Prologo

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Su hermano no aparecía por ningún lado y William solo se dedicaba a observar atentamente a cada persona que cruzaba frente a él, porque tenía que ser él quien debía esperar a Roger mientras compraba el pie de manzana para Mía, en fin ella no era su novia. Si algo en serio detestaba era esperar allí dentro a que él pie estuviera listo para poder pagarlo e irse, así que ese era el motivo de estar sentado en una banca sobre la acera. Observó la hora, vaya si no habían tardado ya, esa pastelería no era de sus preferidas, sin mencionar a la descortés chica.
Exasperado por estar perdiendo su tiempo, decidió regresar a la pastelería pero cuando iba hacia dentro la puerta chocó con algo en lo que realmente no se fijó hasta que dirigió su mirada hacia el pastel que yacía en el suelo junto a la chica que solo recogía la caja.
—Que demonios te sucede?!—la voz de la chica lo sorprendió y en cuestión de segundos quedó grabada en su mente.
—Yo...En serio lo lamento—dicho esto la ayudo a levantarse.
—Acaso no te fijas en tu camino idiot...—ella se vió interrumpida por sí misma. Que había pasado, estuvo a punto de gritarle muchas groserías pero no era eso exactamente lo que pasaba en su mente ahora mismo, ese momento en el que lo vió. Él. Era...ni siquiera sabía qué pensar, este chico había sido quien arruinó su pastel? Tenía un cabello hermoso con rizos, lo cual afectó a su pequeño corazón, pues era una de sus más grandes debilidades. Inconscientemente se fijó en sus labios y se regañó a sí misma por ello, ella amaba a su novio, o al menos eso creía.
—Disculpa en serio lo lamento—su voz la sacó de sus pensamientos—Te compraré otro dime de que era.
Pero ella no podía simplemente dejar de mirarlo, era todo lo contrario a quien ella consideró su tipo alguna vez, pero es que este chico  había atrapado tanto su atención como una araña captura a su presa.
—No...—debía irse—No importa.
—Qué?! No que dices, por favor...—no lo dejó acabar y se volvió para seguir con su camino. Sabía que si se quedaba un minuto más estaría en riesgo de preguntar por su nombre.—Espera!
Su corazón se paralizó, motivando a todo su cuerpo para que lo siguiera, que rayos le sucedía. Hace tanto que no sentía este sentimiento de incertidumbre y nerviosismo. Dudó en hacerlo y volteó solo un poco.
—Creo que esto es tuyo—dijo él acercándose y tendiéndole su labial. Corría peligro en acercarse demasiado pero creería que estaba loca si no lo tomaba, así que lo hizo. Y fue entonces cuando sus manos se rozaron y todo se detuvo al menos para ella, entonces se alejó rápidamente de allí.

Él solo la observó marcharse sin decir una sola palabra, dentro de sí solo deseaba al menos una oración más por el solo hecho de volver a escuchar su voz. Se sentía mal por haberla dejado ir tan pronto, vaya si no poseía ningún remordimiento de haber golpeado aquel pastel, pues de no haberlo echo no la habría conocido. Algo dentro de él cobró vida cuando tocó su mano, pues nunca había sentido algo así y estaba dispuesto a que no fuera la última vez. Estaba dispuesto a encontrarse de nuevo con esos ojos caoba astillado tan profundos que podrían tocar su alma.

Lo apuesto todo por tiWhere stories live. Discover now