15. Lluvia.

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Después que terminaron de comer, Des llevo a Louis a casa en el auto, obviamente, acompañado de Harry.

Una vez llegaron a casa de Louis, Harry se disculpó como mil veces con Jay por haber dejado que Louis se cayera. Jay se preocupó, mucho, pero después se calmó y le dijo a Harry que todo estaba bien.

Y pues ahora, Louis estaba tomando un baño. Ya era domingo, y los padres de Harry le habían dicho que pasarían por él a las 7:30am para irse. La rodilla ya no le dolía, pues su madre le había dado unas pastillas para el dolor, y los moretones en su mano y codo, ya no eran tan visibles, aunque si le dolían algo, y el raspón es su mandíbula no era notable.

Así que todo respectivamente estaba bien. Lo único (y más importante) que perturbaba su cabeza, era el hecho de que ayer había sobrepasado la línea con Harry. Ambos la habían sobrepasado.

¡Los mejores amigos no hacen eso! No andan por ahí, oliendo el cuello del otro y soltando jadeos como si nada.

Tal vez ellos no eran mejores amigos. Pero si no lo eran, ¿entonces qué son?

Louis quería dejar de pensar un rato, pues la verdad era que lo estaba agotando el intentar saber que tenían él y Harry.

Tal vez no tenemos nada. Pensó.

Salió del baño y fue a su habitación, ahí se cambió y arreglo. Iría lo más presentable que pudiese, pues no quería dar una mala impresión frente a la familia de Harry. Quería agradarles, a todos y cada uno de ellos.

Se puso loción y crema en el rostro, peino su cabello con sumo cuidado y plancho su ropa con sus manos.

En ese momento, alguien golpeó su puerta. —Ya llegaron. — informó su mamá, abriendo la puerta y dejándose ver.

Louis asintió y se dio una última mirada en el espejo. —¿Cómo estoy? — preguntó.

Jay sonrió. Louis iba normal, como siempre vestía; unos jeans, zapatillas, camisa y chaqueta. Pero en su rostro había algo raro, algo que relucía.

—Te ves precioso. — dijo, sonriendo.

Louis sonrió y bajo junto con su madre a la sala. —¿Llevas lo necesario? — preguntó ella.

—Mamá, vamos a una fiesta de cumpleaños, no a acampar. — bromeó.

—Lo sé, pero la fiesta queda a las afueras de la ciudad. — recalcó ella.

—Ni tanto. — dijo Louis.

Pues la casa de la abuela de Harry, que es donde se celebraría el cumpleaños de su primo Erick, quedaba a unos diez minutos fuera de la ciudad en auto, y de su casa, a unos cuarenta y cinco minutos.

—Solo cuídate, ¿si? — le dijo.

Louis asintió y abrazo a su mamá. Abrió la puerta de casa y salió de ella, Jay lo miraba desde la entrada. Subió al asiento trasero del auto, donde también se encontraba Harry, y desde ahí, se despidió de su madre.

El auto arrancó y Louis perdió a Jay de vista.

—Hola, Louis. — saludo Anne, desde el asiento del copiloto, mirándolo a través del retrovisor con una sonrisa.

—Hola. — saludo él.

—Campeón. — le saludo Des.

Louis miro a su izquierda y ahí estaba Harry, sonriéndole. —Hola. — susurró.

—Hola. — susurró de igual manera.

Ninguno dijo nada más. Eran cuarenta y cinco minutos de viaje, si tenían suerte claro, si llegaba haber congestión vehicular, el viaje duraría casi una hora.

18 |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now