1. De Gorda a Delgada.

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Capítulo 1.

Cartas a una Ex Gorda

Recuerdo que me llamaban La Gorda Sophie. Si. Así tal cual. Algunos pensarán que es broma pero es cierto. Los niños pueden  llegar a ser muy crueles. 

No me ayudó el haber pasado tantos años estudiando en la misma escuela. Viéndoles la cara a las mismas personas durante el kinder, la primaria y la secundaria. Pero qué se podía esperar de un pueblo de 16,000 habitantes, donde nunca  ocurría algo interesante.

Fue en esa escuela donde viví desde mis primeros años, un verdadero infierno. Fue ahí donde comenzó la historia del por qué mi apodo de "La Gorda Sophie". 

Nadie quería juntarse conmigo porque mi gordura me hacía sentir y ver como "algo" feo ante los ojos de los niños y niñas en la escuela. Fui una niña tan sola, que me refugié durante los recesos en las bancas del salón de clases, leyendo y haciendo proyectos especiales que le pedía a los maestros. . Ellos eran testigos de lo que me ocurría pero por alguna razón que nunca entendí, jamás hicieron algo para detener tantas burlas y malos tratos. Quizá por eso me brindaban su apoyo con tareas especiales que me mantendrían ocupadas, pero sobretodo, alejada de mi triste realidad. Y es que en casa las cosas no eran mucho mejor que en la escuela. Pero por lo menos en la escuela me molestaban, en casa, era "invisible". 

Y aunque habría preferido ser de todo invisible, lo cierto es que mi gordura me convertía en una inmensa mancha difícil de borrar. Era una "bola de grasa" como decía mi hermana Marcia; La más linda, la más perfecta, la más dulce y popular. Ella  era el vivo retrato de mamá; Una ex reina de belleza. Adorada por todo el pueblo. Una alma caritativa y llena de bondad por los múltiples eventos de beneficencia que realizaba año tras año. Todos sabían quien era yo; La hija de Christine. Y aunque para muchos ella era un gran ejemplo de bondad, para mi no era más que una mujer fría y superficial, cuyo único objetivo era seguir siendo recordada como la más hermosa ex reina de belleza del pueblo.

Quizá mamá era muy bella, toda una ex reina de belleza. Pero para mi, no era más que una "Reina" de Hielo. Era una  mujer a la que le gustaba vivir de las apariencias, pero  en su vida, yo era una apariencia que no podía ocultar. Estaba gorda y fea. Era el peor error que ella había cometido. Un karma que estaba pagando porque no era igual de hermosa que mi hermana Marcia. Si, "Marcia", como la del programa de la Tribú Brady, el favorito de mamá. 

Y cuando digo que las cosas en casa tampoco eran buenas, era porque ni siquiera podía sentirme apoyada por papá. Él también prefería a Marcia porque ella tan encantadora y alegre. Todo mundo la adoraba  pero era porque desconocían su lado tan horrible y cruel. Se ganaba a la gente con su sonrisa hipócrita, en especial a papá, a quien siempre encontraba la forma de enredar con sus mimos.  Fingía que le gustaba el fútbol americano y se sentaba a verlo con él todos los domingos.  Pretendía que le gustaba salir a podar el césped en verano y arreglar el jardín con él, pero todo era mentira. Necesitaba ganárselo de una y mil formas para que él le diera permisos y dinero.  

Nunca fue brillante en la escuela pero siempre le iba bien porque utilizaba a sus pretendientes para que le hicieran la tarea y la ayudaran en sus exámenes. Marcia sabía cómo aprovecharse de las personas. Y lo hacía muy bien.

* * *

Recuerdo los últimos días que pasé en el pueblo cuando era estudiante de secundaria. Esos últimos días deseando salir de aquí.                                                                                            

Había convencido a papá de que me mandará a estudiar a la ciudad de Nueva York donde estaba viviendo mi tía Evelyn, la hermana menor de mamá. Él me apoyo pese a que en un principio pensé que no lo haría. Sabía que nuestra situación económica no era la mejor, así que apliqué para conseguir una beca en distintas escuelas. Era brillante en la escuela. Una de esas preparatorias terminaría por aceptarme.  

Fue así como una última tarde de mayo, recibí un sobre con una carta de una importante escuela. Me habían dado una beca del 80% para estudiar en Nueva York; La ciudad que siempre soñé con conocer.

Mi sueño de salir del pueblo se cumpliría. Iba a vivir lejos del fantasma de mi mamá, una frustrada ex reina de belleza, y de mi hermana, " la más bella". Por supuesto, todo esto implicó un drama en casa porque no era un secreto a voces que mamá  no toleraba a mi tía Evelyn porque llevaba un estilo de vida indecente ante los ojos de toda su familia; Estaba soltera y se había salido de casa desde muy chica para estudiar y  viajar por el mundo. Ella era libre y nada la ataba con facilidad. Ese era el ejemplo que yo quería seguir pero el ideal de mamá era que yo me casara para formar una familia. Algo simplemente trillado y aburrido. Una vida que yo no quería y que en el fondo, estoy segura que ella jamás quiso porque mamá se embarazó muy joven y no pudo cumplir su sueño de ser modelo. 

Ese bebé del cual se embarazó era yo. La culpable de haber impedido su sueño. 

* * *

Una de las partes más complicadas de todo lo que implicó mudarme en aquel entonces, fue él. Si. Estuve enamorada de un muchacho. Su nombre era Nathan; El más guapo, atlético y carismático de toda la escuela. Fue mi primer amor pero también el chico que me rompió el corazón. No fueron los malos tratos en casa, ni el bullying los que hicieron huir de ese pueblo, sino él, y en especial, que quería dejar de ser  "La Gorda Sophie".

 Me miro en el espejo.  

Han pasado tantos años y  aunque he bajado tanto de peso, no puedo dejar de recordar lo que me hizo Nathan. Su nombre y su imagen son algo que jamás podré sacarme de la cabeza.  Jugó conmigo; Con alguien que le ofreció su amistad y un amor sincero. Fueron cosas que a él no le importaron. No se tocó el corazón para romper el mío en pedacitos.  Conmigo fue un gran mentiroso, pero debo agradecerle; Si no se hubiera burlado de mi, no habría encontrado la fortaleza que necesitaba para cambiar.  Gracias a su desprecio es que hoy estoy convertida en lo que soy. He dejado de ser: "La Gorda Sophie". 

 Sé que ha pasado tanto tiempo y que estoy tan lejos de esa vida que se quedó enterrada en el pueblo al que nunca más pienso regresar. Hoy, lo  único que importa es que estoy a punto de lograr uno de los más grandes sueños que puede tener una modelo; Iré al casting junto con otras 60 modelos para participar en el desfile de "El Jardín de Eva", la marca de lencería más famosa del mundo.



Memorias de una Ex-GordaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora