| 000 |

39.9K 1.7K 628
                                    

Historia aún no editada, por lo que ciertos cambios hechos recientemente en los libros anteriores no se verán reflejados COMPLETAMENTE.

Como por ejemplo, Millán había muerto en el libro anterior y Dios lo ha revivido.

He editado la mayoría de los capítulos en que se mencionaba su muerte, pero no he terminado. Por lo cual, en los capítulos finales él no se menciona.

No altera para nada esta historia, asi que se puede leer tranquilamente. En el libro siguiente todo vuelve a estar normal.

Solo queria darles el aviso para que no me pregunten por él luego.

Solo eso quería decir,
10/4

• ────── ⌖ ────── •

Junio 8, 2009.

El golpe en la cabeza que le deja el chico de la culata lo desorienta un poco. Le cuesta más trabajo del necesario recomponerse y volver a escuchar con claridad.

Esta mareado, quizá, aunque suene ridículo, hasta siente ganas de llorar.

Solo después de que lo golpean, es que entiende que no le estaban preguntando por su nombre, sino por el que le dieron aquellos hombres cuando lo trajeron acá. Pero no se acuerda como era. Se parecía mucho al que tiene, también empezaba con S. ¿Stroke? ¿Sloan? Lo dijo tan rápido que le es difícil recordarlo, por lo cual se sube la manga disimuladamente para mirar allí donde lo garabateó. No es la primera vez que se le olvida. Vuelve la vista arriba y es feliz de darse cuenta de que ahora, justo a su lado, está el niño de los ojos verdes con el que hablaba hace poco.

Se dedica a observarlo con admiración por algunos segundos, viendo cómo reacciona ante todo. No luce de lo más simpático, pero de cualquier forma, nadie aquí lo hace. Todos siempre parecen estar buscando pelea y razones para comenzar a discutir.

Pero el chico de las esmeraldas, por el contrario, parece siempre estar evitando eso, o a todos, en realidad.

Ni siquiera estaba seguro de que hablara, hasta que comenzó a defenderlo. Lo máximo que le había dedicado hasta entonces, eran miradas de advertencia y gruñidos de molestia.

Él supone que se debe a que acá te haces respetar, o te pasan a llevar. Por supuesto que forma parte del segundo grupo. Jamás podría comenzar a molestar a alguien solo para no ser devorado por la multitud.

—Ya vale— dice entonces quien decide que es su nuevo mejor amigo.

Y enseguida comienza a sentir miedo por él, porque los enemigos ponen cara de querer insertarle un culatazo tambien, y odia la idea de que pudieran golpearlo a él por querer ayudarlo. Pero entonces cuando el bravucón vuelve a abrir la boca, el chico de las esmeraldas salta primero y comienza una guerra de puñetazos.

El sonido de un arma los paraliza. El idiota del arma está peor que todos, incluso que el chico que recibió el roce de la bala. La sangre comienza a deslizarse por su brazo herido hasta tocar el suelo junto a sus pies, pero ojos verdes ni siquiera se inmuta, no se mueve, no cambia de expresión. No parece sentir dolor. Él, aún desde el suelo, se pregunta si de verdad le rozó aquella bala, o es que la sangre es de mentira y todo fue una broma planeada. Porque el chico incluso vuelve a atacar; reduce al niño de un solo movimiento y lo amenaza con una cuchilla contra la yugular sin siquiera usar el brazo herido. El crio comienza a llorar entre gritos, suplicando que no le haga daño y lo deje ir, mientras él busca algún indicio de vacilación en el chico de los ojos verdes. Pero allí no hay nada. Su mirada vacía dentro de un rostro inexpresivo es lo que más le asusta. Por un segundo se siente en el lugar del crio amenazado. Como si no supiera frente a qué clase de monstruo está.

Perfecto Engaño | Titanes III |Where stories live. Discover now