Capítulo 6 Informando a la familia

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A la mañana siguiente, Samuel despertó por culpa de los primeros rayos de Sol que entraban entre las cortinas de su habitación. Se removió un poco entre las finas mantas que le cubrían y se incorporó lentamente para mirar la hora en su móvil. Al ser sábado no se puso alarma, para despertarse cuando quisiera, pero de despertarse la mayor parte de días a la misma hora, su cuerpo ya había cogido la costumbre de madrugar. Se destapó y se fue en dirección a su armario para coger ropa. Estaba sonriente, sin motivo aparente, pero había dormido tan a gusto y tranquilo que no se habría levantado de la cama.

Fue hacia la ducha y de pronto recordó la anterior noche. Hoy se lo tenía que contar todo a sus padres.

Estuvo poco rato en la ducha, no quería perder el tiempo, se arregló y fue hacía la cocina para prepararse el desayuno.

Al entrar en la cocina se sorprendió al ver a sus padres desayunando. De normal, se despertaban algo después que él los fines de semana.

-Buenos días hijo, pasa y desayuna con nosotros, he preparado de sobra. - dijo su madre sonriente.

Samuel entró y tomó asiento. La mesa estaba llena de comida: habían tostadas, mantequilla, mermelada, algo de fruta, leche y café.

Tomó una tostada y comenzó a comer.

-Bueno, ¿qué tal fue la noche? - preguntó su padre con una ligera sonrisa. De lo raro que le pareció, Samuel casi escupe la tostada.

-Bien bien. Me dejé la cartera y me invitó Willy a cenar.

-Y... ¿por qué quería verte? - preguntó su madre algo seria.

Entonces Samuel sonrió y lo recordó todo, paró de comer y comenzó a contar lo sucedido.

-Pues que quería pedirme una cosa... era bastante importante y por eso me quería ver en persona.

-¿Qué quería? - preguntó su padre extrañado y serio a la vez.

- Me prepuso algo que me encantó. - comentó con la voz un poco aguda por la alegría.

Sus padres abrieron los ojos como platos y se tomaron la mano por debajo de la mesa como dándose fuerza el uno al otro. Al darse cuenta de ello Samuel arqueó una ceja y los miró extrañados pero sin darle importancia.

- Y... Y Guille qué... ¿qué te propuso?- preguntó su madre con un hilo de voz y algo nerviosa.

-Pues... - miró extrañado a sus padres. - ... que si me quiero ir a vivir con él. - al segundo ya tenía una sonrisa en la cara, totalmente al contrario que sus padres. Sin quitar su sonrisa continuó. - Y obviamente he aceptado.

-¿CÓMO? - preguntó totalmente incrédula su madre.

-Pero hijo, ¿estás seguro? - comentó su padre algo más tranquilo que su madre.

-Pues claro que sí papá. Ya soy mayorcito para elegir con quien estar, soy bastante maduro y ya tengo algo de estabilidad económica. - dijo totalmente serio y seguro de lo que decía. - Aunque aún debo ahorrar algo para pagar el piso pero sobre todo para el vuelo.

Sus padres escuchaban cada una de las palabras de su hijo del todo atentos para no perder ni un solo detalle y, como era lógico, al oír que debía tomar un vuelo se quedaron petrificados.

-Un... u-un vuelo. ¿Dónde vas, hijo? - se atrevió a preguntar su padre.

-Me voy a Los Ángeles. Estaríamos más cerca de las compañías de videojuegos. Y siento si os parece algo fuerte, pero ya va siendo hora de que me vaya de casa y allí estaré muy a gusto. Además, será mejor para mi canal. Está decidido, me voy con Willy.

-A ver hijo, en realidad me alegro de que des este paso para mejorar tu canal pero, ¿con Guille? - dijo su madre algo más tranquila y con la voz dulce para no preocupar a su hijo.

-Sí mamá, con "Guille" - hizo el gesto de las comitas con las manos y con una sonrisa en la cara.

-Verás hijo, no creo que sea la mejor compañía. Seguramente tu padre piense lo mismo que yo. - dijo tomando con más fuerza la mano de su marido.

-¿Por qué? Vale que es algo más joven que yo y que a veces discutimos... - sonrió - ... pero me haría mucha ilusión estar con él. De todos modos es mi mejor amigo

-Pero Guille parece algo diferente... - comentó su madre cabizbaja.

-Vale que le llame retrasado pero no tiene ningún problema mental. - dijo entre carcajadas que fueron cortadas de golpe ante el comentario de su serio padre.

-Creemos que puede ser gay.

Al oír eso, ahora era Samuel el que estaba totalemente sorprendido ante esas palabras. Abrió los ojos como platos y comenzó a hablar.

-¿Pero se puede saber que estupideces son esas? Willy no es gay, ya ha tenido alguna novia y creo que si lo fuera no me hubiera dicho de ir a vivir con él. Es más, me lo habría dicho, tenemos mucha confianza entre nosotros... - estaba algo cabreado pero de pronto sonrió un poco. - ... no hay secretos entre nosotros.

- Pero hijo - dijo su padre intentado calmar a su hijo - eso no es algo que se diga con facilidad y menos si cree que perdería tu amistad.

Samuel bajó la cabeza y comenzó a reír en silencio.

-Él nunca me ocultaría algo así. - de golpe levantó la mirada y la dirigió a su padre que le miraba preocupado. - Y si lo fuera le apoyaría en todo y no le dejaría nunca.

Se puso de pie y se fue a su habitación totalmente enfadado con las locuras de sus padres. Aunque lo que él definía como locura, a veces era cordura... Eso no tenía nada que ver, no en este momento. Estaba seguro de lo que hacía y si por él fuera se marchaba en ese preciso momento de su casa. Pegó un portazo y se sentó en la cama a pensar. ¿Cómo era posible que sus propios padres fueran juzgando sin saber?

-La ignorancia es atrevida. - dijo en voz alta para sí mismo con cara de asco y odio.

De pronto llamaron a su puerta y se vio la cabeza de su padre asomar.

-¿Puedo pasar? - le preguntó con una mínima sonrisa y algo preocupado.

-¿Qué quieres? - preguntó echándole la mirada con más desprecio que pudiera imaginar.

-Hablar contigo hijo. - dijo mientras entraba.

-No te he dado permiso, pero bueno, tú a la tuya... - dijo con voz aguda cambiándola de pronto a grave. - ...como siempre.

-Hijo, quiero que sepas que tu madre y yo estamos de acuerdo en que te vayas de casa -suspiró- y si quieres ir con Willy, pues ve con él. - dijo sonriente.

-Me iba a ir quisierais o no, lo que me ha molestado era que le juzgarais sin saber, sin tener pruebas de ello. Eso me ha decepcionado un poquito. - continuó serio.

-Nos daba esa sensación. - dijo comenzando a reír. Al ver la cara de su hijo se avergonzó y paró.

-Dime donde le ves la gracia.

-Hijo, de verdad que lo sentimos.-dijo eso y se fue de la habitación de Samuel.

Este comenzó a pensar, no podía estar enfadado toda la vida con ellos a pesar de esa acusación tan fuerte. Pero había que continuar con su vida, ya que pronto se iría de ese lugar y viviría con su Willy. Al pensarlo, sonrió sin sentido y se le fue toda la pena que tenía.

Se puso de pie y encendió el ordenador para grabar ya que por una discusión mañanera no iba a dejar a sus Guapísimos y Guapísimas sin su dosis Vegettil.

Miró a su habitación y comentó.

-Pronto nos separaremos, pero espero que lo comprendas, es por una buena causa... ¿qué hago hablando con cuatro paredes? - y estalló en carcajadas. - Ahora debo llamar a Willy, debemos hablar de varias cosas aún y... y creo que le debería comentar las bobadas de mis padres. - dijo un poco serio y preocupado por no saber si era la mejor idea contárselo. Pero se lo contara o no, tenían que verse y aclarar todo lo que quedaba pendiente.

El hilo rojo WIGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora