Con el ingenio para responder que tiene, Tyee y Heaven se complementarían como dos gotas de agua, algo así como Dallas y yo. Decido que el silencio es la mejor respuesta, así que le doy la espalda y comienzo a caminar nuevamente. La siento seguirme, y con la satisfacción que lleva debido a su victoria, estoy seguro que podría comenzar a dar saltitos, con pierna vendada y todo.

—Al menos esta vez esta consciente— Es lo primero que dice después de abrir la puerta y ver a Heaven junto a mi. Mi hermana arruga el ceño.

—Voy a explicártelo todo.

—Dime, ¿Se va a volver una costumbre esto de que llegues a mi habitación con mujeres a media noche?— Pregunta enarcando una ceja. —Porque si es así, quiero tiempo para meditar lo que está pasando entre nosotros.

Rodeó los ojos. —Evee...

—¿Traes mujeres a la habitación de tu novia?— Pregunta Heaven interrumpiéndonos. —¿Que tipo de modales has aprendido fuera de casa, hermano?

—No conspiren contra mi— Advierto mirándolas.

Sin embargo, y pese a la actitud seca que mostró Evee cuando abrió la puerta, le lanza una sonrisa a mi hermana. —Pasen.

—¿No está tu compañera?— Pregunto ingresando.

—Conseguí que se quedará con su novio. La verdad es que esta parece más tu habitación que la de ella.

Mi hermana cojea hasta el interior de la habitación y luego tuerce el gesto. —¿Cual de las camas es donde tiran? Como para no sentarme sobre ella.

Rodeó los ojos.—Heaven— Le advierto.

—Ambas. A veces Incluso en esa parte donde estás de pie.

Ella lleva la vista hasta sus zapatillas, levanta un pie, casi como esperara ver rastros de semen o algo, y luego vuelve otra vez a los ojos de Evee con una sonrisa. —Me gusta— Me dice mi hermana, luego llega hasta mi. —Anda, cúrame la pierna para que se puedan ir a hablar de mi en paz.

§

—¿Cafe?— Le pregunta el Garzón. Evee achica los ojos.

—Chocolate caliente— Él asiente con la cabeza y anota en su agenda.

—¿Y para usted?— Dice mirándome totalmente desinteresado.

—Café cargado. Muy cargado— Asiente y se aleja de nosotros sin decir mucho más.

Me enderezo en la silla y me remuevo nervioso. Evee se encoge dentro se su abrigo pese que aquí dentro no está para nada helado.

—¿Estas bien?

—Preocupado— Admito. —No debimos alejarnos tanto.

—Está durmiendo, Skyle. Estará completamente bien.

Niego. —No está segura en ninguna parte.

—Eres tu el que está dentro de la mafia, no ella.

—No lo entiendes— Y es que no importa quien sea que esté dentro, porque al instante cualquier persona cerca tuyo está dentro también, y en mucho más peligro que tú mismo.

—Asi que me pides que no pregunte nada, y luego me culpas por no entenderlo.

Cierro los ojos y suspiro intentando tranquilizarme y no perder la cordura. Repito mis acciones en la cabeza para recordarme el porqué de cada decisión que he tomado. Porque todo tiene su porqué. —Están buscándola, Evee.

Ella parpadea sorprendida. —¿Quien?— Yo niego con la cabeza.

—No lo sé.

Suspira. —Está bien, vas a tener que explicármelo todo— Sentencia.—No puedes tan solo llamar y decir que necesitas llevar a una hermana que no tenía idea que existía, que hay gente buscándola y luego pretender que yo me quede conforme.

Perfecto Engaño | Titanes III |Where stories live. Discover now