doce

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Mientras los días continúan pasando, los sentimientos se van desvaneciendo.

Ya no duelen tanto como antes.

Pasan semanas para que Luhan nuevamente coincida con esa mirada al salir del edificio.

Y sus pasos se hacen más rápidos casi al punto de correr.

Al cabo de unos segundos, Sehun se percata de sus intenciones y deja de apoyarse en aquella pared para alcanzarle.

— Luhan —le llama, pero el otro no contesta con la puerta de su coche ya abierta y a punto de entrar.

Cuando está a punto de cerrar la puerta e irse, siente como su brazo es alcanzado y halado para ser obligado a salir fuera.

No le gustaba cuando hacía eso.

— ¡¿Ahora qué mierda quieres?!

Sehun levanta las palmas en alto, soltándole— Esta vez no tengo la intención de forcejear, solo quiero hablar.

— Antes dijiste lo mismo.

— Pues en esta ocasión estoy siendo completamente serio, solo quiero hablar.

Luhan se recuesta en su carro con el ceño fruncido— Escúpelo.

El peliblanco se da fuerzas para hablar, y en cuanto abre los labios es solo para soltar aire en forma de humareda por el frío. Lo intenta una vez más, pero las palabras se niegan a salir de sus labios, tanto aquellas que se estuvo preparando tanto para soltar, como aquellas improvisadas que en esos momentos venían a su cabeza y que eran mucho mejor que un 'nada'.

— Yo, bueno... —frustrado, Sehun se frota el cuello con fuerza ante la mirada fija del contrario— ¿No te parecería mejor ir a alguna cafetería? —balbucea.

Luhan esta tan a la guardia, que no capta como Sehun retuerce sus dos palmas, nervioso y a la expectativa.

— No —por primera vez desde que Sehun lo conoció, Luhan pone los ojos en blanco— No estoy para más mierda Sehun, estoy verdaderamente cansado de ello, me voy...

— ¡No!

El peliblanco le agarra el brazo para luego soltarlo con rapidez.

—Yo... emmm... bueno... —lo mira con duda— Solo quería preguntarte si querrías volver a ser mi novio... —de inmediato se lamenta por lo dicho.

El pelicastaño queda paralizado— ¿Estás hablando en serio?

Sehun murmura una afirmación de un modo casi inaudible y tímido sin ser escuchado por el contrario, pero a pesar de ello, Luhan capta lo que intenta decir.

Inesperadamente, el pelicastaño ríe, entre nostálgico y tal vez un poco enternecido.

Es entonces cuando Luhan tiene presente la personalidad de Sehun, recordando escenas de ambos juntos que de algún modo, en su mente, eran felices; Luhan recuerda sin casi nada de dolor naciendo en su interior, pero si con nostalgia.

— La última vez estaba tan enfadado como para hacer una despedida apropiada, y ahora tenía dudas sobre tus intenciones, pero creo que es el momento —se frota ambas palmas para hacer el ambiente más llevadero.

Sehun no responde, se esmera en retomar y mantener su semblante neutro a pesar de lo confundido y asustado que comienza a sentirse.

— A pesar de todo no cambia el hecho de que sea un poco más maduro que tú pues soy tu hyung por un par de años—Luhan le mira a los ojos ahora con un poco de incomodidad— Yo tenía esa esperanza de que alguna vez dejes por completo esa actitud tan chocante conmigo, me animaba pensando que conmigo no eras tan brusco como con todas las demás personas que te rodean —ríe— Para serte sincero, me sentía especial —no puede evitar sentir un poco de vergüenza— Pero en esa época y después se fue haciendo más evidente que no somos compatibles —suspira— En la última discusión en la que perdí la paciencia me di cuenta que esto no me hacia ningún bien —lo mira a los ojos con seguridad— Que no nos hacemos ningún bien y terminar con esto del modo más sano es lo mejor.

El chino se acerca al otro y le da un último abrazo.

— Eres un buen chico Sehun —ríe con alegría para inspirarle calma— y no te confundas, lo que ahora habla por ti, es la necesidad de mi atención —le frota los cabellos— Es la costumbre —exclama con una pequeña sonrisa— Gracias por todo.

Sehun boquea, entre perturbado y ansioso por soltar todo o algo de sus labios, y apenas siente que recobra todos sus sentidos, se ve frente a la ausencia de Luhan.

Ya se fue.

Toma un par de respiros y a paso lento con el rostro neutro sube a su propio coche, y conduce con las imágenes de lo recién acontecido reproduciéndose en su cabeza una y otra vez, con él mismo tratando de asimilarlas.

Ya entre las paredes de su apartamento, se sirve un vaso de agua y se sienta en el sillón de su sala.

Apoya uno de sus brazos en el sofá y se toca la barbilla con el ceño fruncido.

"Tal vez... él tiene razón" Considera sus palabras.

Sehun detiene sus pensamientos en cuanto siente que algo del contenido de su vaso cae en su regazo.

Y al inclinar la vista, recién se percata de que su vaso continúa en la mesilla y que aquel liquido en su pantalón tiene forma de gotas.

Perplejo, alza ambas palmas y se toquetea el rostro para dar con una serie de lágrimas que empapaban sus pómulos y la barbilla.

Toma más atención a lo que está ocurriendo consigo mismo y se da cuenta de los sollozos que se originan en él, del enorme dolor que comienza a nacer en su pecho y se va propagando por todo su ser como una plaga.

Se cubre el rostro por un tiempo incierto, con el sufrimiento haciéndose más y más agudo, y en medio de todo aquello que es confuso y abrumador solo alcanza a susurrar— Si tiene razón... ¿Por qué duele tanto?

Y una respuesta completamente lúcida y horrorosamente dolorosa aparece en su cabeza en aquel instante.

"Porque este es el final"    





La Importancia [Hunhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora