1 Día, 1 One Short (Feligette)

¿Rechazarla?

Félix

Últimamente he estado un tanto deprimido por los rechazos de mi lady.

A decir verdad, hay veces que es demasiado dura conmigo y hasta duele.

Al inicio eran rechazos muy sencillos que no dolían casi nada, pero ahora hasta me grita.

Cada vez que coqueteo con ella me ignora, cada vez que la abrazó me empuja.

¿Debo rendirme...?

¡No! Puede que sean muy duras pero no me rendire tan rápido, ella es mi bella princesa.

De hecho, le daré un regalo para la próspera de San Valentín para que piense en mi como más que un compañero.

Son unos chocolates con un poema pegada a una rosa, lo amara como loca.

Le redactaré el poema y ella estará tan encantada que se lo entregaré y lo va a atesorar siempre, ella es tan dulce y hasta tierna.

Muy bien, en el patrullaje debo ser un galán, estoy nervioso pero no debe notarse o puede que no resulte.

Narradora

Félix se transformó en ese guapo chico gato que todos amamos y en la serie no hay excepción.

Corría por los techos de París mientras muchas chicas lo querían comer a besos.

- Hola my Lady - Saludó de la misma forma de siempre, coqueto y despreocupado.

- Hola gatito ¿Empezamos por la Torre Eiffel? - Sugirió la chica catarina.

- Lo que quiera mi puntos - Acarició su larga cabellera.

- Emmm bueno, a trabajar gatito - Se fue con su Yoyo y lo dejó atrás.

Chat estaba confiado, parecía estar de buen humor y eso le daría una gran oportunidad para intentar de nuevo.

Después de que ya buscarán por todo París y llevarse la sorpresa de que son las 7pm y no casi no había nadie en la ciudad, terminaron.

- Chat, casi no había gente en París - Mencionó la compañera.

- Lo se y eso que son las 7:45 pm, pero es mejor ver a los parisinos en su hogar - Aprovechó - Estamos solos, My Lady.

- Chat, no confundas - No tenía porque aceptar sus coqueteos.

- Quisiera darle un regalo para la próspera de San Valentín - Sacó sus cosas.

- Arg, Chat... - Trató de llamar su atención para que no hiciera el ridículo.

- Este poema se llama "rojas como my Lady" - Ya iba a empezar.

- Chat... - Trató de detenerlo.

- Rojas como mi Lady - No hacía caso.

- Chat - Trataba de controlar su enojo.

- Tan bellas como rosas - Siguió.

- Chat... ¡Chat! - Estaba harta.

- ¿Que sucede my Lady? ¿Prefiere las flores sakura? - Siempre era atento.

- ¡Ya estoy harta de tener que pelear y lidiar con tus estúpidos coqueteos! - Gritó más que molesta la catarina.

- Pero... - No sabía que decir.

- ¡Pero nada! ¡Sólo somos compañeros de trabajo, nada más, además tengo a otra persona! - Dijo la héroe de París.

- Lo siento... - Sólo podía decir.

- Adiós Chat... - Dijo la azabache retirándose.

Sin embargo dejó a un Chat llorando en el camino.

Llegó desanimado a casa y Plagg apenado por el.

- Félix, realmente lo siento - Sabía cómo dolía ser rechazado.

- No pasa nada, no te disculpes - Se acostó y se durmió temprano.

Al día siguiente era un chico por así decirlo... vacío.

- Creo que el rechazo te afectó demasiado - Comentó el kuami.

- Descuida gatito, estoy bien - Acarició su cabeza.

- ¿Seguro? - Cuestionó el pequeño minino.

- Seguro - Acarició sus orejitas - Eres muy suavecito.

El gatito ya estaba ronroneando.

Se metió a su bolsillo y se fue a clases.

Esta vez Bridgette era la persona que iría a por el.

Al finalizar las clases, Félix se fue a la biblioteca a leer.

- F-Félix ¿Podemos hablar? - Trató de hablar bien.

- De acuerdo, que sea rápido - Le puso atención.

- Bueno, quería entregarte este poema donde está mis más grandes sentimientos hacia ti - Dijo Bridgette tomando valor.

Las expresiones, el nerviosismo, el sonrojo, el temblor de sus manos, todo le recordaba a esa noche.

Se quedó en silencio, le dolía recordar esa noche.

Cuando volvió a verla, sus ojos se cristalizaban, sabía que la rechazaría.

- Bridgette, no llores - Esos ojos lo alarmó.

- Descuida, se que dirás que soy un asco - Dijo sin mirarlo.

¿Tan acostumbrada estaba a sus rechazos?

- No llores, yo... - Intentó hablar.

- Descuida, lo se bien - Dijo llorando.

Félix sólo la abrazó mientras acariciaba su cabello.

Sabía lo que dolía ser rechazado por alguien que amas.

- No sabía que te dolía... - No sabía hablar de repente.

- Félix ¿Porque me abrazas? - Dijo la ojiazul.

- Porque se como se siente ser rechazado - la contraria creyó que se refería a su padre.

- Descuida, tu eres muy especial - Se abrazó más del rubio.

- ¿En verdad lo soy? - Era normal dudarlo.

- Claro que si, eres un cielo para mi.. - Se quedó dormida en su abrazo.

Félix

Es cierto que fui rechazado, pero a lo mejor puede que haya más princesas como ella...

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