estómago y jugando con sus dedos, concentrado en la charla y en como mis dedos tocan cada uno de sus suaves dedos, solo que, ahora es distinto.....ella esta inconsciente por un puto accidente.

Mis ojos comienzan a cerrarse lentamente. Parpadeo una, dos y la tercera ya cierro por completo, intentado dormir un poco. Hace más de diez hora que duermo y no quiere, pero mi cuerpo me lo pide.

(*****)

-Hey, Abraham – siento como me mueven ligeramente –. Despierta hombre.

Abro mis ojos lentamente y al no ver el cuerpo de Mily me levanto bruscamente.

-¿Dónde está? – miro a Elías y a Sol - ¿Dónde? – comienzo a mirar a todos los lados y al no ver absolutamente nada, salgo de la habitación alterado.

-¡Para! ¡Espera un momento, Abraham!

Al ver a Verónica al lado de la puerta blanca, me acerco a ella y al verla con lágrimas en los ojos, la abrazo.

-¿Qué sucede? – murmuro en pregunta, abrazándola fuerte

- Ella.....ella – muerde su labio inferior y suelta más lágrimas- tu...tuvo un paro car...cardíaco y se la llevaron al instante.

Abro los ojos con asombro y llevo mis manos a mi rostro. ¿Cómo puede ser que haya estado en la misma habitación y no haya escuchado absolutamente nada?

Comienzo a ver borroso nuevamente y antes de que salgan las lágrimas, las elimino con la manga de mi campera.

-¿Hace cuánto entró? – miro la puerta y luego miro a Verónica nuevamente.

-Casi una hora y media – comienzo a respirar fuertemente. Miro a Elías y a Sol un poco enojado. No me dijeron nada. Observo Como un médico pasa al lado de nosotros y antes de que se valla por las puertas, lo detengo – Una pregunta....

-Claro, dígame – baja su libreta y la deja delante de su estómago.

-La paciente Quintero, ¿Cuán....

-Dentro de poco saldrá, le están haciendo algunos chequeos por la situación de hace rato. – suelto un suspiro junto a la madre y asiento en repuesta.

-Gracias, doctor – el sonríe y desparece por las grandes puertas.

Paso mi brazo por los hombros de mi suegra y la llevo a los asientos de espera.

-Ya saldrá, solo hay que esperar – murmura con fastidio. Rio para dentro mío,

-Somos dos, esperar y esperar es lo único que hacemos – me recuesto sobre la silla, mirando el techo blanco.

-Lamentamos no decirte lo de Mily – murmura Sol -, sabíamos como te ibas a poner.

-No pasa nada, gracias – le sonrío a ambos.

Golpeo ligeramente el asiento de al lado mío. Sol se sienta y al hacerlo dejo caer mi cabeza en su hombro. Paso mis manos por su cintura, abrazándola. Ella, pasa sus brazos por mi nuca y acaricia mi cabeza.

-Gracias, me tranquiliza – sonrío.

-No hay dé que, pequeño.

Suspiro ligeramente. Sol deja de acariciarme y gruñe ligeramente.

-¿Qué sucede, enano? – me conoce tan bien, es como mi madre.

-Tengo miedo de que si Mily despierta, ella no me recuerde, no nos recuerde – murmuro -. No recuerde lindos momentos que pasamos todos juntos.

-Esperemos que ella recuerde todo, vamos tener fe en eso.

𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚍𝚘𝚛𝚎𝚜 [A.M] {EDITANDO}Where stories live. Discover now