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Todo lo tenia de mal humor.

Tenía un caso del cuál hacerse cargo y era uno muy importante, que perder no era una opción (aunque no había perdido ninguno)
Este era un caso que le habían dado y con eso sele sumaba revisar a sus empleados, y a todo eso se le sumaba revisar cómo estaba su mejor amigo.

Con todo lo que le había dicho el no se podía quedar tranquilo....
el conocía al idiota que tenía por esposo y por desgracia no pudo intervenir cuando Taehyung se había enamorado, y menos el día de su boda.

Pero Taehyung no lo había dejado meter su pequeña nariz de botón en este asunto, claro que Tae no tenía porque enterarse.

Con una sonrisa gatuna en su rostros abrió su portátil y dejando de lado el caso de dispuso a buscar información en sus fuentes más confiables.

Ese imbecil no se merecía el gran amor que Tae le tenía y es por eso que Jimin ahora si haría algo al respecto.

Se levantó de su silla listo para dar marcha.

Claro que todo movimiento que fuera a hacer se vio interrumpido por la llamada de su secretaria.

Con un gruñido contestó el teléfono.

—Dime?—

—Señor park, el señor Kim está aquí y pide verlo... el est.. ¡NO! SEÑOR KIM TIENE QUE ESPERAR A Q..-

Y con la llamada cortada y alguien abriendo la puerta como si nada asusto un poco a jimin.

Claro que se recompuso y poniendo una mano en su cintura y recargándose en su escritorio con la otra, miró al individuo que entró a su oficina.

Su secretaria venía detrás de él agarrando fuertemente su saco como si eso fuera a detener al alto moreno.

—P.. perdón señor park, pero no lo pude detener—

Jimin contuvo una carcajada al ver el estado de su pobre secretaria, toda flaquita y chaparrita. No, de definitivamente ella no podía contra el alto e impotente moreno al cual aún seguía sujeta.

El moreno regresó su vista sobre su hombro y con una cálida sonrisa cargada con lindos hoyuelos le dijo a la chica.

—Linda, me puedes soltar ya?—

—¡OH! Cuanto lo siento señor Kim.... enseguida traigo té... permiso—

La chica hizo una suave reverencia y una vez más se disculpo con El alto Moreno.

Jimin le dijo adiós con la mano y la chica cerró las dos grandes puertas.

—Ya te puedes reír Jimin—

Y eso bastó para que jimin se comenzara a reír como si la vida se le fuera en ello.
Cuando se le pasó un poco la risa se limpió una pequeña lágrima.

—Nam querido, cómo se te ocurre hacerle eso a la pobre chica, mira que podías esperar unos simples minutos en los que ella te anunciaba—

—Si bueno.... vengo con urgencia jimin...—

Y con solo esas palabras jimin se recompuso y mirando seriamente a Nam, asintió con la cabeza y le hizo una seña para que se sentara.

Nam tomó asiento en uno de los sofás individuales y miró cómo Jimin caminaba hasta el gran armario donde tenía bien organizado todos los papeles.

En cuanto dio con el nombre de "k.Namjoon"

Lo saco y camino hasta su amigo.

—Nam, lo que te voy a decir no sé cómo te lo tomes pero quiero que seas fuerte por favor—

La cara de Nam se endureció al oír esas palabras.

—Por favor jimin... dime que pudiste hacer algo, No soportaría lo peor..-

—Nam... Más vale que vayas comprándole la muñeca que pidió tu Nena.... porque muy pronto la tendrás contigo.... Felicidades amigo, tienes la custodia de tu hija—

Las lágrimas bajaban por el rostro del moreno al oír tales palabras, su Nena, su pequeña bebe ya estaría con el.

Cubrió su rostro con sus grandes manos mientras que aún seguía llorando de tanta felicidad, tantos meses con estrés, frustración y medio. Miedo de que pudieran quitarle a su pequeña. Todo eso ya había quedado en el olvido, porque el. Desde hoy ya tenia complemente la custodia de su Niña.

Ya podía cuidarla el mismo, podría darle todo el amor que tenía reservado solo para ella. Ya no serían solo 2 horas que la vería, ya no.
Ahora podría pasar todo el día con ella.

Jimin miro el estado de su amigo y con una sonrisa se levantó de su asiento y se sentó en el brazo del sofá.
Abrazo a Nam por los hombros y le dio leves palmadas.

—Ya ya amigo, Deja de llorar y mejor ve a comprar las cosas de tu Nena, porque en unos días más te la darán—

—días?.... Jimin, No tengo tiempo, debo estar comprando ya las cosas, mi pequeña tiene que tener una gran bienvenida—

Y con eso Nam se despidió de Jimin, haciendo prometer a este que asistiría a la bienvenida de su Pequeña.
Nam se fue más contento de los du jimin alguna vez lo vio.
Y jimin, bueno a jimin se le bajaron los humos un poco.

Eso es lo que le gustaba a él, ver la cara de felicidad de sus clientes y en cómo confiaban en el para casos tan difíciles.

Y es que el caso de Nam fue más que difícil, aún así jimin lo pudo lograr. Puedo hacer que Nam volviera a tener a su pequeña.

Con los humos un poco a bajo se dispuso a continuar con el trabajo que un le quedaba.
Ya después se encargaría de ese hijo de puta.

Si....
Jimin quería llegar a casa y meterse en esa gran tina con sales y lavandas.
En su mente ya se sentía en casa.

Guía De un DivorciadoWhere stories live. Discover now